La verdad es dolorosa

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Roland se sorprendió al escuchar que Beatriz esperaba un hijo suyo.

~¡Entonces Axel es el hijo de rey Roland! Gritó Hugo levantándose de su asiento.

~No es así Hugo, la fecha de la carta coincide con el año de tu nacimiento.

El rostro del príncipe se volvió pálido y miró de reojo al rey Roland que se mostraba igual de sorprendido.

~Eso no puede ser... Axel y yo somos hijos de mi madre...

~Investigué al respecto y me enteré que Axel es hijo de una sirvienta que trabajaba para el castillo, al nacer tu hermano, falleció, dejando al niño totalmente solo. Rápidamente tu padre buscó una madre noble para él, para esconder su procedencia proletaria. Fue así que cuando Axel cumplió dos años, el rey Garrick se casó con Beatriz.

~Eso no puede ser... Yo... ¡Arruine a mí verdadero padre! Gritó mientras se acercaba a la ventana.

Roland tomó el diario y volvió a leerlo.

~¿Por qué no me lo dijo?

~Porque tu boda con Lorelei se llevó a cabo esa semana.

Hugo salió de la habitación y se topó con Amber, que se encontraba caminando por el pasillo.

El príncipe la miró con tristeza y la abrazó rápidamente.

~¿Estás bien? Titubeó la rubia con las mejillas enrojecidas.

~No estoy bien... ¡Siento mucho haberlos arruinado! No debí ser parte de la venganza de mi padre.

~¡Pero ahora estás aquí y puedes enmendar tu error!

~No tengo derecho sobre Albuquerque, mi título nobiliario no significa nada...

~¡Hugo! No te entiendo ¿Qué tratas de decirme?

Roland salió corriendo detrás del joven y lo tomó entre sus brazos.

~Estoy feliz de que seas mi hijo y de que hayas heredado los ojos de tu madre.

~¡Espera! ¿A qué te refieres? Gritó Amber con pesar.

~Hugo es mi hijo, es hijo de mi primera novia y yo nunca lo supe.

~¿Quieres decir que me enamoré de mi hermano? Y lo más importante ¿Él será el rey de Encantia? Gritó con impotencia mientras se alejaba llorando a su habitación.

~¡Estoy arrepentido por todo lo que hice! Fui el principal causante de que Encantia cayera en desgracia, pero tal vez si hablo con mi hermano, ¡Podamos unirnos contra mi padre! Disculpa, el rey Garrick. Mencionó con tristeza, mientras recordaba que de igual forma, Axel no tenía parentesco con él.

~Hugo... No sé cómo afrontar esto, pero, ahora que sé que eres mi hijo, pienso protegerte de la misma forma en la que lo hago con James, Amber y Sofía.

~Sofia... Le hice tanto daño, por una venganza falsa.

~Pero no todo está perdido, ella aún te ama, trata de arreglar las cosas, me encantaría que ustedes dos terminen juntos.

~Muchas gracias, rey Roland. Contestó sonriéndole.

~Llamame papá, de ahora en adelante cuidare de ti y te daré todo el cariño paternal que mereces.

~Gracias... Papá.

Hugo caminó hacia su habitación y se sentó en la cama, se cambió de ropa y se arropó con las finas sábanas de seda.
Cuando él sueño comenzó a apoderarse de él, los recuerdos de su niñez volvieron a su mente.

Flashback.

El invierno había llegado a Albuquerque, el príncipe menor se encontraba jugando en la nieve con su hermano.

~¡Basta Axel! Deja de lanzarme bolas de nieve. Gritó Hugo con molestia.

~¿Qué pasa hermanito? ¿Estás cansado? No puedes soportar que soy más fuerte que tú. Se burló Axel lanzando una bola al estómago de Hugo.

El pequeño niño cayó en la nieve y se quedó inmóvil por unos segundos, en ese instante, el rey Garrick corrió hasta él para sostenerlo en sus brazos.

~¡Campeón! ¿Te encuentras bien?

~Esta bien papá, pero es un hombre muy débil ¡No merece ser parte de nuestra familia! Se burló Axel.

~¡Cállate Axel! Deberías estar avergonzado, ¡Ahora disculpate con Hugo!

~Lo siento hermanito, no quería hacerte daño. Mencionó con arrepentimiento.

Hugo se abrazó del pecho de su padre y sintió como el hombre acariciaba sus cabellos con delicadeza.

Ese día, el niño supo que debía ser fuerte y demostrarle a su hermano que era capaz de lograr todo lo que se propusiera.

Por otra parte, el rey Garrick decidió pasar más tiempo con su hijo, así que pidió al entrenador de hockey ser su asistente.

Fin del flashback.

Tal vez su padre no había sido tan malo con él, siempre lo cuidó y procuró de la misma forma en que lo hacía con Axel y nunca notó una diferencia de trato entre ambos. A decir verdad, todo era perfecto hasta qué su loca venganza comenzó.

El joven se abrazó de si mismo y cerró los ojos.

Mientras tanto en el castillo de Albuquerque, Garrick se encontraba dando vueltas alrededor de su estudio.

~No puedo permitir que Hugo se vaya, él debe volver a Albuquerque y cumplir con su misión.

~Él no volverá, sabes lo obstinado que es. Contestó Axel, mientras mecía su copa de vino.

~¡No puedo dejarlo ir! Se trata de mi hijo, yo lo he cuidado y criado todos estos años, no sabes cuánto me preocupa que cometa un error o que le ocurra algo.

Axel observó a su padre y sintió un poco de envidia por Hugo, a pesar de todo, el rey nunca lo había protegido tanto.

~Esta venganza debe terminar, sé que el rey Roland le hizo daño a nuestra madre, pero, podemos enfrentarlo de otra forma y dejar a Hugo fuera del plan.

~¡No! Hugo debe arruinar al rey Roland, debe dejarlo implorando por la muerte.

~¿Por qué debe hacerlo él? Yo soy igual de fuerte.

~Tengo mis razones y no pienso compartirlas contigo, Axel.

~Soy tu hijo... Tu heredero y aún así siempre me minimizas, en ocasiones siento que no significo nada para ti, que Hugo es más hijo tuyo que yo, ¡Dime! ¿Realmente soy tu hijo?

~Claro que lo eres ¿Crees que heredaria mi reino a un extraño? Pero tú eres como yo, no necesitas de nadie para salir adelante, en cambio Hugo, suele ser muy sentimental, ¡me necesita para guiar sus pasos!

~¡Lo buscaré! Haré que vuelva. Sonrió Axel mientras recibía una palmada en su hombro por parte de su padre.

~¡Así se habla Axel! Estoy orgulloso de ti. Trae de vuelta a mi hijo, haz que vuelva a mí lado.

Axel sonrió con alegría al recibir el aprecio de su padre, por primera vez en su vida.

La venganza del pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora