Descubriendo sus sentimientos

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Hugo golpeó el estómago de Esteban e hizo a un lado su espada.

~En dos días será nuestro enfrentamiento, espero que no te arrepientas. Mencionó el castaño, antes de seguir su camino.

Sofía lo observó a lejos y corrió hacia él para saludarlo.

~Hugo, no esperaba verte tan pronto.

~Asi que te casarás con Esteban, que gran sorpresa. Contestó sin mirarla a los ojos.

~Yo... ¡No me casaré con él! Ni aunque mi vida dependa de ello.

Hugo sonrió y le despeinó un poco el cabello.

~Eres magnífica, me alegra que no te dejes llevar por sus amenazas, ¡ahora debo irme! mi padre sospechará si no vuelvo rápido.

El príncipe subió a su carruaje y se llevó las manos a la cabeza.

Su corazón comenzó a latir con fuerza y golpeó uno de los sillones, para calmar su furia.

Apenas llegó a su castillo, se encerró en su habitación y pidió que nadie lo molestara.

Observó como la noche se hacía presente, mientras sus pensamientos lo atrapaban una y otra vez.
Imaginaba las manos de Esteban recorriendo el cabello de Sofía, besándola y obligándola a estar a su lado.

Inicialmente pensó en batirse en duelo con Esteban para sacar toda su furia reprimida, pero ahora existía otra razón, tal vez Sofía si había ganado su corazón.

~¡A ti te gusta Alisa!, A ella la amas realmente...Se gritó a si mismo, mientras golpeaba el vidrio de su ventana.

La sonrisa de Sofía volvió a su mente y se reprochó todo lo que le había hecho y lo mucho que había arruinado su vida por una venganza del pasado.

~¡Hugo! ¿Te ocurrió algo? Gritó Isabella al otro lado de la puerta.

~Estoy bien, solo quiero descansar. Contestó con tristeza.

La joven se retiró y el príncipe corrió a recostarse en su cama.
Cerró los ojos y recordó la forma en la que Esteban estaba sosteniendo a Sofía; si no hubiera interrumpido, probablemente le habría hecho daño.
Quizás eso logró que sus sentimientos reprimidos salieran a la luz y se diera cuenta de que todo el tiempo amó e intentó proteger a Sofía, aunque pensará que no era así.

La perilla de su puerta empezó a girar y una persona entró a la habitación.

~Hugo ¿Estás bien? Escuché que te enfrentarás a Esteban.

~¡Vete Axel! Quiero estar solo.

~¿Es por Sofía? ¿Lo haces por ella?

~No lo hago por ella, es porque odio a Esteban y quiero darle una lección.

~¿A quién amas? Si no se trata de Sofía ni de Isabella ¿Quién es?

~Es... Aliza, si, ¡ella es! Pero sabes que nuestro amor es imposible, una sirvienta y un príncipe no pueden estar juntos.

~Yo lo aceptaría si fuera verdad, pero no te creo Hugo, nunca la miras ¿No será que te estás obligando a quererla? Es tu forma de mantener a Sofía lejos de tus pensamientos.

~¡Cállate Axel! No es así. Gritó de nuevo, mientras se tapaba los oídos.

Dos días pasaron rápidamente y la fecha del combate llegó.

Hugo se encontraba afilando su espada, mientras Esteban se ponía su armadura.

~¿Estás listo para perder?

~Yo nunca pierdo, Esteban.

Sofía caminó frente a ellos y rápidamente, Esteban la tomó por el brazo para acercarla a él.

~Pon mucha atención a la pelea, será la última vez que veas a tu amado con vida. Susurró apretando las mejillas de la joven.

La sangre de Hugo comenzó a hervir y todo su buen juicio desapareció.

Desempuño su espada y se aproximó hasta Esteban para apuntar su pecho, a la altura del corazón.

~Si vuelves a lastimarla, ¡te mataré sin tener piedad!

Esteban hizo a un lado la espada y volvió a tomar a Sofía por los brazos, sin embargo, está vez, se sumergió con ella en un apasionado beso.

Sofía intentó alejarlo, pero no pudo hacerlo.

Hugo levantó nuevamente su espada, pero Axel corrió hasta él para hacer que se calmara.

~Solo quiere provocarte, quiere que pierdas la razón y cometas un error. Recuerda que ya lo hablamos, en caso de que ganes, no le harás daño, lo dejaras ir, como la rata que es.

Hugo respiró hondo y relajó su cuerpo.

En ese instante, se escuchó el eco de una bofetada, para posteriormente ver como Sofía caminaba molesta hacia las gradas.

Ambos jóvenes se pusieron en posición de pelea y el combate dió inicio.

El primero en atacar fue Esteban, quien intentó dar una estocada al pecho de Hugo, no obstante, éste se hizo a un lado y chocó su espada contra la suya.

~Me deshare de ti, Hugo.

~¡Ya lo veremos! Gritó, mientras rasgaba una de sus manos con su espada.

Esteban gritó de dolor y se agachó en el suelo, observando las pequeñas gotas de sangre recorrer su mano.

Pero nada lo detendría, su sed de venganza era más grande, así que tomó su espada con la otra mano y esperó a que Hugo se encontrará distraído, para tirarlo al suelo y apuntar el arma a su cuello.

En el rostro de Hugo se reflejó el miedo y por un momento pensó que su vida terminaría en ese instante.

Todos los espectadores comenzaron a gritar para que Esteban se detuviera, Axel giró la vista para evitar ver el final de su hermanito, no obstante, su padre mantenía una expresión de confianza.
Aliza se tapó los ojos cuando observó a Esteban levantar su espada.

~Este es tu fin, Hugo ¿Hay algo que quieras decir?

Hugo bajó la cabeza esperando su destino, la espada se acercaba cada vez más a su cuello, toda esperanza desapareció de su rostro, pero la voz de Sofía destacó entre los gritos.

~¡Tu puedes Hugo! Yo confío en ti.

El príncipe sintió como sus fuerzas y esperanzas volvían, asi que giró su cuerpo al lado contrario, provocando que la espada de Esteban, se impactará contra el suelo.

Rápidamente Hugo tomó su espada y acorraló al príncipe contra un árbol.

~Te dije que no me ganarías, Esteban ¡Yo nunca pierdo!

~¿Qué esperas? Mátame ya, no me hagas quedar en ridículo.

Hugo tiró su espada a un lado del príncipe.

~No te mataré, no pienso ensuciarme las manos por un hombre como tú. Exclamó antes de seguir de largo.

Esteban miró la espada con impotencia y la tomó entre sus manos.

~¡Nunca le des la espada a tu oponente! Gritó direccionando el arma hacia la espalda de Hugo.

La venganza del pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora