Dolor

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Desde que Hugo se fue, Sofía permaneció encerrada en su habitación, cada rincón le recordaba a lo que había ocurrido horas antes y la mirada fría de su prometido volvía a su mente.

Ahora ya no era la niña inocente y pura que todos creían, si Hugo no se hacía cargo de ella, jamás podría casarse o entrar en sociedad otra vez.

Las lágrimas recorrieron sus mejillas e intentó pensar que sus remordimientos eran normales y que realmente no había hecho nada malo.

~Sofia, ¿Te encuentras bien? Gritó Amber.

~Estoy bien, solo necesito estar sola ¿Puedes perdonarme? Contestó sin abrir la puerta.

Amber se recargó sobre la puerta y lentamente se fue deslizando hasta quedar sentada en el suelo.

Podía escuchar los sollozos de su hermana, aunque está intentará esconderlos, además entendía perfectamente lo que había pasado con Sofia y sufría de la misma forma.

Dos días pasaron y Hugo no apareció en el castillo o envío una carta. Sofía entendió el mensaje y se lamentó en silencio.

Mientras tanto, un hombre llevaba información al reino de Rudistan.

~Asi que el rey Roland tuvo una relación con la madre del príncipe Hugo, además de haber sido culpable de su muerte. Seguramente el príncipe Hugo planea hacerle daño a Sofía ¿Por qué no me informaron antes? Ella puede estar en peligro. Gritó golpeando su puño contra el escritorio.

~Me temo que eso ya ocurrió, desde esta mañana, se ha esparcido un rumor sobre la princesa Sofía... Ella fue deshonrada por su supuesto prometido, ahora él se casara con otra mujer.

~¿Quién lo difundió?

~La princesa Isabella de Kiev.

Dereck tomó su saco y salió corriendo de la habitación.

Mientras tanto, Hugo se encontraba encerrado en sus pensamientos, no podía comer, o hablar, solamente pensaba en el sufrimiento de Sofía y cómo eso podría arruinar su vida.

~Príncipe Hugo, ¿Escuchó las noticias? Gritó el consejero real al otro lado de la puerta.

~No me interesa escuchar chismes. Exclamó, mientras tapaba su rostro con las sábanas.

~Se trata de la princesa Sofía y su deshonra, ahora es un tema público.

~¿Cómo es posible? ¡Axel me traicionó! Gritó, corriendo a la habitación de su hermano.

Al verlo, el pelirrojo le sonrío con tranquilidad.

~Que bueno que ya te sientes mejor, tal vez sea momento de que visites a Sofía.

~¿Cómo pudiste arruinar la vida de Sofía? Te pedí que guardarás el secreto.

~¿De qué hablas? Yo no te he traicionado.

El consejero extendió un pequeño periódico y Axel inmediatamente lo arrugó.

~Hugo, te aseguro que no tengo nada que ver con esto.

~¡Ya no puedo confiar en nadie! Veré a Sofía.

El joven voló a Encantia y pidió hablar con Sofía, sin embargo uno de los guardias le impidió el acceso.

~No puede entrar, son órdenes del rey Roland.

La princesa se encontraba desolada, el periódico había sido llevado esa misma mañana y ahora Hugo era la persona que más odiaba en el mundo, se reprochaba haber sido tan inocente como para caer en su juego.

~Sofia, Hugo está afuera ¿Por qué no hablas con él? Tal vez fue un mal entendido. Susurró Amber.

~No, todo es cierto, Hugo solo me utilizo, él se casará con Isabella, por eso ella fue tan grosera conmigo... Lo que me molesta es que lo difundiera, ahora ya no podré salir a la calle sin ser juzgada, ¡No podré tener un futuro!

~Tal vez si puedas, escuché que Dereck pidió tu mano... Es la única forma de guardar tu honor ¡Él es tu única salvación!

~Pero yo no lo amo, no puedo casarme con alguien que no amo.

~Ningún otro hombre querrá tomar de esposa a una mujer que fue deshonrada...a solo que Hugo se case contigo.

~Aunque él quisiera, yo no lo aceptaría, no puedo volver a confiar en él, en sus palabras falsas, en sus caricias frías... ¡No me interesa nada de él!

Sofía se desplomó en el suelo y la rubia corrió a tomarla entre sus brazos.

~Sofia... Yo quería casarme con Hugo. Fue así desde que tuve uso de razón, pero al saber que no me quería, simplemente me hice a un lado. Estaba feliz por ti, aunque al principio sentí envidia... Aún así no puedo odiarte, eres mi hermanita.

~Piensa que te salvaste y no sufriste mi destino... En parte me siento feliz de que estés a salvo Amber. Susurró la castaña, mientras lloraba en el regazo de su hermana.

~Sofia... Dereck se encuentra abajo, tal vez debas hablar una última vez con Hugo, así puedes tomar una decisión sabia, no te apresures a hacer conjeturas. Solo quiero que seas feliz.

Sofía asintió e hizo una seña a uno de los guardias, para permitir que Hugo entrara hasta sus aposentos.

El joven entró con la mirada baja y al mirarla, las lágrimas comenzaron a inundar sus ojos.

~Sofia, siento mucho no haber venido antes, pero, me sentí avergonzado por lo que te hice.

~No importa, de todas formas no quería verte, no después de descubrir que solo fui un juego para ti. Exclamó girando su rostro.

~No me entenderías, tal vez en un inicio fue así, pero realmente me enamoré de ti. Realmente quiero arreglar las cosas... Tal vez deberías escucharme.

~¡No! tengo que arreglar mi reputación y tu visita solo empeora la situación. ¿Por qué me arruinaste? Me abrí contigo, te conté mis alegrías y tristezas, te di lo más preciado de mi vida y aún así me dejaste caer sin piedad.

Hugo intentó acercarse a ella, pero Sofía se hizo a un lado.

~Me casaré contigo, no te dejare caer en desgracia. Titubeó con remordimiento.

~Ya no quiero nada de ti... Tomé una decisión, me casaré con Dereck y diré que todo fue un rumor de una mujer despechada. Tal vez de esa forma todo marche bien, así que, por favor aléjate de mi, ya no sigas arruinando mi felicidad. 

Hugo apretó los puños y dió un golpe contra la puerta.

~Si pudiera contarte mis razones...Aún así quiero decirte que aunque no lo parezca, esa noche fue muy especial para mí, también fue la primera en vida y me hizo darme cuenta de cuánto te amo... Este no es un adiós, te aseguro que recuperaré tu amor.

La venganza del pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora