¡¡¿Reencarne como la hija de Tony Stark?!!

Capítulo 41: Equestria En La Vida Real

- Hija, levántate debes ir a la escuela. - Entro mamá la habitación arrebatandome la cobija.

- ¡Pero tengo sueño!. - Grite cubriendome la cabeza con ambos brazos.

- ¿Para qué te duermes tan tarde?. - Sonrió burlona. - Levántate te espero abajo junto con el desayuno. - Salió de la habitación tarareando divertida.

— A la próxima dejo que todo se vaya al diablo, enserio necesito dormir más horas. — Suspiré resignada iniciando mi rutina de inicio de semana—. Hoy en día entiendo porque Garfield odiaba los Lunes.

—" Bueno, bueno no es tan malo un nuevo día siempre trae nuevas aventuras". — Apareció Emi en pijama sonriendome.

— Si tu lo dices. — Bosteze dirigiéndome hacia la ducha.

—" Por cierto ¿Usted como cree que le haya ido a Jarvis?".

— Emm.. Supongo que bien al fin y al cabo se reencontró con su creador después de un tiempo. Posiblemente estén poniéndose al corriente. — Me encogi de hombros sin darle más importancia.

—"Solo espero que Jarvis no abra la boca de más.".

— Incluso si quisiera no podría. — Cerré la puerta tras de mi.

—"¿Por qué tan segura?". —Preguntó curiosa.

— Porque Jarvis me prometió no hacerlo y el siempre cumple una "orden" proveniente de Stark y segundo porque el no tiene boca —. Grite desde el baño divertida.

—" No se si es un buen punto o solo se esta burlando, pero de cualquier forma el escucharla tan convencida me tranquiliza". — Dijo recargada en la puerta.

Con ese comentario la conversación dio por terminada.

[...]

— ¡Por fin! Sentí que no llegaba a mi primera clase. — Respire hondo una vez sentada dentro del aula.

"Usted siempre llega tarde y lo peor es que se levanta temprano".

— Soy como esos chicos que viven a 5 minutos de la escuela y aún así llegan tarde. — Sonreí preparándome para tomar apuntes.

— Por favor, por favor dime que hiciste la tarea que nos dejó. — Preguntó una chica sentándose agitada a mi lado.

— Siempre. Pero supongo que por tu aspecto ni siquiera sabías que había. — Suspiré resignada entregándole la tarea hecha.

— ¡Gracias enserio! ¡Eres la mejor Martha!. — Me abrazo asfixiante — ¡Te debo una!.

— Amy, me debes más de una. — Sonreí cálidamente.

— Tu sólo dilo y te ayudaré en lo que necesites. —Me guiño un ojo — A veces me preguntó porque decidí mudarme a un departamento sola. — Sonrió apenada.

— Eres una adulta que buscaba ser independiente.

— Buen punto. — Dijo pensativa.

— ¿Y tu hermano que tal?. — Pregunté curiosa.

— Ni me lo recuerdes. Su fraternidad es... Ni siquiera se como explicarlo sin soltar groserías. — Gruñó molesta.

—¿Qué pasó?.

— Los idiotas de su fraternidad les hicieron algunas bromas pesadas a los novatos, yo me di cuenta de casualidad y lo enfrente diciéndole que estaba yendo lejos con las bromas y el resto bueno el fin de semana terminé con el pelo color verde.