Sed de venganza

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A la mañana siguiente, Hugo volvió a observar el retrato de su madre y supo lo que tenía que hacer, su boda con Sofía debía llevarse a cabo lo antes posible, para poder terminar con toda esta farsa y dejarla abandonada a la mañana siguiente de la boda.

El príncipe salió de su habitación y tomó un carruaje a Encantia.

Sofía lo recibió con gusto y lo hizo pasar a su habitación.

~No esperaba verte hoy, pero me alegra que vinieras.

~Sofia, quiero adelantar la boda, ya no puedo vivir sin ti. Exclamó acariciando su cabellera rizada.

~Tambien quiero casarme contigo. Sonrío, mientras lo miraba tímidamente.

Al observar los ojos de la joven, el sentimiento de odio se asentó nuevamente en su corazón, asi que se acercó un poco más a ella, para darle un apasionado beso de amor.

Su odio reprimido, lo llevó a hacer cosas de lo que más tarde se arrepentiría, por otra parte, la princesa se encontraba sumida en sus sensaciones.
Al darse cuenta de lo que estaba a punto de ocurrir, Sofia dudo, sin embargo, el amor que sentía por Hugo era más fuerte que cualquier prejuicio.

Una cosa llevo a la otra y cuando Hugo cayó en cuenta de lo que había hecho, su plan ya había sido arruinado.
Había deshonrado a Sofía antes de su noche de bodas y ahora la joven dormía tranquilamente a su lado.

Cuando todo terminó se sintió culpable, ella había puesto todo su corazón y sentimientos, mientras él solamente cumplía con una absurda venganza de la que ni siquiera estaba seguro. No había disfrutado para nada lo que había hecho y la frustración comenzaba a asentarse en su corazón.

"Cuando la venganza terminé, sentirás como la paz recorre tu ser"

~¡No siento paz! Gritó al recordar las palabras de su padre. ~Soy despreciable, no debí arruinar a un ser tan puro como Sofía. Se reprochó, mientras golpeaba el vidrio de la ventana.

~¿Te ocurre algo? Preguntó la princesa, mientras corría a abrazarlo.

~No me pasa nada, creo que debo irme. Contestó sin mirarla a los ojos.

Al verlo partir, las lágrimas comenzaron a salir de los ojos de Sofía y se dió cuenta del grave error que había cometido.
Estaba tan segura de amar a Hugo que todo su buen juicio había desaparecido, por primera vez en su vida se había dejado llevar por sus instintos y no por la razón.

Cuando Hugo volvió a su hogar, Axel notó que había algo distinto en él, ya que su mirada se encontraba perdida.

~¿Ocurrió algo? Preguntó impidiendo que entrara a su habitación.

~¡Detesto está venganza! Jamás debí dejar que el odio se apoderará de mi, no debí escuchar las manipulaciones de mi padre, ¡por su culpa ahora soy un hombre malo!

~¿Qué hiciste Hugo? Gritó tomándolo por los hombros.

~Nuestro plan ya no funcionará, yo... ¡Deshonre a Sofía!

~Eso es perfecto Hugo, ¡Ella arruinará a Encantia! Esto es mucho mejor que hacer todo el teatro de la boda ¿Por qué no lo pensamos antes? Ahora solo debemos esparcir el rumor y...

~¡Cállate Axel! No quiero arruinar más a Sofía. Si esto se sabe, ella no podrá casarse, será exiliada de la nobleza y no podrá volver a presentarse en sociedad.

~¡Pero habremos terminado con la venganza! Lo único que falta es dar la orden para invadir Encantia.

~No quiero que hagas nada que pueda hacer sentir peor a esa chica. Gritó Hugo, mientras acercaba a Axel hacia él.

~Hugo... Estamos tan cerca de cumplir nuestra venganza.

Isabella escuchó todo desde el otro lado de la puerta y se tapó la boca para acallar un grito.

Su corazón tenía sentimientos encontrados, por una parte se sentía fatal por Sofía y por otra, la odiaba por haber recibido las caricias de las que ella nunca había sido merecedora.

~¡Me odio! Jamás podré volver a mirarla a la cara ¿Cómo le diré que todo fue parte de un plan? Que yo nunca la amé y que todas mis palabras de amor eran mentira... Ella no lo soportará... es tan pura y buena.

~¿Te enamoraste de ella?

Hugo se quedó en silencio y sus ojos se volvieron rojos.

~¿Y si así fuera, cambiaría algo? Yo la arruine de por vida y jamás querrá perdonarme.

~Tú y yo somos los únicos que lo sabemos... Cásate con Sofía, no la abandones y cuando la invasión comience, llévatela de Encantia, puedes decir que tú no tuviste nada que ver, échame la culpa a mi... ¡Pero no quiero que te sientas miserable! Recuerda que estamos juntos en esto.

~¿Hablas en serio? ¿No me delataras Axel? Exclamó abrazando a su hermano con fuerza.

~Tal vez no lo parezca, pero te quiero mucho, hermanito.

Isabella comenzó a llorar y se fue corriendo a encerrar a su habitación. Ya estando sola, comenzó a tirar las joyas y regalos que Hugo le había obsequiado.

~Tal vez tú no quieras arruinarla Hugo, pero yo haré que Sofía deseé no haber nacido...Todos sabrán cómo la princesa de Encantia deshonró a su nación y todo gracias a ti... Un hombre que no la ama y la utilizo para lograr una venganza, ya verás como no podrás acercarte nuevamente a ella. Susurró, mientras apretaba uno de los cojines de su habitación.

Alguien tocó a la puerta e Isabella se apresuró a abrir.

Hugo se encontraba del otro lado de la puerta y al verlo intentó parecer tranquila.

~¿Pasa algo, cariño?

~Isabella, quiero hablar contigo, esto no es fácil para mí...

~Te ves fatal, pasa y siéntate.

Hugo se sentó en uno de los sillones e intentó articular palabra.

~Esta tarde... Me di cuenta que yo realmente quiero a Sofía, no es por culpa de la venganza, tal vez siempre la quise, pero no quería aceptarlo. Por eso vine a pedirte perdón y a decirte que dejaré libre a tu padre, ya no me debes nada, puedes volver a tu hogar con total libertad, nuestro compromiso está terminado, realmente espero que seas feliz Isabella, yo te amé muchísimo, pero ya no lo hago, así que no quiero seguirte mintiendo.

~¡Gracias Hugo! Espero que seas muy feliz. Sonrío, mientras le daba un abrazo.

~¿No estás enojada?

~Para nada, yo solo quiero tu felicidad, sé que Sofía es una buena mujer.

Hugo sintió como el alivio recorría su cuerpo, sin imaginar que Isabella tenía un plan para destruir a Sofia.

La venganza del pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora