¡¡¿Reencarne como la hija de Tony Stark?!!

Adiós Año Viejo, Hola Año Nuevo

Martha: 24 años
Harley : 26 años

—Vamos levántate. — Dijo con suavidad.

—¿Por qué no nos quedamos en cama hoy? — Dije somnolienta cubriendome con las cobijas.

— Hoy nos vamos a reunir todos para celebrar el año nuevo. Te prometo que mañana vamos a estar todo el día en pijama, juntos y pidiéndo a domicilio viendo cualquier serie.

Me asome viéndolo a los ojos. — ¿Prometido?

Sonrió seductor. — Prometido Martha.

—Ayer me dejaste exhausta, podemos decirles que me lastime la rodilla y ya. — Sonreí inocente.

—Si... Creo que tu papá me mataría, no importa si llevamos años de relación el buscaría la forma de desaparecerme. — Dijo divertido.

—Buen punto. — Rei ligeramente. — Papá me dejaría viuda si pudiera.

—Y como no puede solo disfruta mi dolor. — Limpio una lagrima falsa.

— Ven quedémonos otro rato en cama. — Estire mis brazos hacia el. — Vamos Kenner disfrutemos el último día del año.

—Tu también eres Kenner. — Negó divertido con la cabeza acostandose a mi lado y abrazándome. — Otro año juntos.

—Si, el tiempo pasa lento cuando estoy contigo. — Sonrie ocultando mi cabeza en su pecho.

— Han pasado muchas cosas este año. — Me miró con ojos cálidos.

— Bastantes, pero no es como que antes fueran calmados. — Rei ligeramente. — Cuando los medios se enteraron que era la Stark perdida, cuando revele ser CEO de una de las compañías más grandes del mundo, cuando fuimos a ver a la pelirroja, cuando nos mudamos juntos...

—Ese día pensé que moriría, tu padre y tus amigos me sentaron en una silla con una luz golpeandome a los ojos, teniendo una conversación pasivo agresiva sobre las formas de desaparecer un cuerpo y sobre sí te lastimaba de alguna forma. — Se estremeció. — Cuando se ponen serios dan bastante miedo.

— Digamos que los influencie un poco. — Bese su barbilla. — Ellos eran normales hasta que me conocieron.

— Eres la experiencia que todos necesitan vivir. — Acarició con suavidad mi cabello.

Una figura borrosa paso con rapidez sobre nosotros, Waffle seguía siendo un cazador de momentos románticos. Mientras que Tuffy llegó con lentitud subiéndose a la cama acostandose entre nosotros.

Me sonroje levemente. — Con el tiempo te has vuelto todo un coqueto.

— Solo contigo. — Sonrió.

— Y me encanta. — Uní nuestros labios.

Y de pronto varios pequeños ladridos resonaron en la habitación, los hijos de Tuffy habían llegado para jugar.

Harley Suspiro.

Yo rei en medio del beso.

— Los quiero pero ¿Qué les costaba un momento? — Suspiro.

— Tuvimos nuestro momento ayer, y antier, y ante ante ayer y bueno creo que casi toda la semana.

Hizo un puchero. — Pero ahora tambien hubiera sido bueno, despedir el año y... — Acarició con suavidad mi brazo.

— Te transforme en un mounstruo. — Me lleve una mano a la boca. — Pero me gusta.

Una vez más nuestro labios se unieron, entre el ajetreo generado por los cachorros y los rayos de sol que entraban por la ventana.