No te perderé

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Hugo salió rápidamente del castillo y corrió al establo para montar a su yegua Electra.

Voló por los aires de Albuquerque hasta llegar a Marcilia.
A lo lejos diviso a su princesa entablando una conversación con Dereck, frente a la puerta principal.

Al acercarse ambos lo miraron con impresión.

~Hugo ¿Qué haces aquí? Pregunto Sofía con nervios.

~¡No debiste dejarme! Ni siquiera tomaste en cuenta mis sentimientos.

~Aliza te necesita... Ella no tendrá un futuro si no estás a su lado.

~Pero yo te necesito a ti... Titubeó con temor.

Dereck se sintió incómodo y dio un paso en retroceso, sin embargo, Hugo lo detuvo.

~Dereck ayudame a convencerla.

~Hugo, ni siquiera puedo mirarte a los ojos, yo te traicione... Bese a tu prometida.

~¡Besaste a Sofía! Gritó tomándolo por el saco.

~Para nada, besé a Isabella, en un baile y... Comencé a cortejarla unos días después.

El rostro de Hugo cambio y una sonrisa se marcó en su cara.

~¡No sabes lo feliz que me haces! Ahora entiendo porque no he sabido nada de ella en el último mes.

~Crei que no te agradaría la noticia.

~¡Me encanta la noticia! Gritó con emoción, mientras lo estrechaba entre sus brazos.

Sofía aprovechó que Hugo se encontraba distraído, para adentrarse a uno de los jardines del castillo.

Cuando se encontró lejos, se abrazó de si misma y se dejó caer sobre el suelo.

Su mente recordó una y otra vez las palabras de Aliza y se lamentó por ser tan débil ante la tristeza ajena.

Unos minutos más tarde, Hugo la alcanzó y se agachó hasta quedar a su altura.

~¡Vete Hugo! Ella salvo tu vida y por eso se ha condenado... Te necesita a su lado, yo ni siquiera te hubiera salvado ¡Soy muy mala!

~Yo te amo a ti ¿No puedes entenderlo? ¿Por qué me alejas de ti?

~Porque yo jamás podría vivir con este cargo de conciencia...

Hugo tomó su rostro y besó sus labios con delicadeza.

~Eres la única persona a la que quiero besar por el resto de mi vida.

~Recordaré este beso como el último. Ahora vuelve a su lado y desposala o me casaré con Esteban, como el rey Estefano quiere.

~No permitiré que lo hagas.

~Lo haré si no cumples con tu responsabilidad.

~¡Yo no pedí que ella me salvará! Aún así... Lo hago por ti, no por ella, aunque estás arruinando mi vida.

Hugo se levantó, dio media vuelta y se fue sin mirar atrás.

Nuevamente las lágrimas inundaron los ojos de Sofía.

Hugo volvió al castillo y se dirigió rápidamente a la habitación de Aliza.

~Crei que no vendrías...

~Pero ya estoy aquí. Comentó mientras observaba la ventana.

~Hugo... Yo no quiero que te quedes a mí lado solo por mi enfermedad, ¡Vuelve con Sofía! Yo estaré bien, siempre lo estoy. 

El rostro de Hugo se volvió frío y la miró sin interés.

~Me quedaré contigo, como debió ser desde un inicio.

El rostro de Aliza se llenó de ilusión y extendió sus brazos para que él se acercara a ella.

Hugo recargó su cabeza sobre sus piernas e intentó aguantar las lágrimas.

~¿Cuándo nos casaremos? Preguntó la joven.

~En cuánto estés mejor, ahora, si me disculpas, debo irme.

El príncipe salió de la habitación y se recargo sobre la puerta.

Axel de inmediato notó su dolor y lo abrazó para hacerle saber que estaría a su lado sin importar nada.

~¡No puedo desposar a una mujer que no amo! Gritó con impotencia.

~¡No lo hagas! Sé que estás agradecido porque salvo tu vida, pero eso no te compromete a nada. Respondió Axel.

~Debo pagarle de la misma manera... Debo darle mi vida.

Axel apretó los puños con impotencia, estaba decidido a hablar con la joven, pero Hugo le habia pedido que no lo hiciera.

Un mes pasó rápidamente y Sofía se encontraba sentada en las escaleras del castillo, cuando un aclamado Lord llegó al lugar.

Sus ojos azules y su cabello rubio llamaron su atención de inmediato.

~Siento mucho molestarte, el rey Estefano me espera.

Las mejillas de Sofía se enrojecieron y sin decir una palabra señaló al joven el camino.
El dolor de su separación con Hugo aún era muy reciente, pero debia seguir adelante por su propio bien.

Esperó pacientemente en la puerta hasta que el joven lord salió de la habitación.

Sus miradas se cruzaron de nuevo y Sofía sonrió.

~Gracias por indicarme el camino ¿Podrías decirme tu nombre?

~Soy Sofía, princesa de Encantia.

~Es cierto, ¡Felicitaciones por recuperar tu reino! Escuché que tu padre está en platicas con el rey Axel.

~Si, pero vamos a esperar al menos un mes antes de volver a nuestro castillo, tenemos que reconstruir todo lo que la guerra arruino.

~Te deseo mucha suerte, yo soy el hijo del barón de Marcilia, habrá un baile esta noche, me honraría que nos acompañarás. Comentó besando su mano.

El joven se despidió y Sofía lo siguió con la mirada.

Cuando se encontraba lejos, Amber corrió hasta ella para tomar su brazo.

~¿No es un sueño? Tuve el placer de conocerlo en el pasillo. Un hombre asi, es el rey que he estado buscando por años.

~ Me invitó a su baile esta noche, tal vez sea un buen momento para que charles con él. Sonrió Sofía, mientras notaba la ilusión en el rostro de su hermana.

Hugo se encontraba arreglando su corbata frente al espejo, cuando el rey Roland entró a la habitación.

~Papá, no te esperaba.

~Queria saludarte antes de partir, pronto regresaremos a Encantia y no podremos vernos tan seguido, a solo que quieras volver conmigo.

~No puedo dejar a mi hermano solo, él me necesita más que nunca.

~¿Irás al baile del Barón Farleroy?

~Asi es, creo que es un buen momento para presentar a Aliza como mi prometida. Titubeó bajando la mirada.

~No quiero que seas infeliz toda tu vida, solamente porque te sientes culpable. Exclamó Roland tomando su hombro.

~Lo hago por Sofía, porque su bondad supera la racionalidad, solo espero que algún día pueda ser libre.

Ambos hombres se despidieron y cada uno abordo su carruaje para dirigirse a la mansión de los Farleroy.

Aliza se encontraba abrazada del brazo de Hugo, mientras su saco la cubría del frío, igual que la primera vez que se conocieron.

La venganza del pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora