La venganza del pasado

No me volveré a enamorar

Sofía se mantuvo firme y dejó que Hugo se marchará.

Al salir de la habitación, el príncipe se encontró con Dereck.

~¡Hugo! ¿Qué haces aquí? ¿No te da pena haber arruinado la vida de Sofía, por una simple venganza?

~No sé de qué hablas, Dereck. Sonrió de forma descarada.

~Sofia será mi esposa y no dejaré que vuelvas a lastimarla.

~Jamas podras desposarla, Sofía solo puede casarse conmigo ¡Con nadie más! ¿U olvidas que ella me ama?

~Después de está deshonra, dudo mucho que siga amándote.

~No pienses que ganaste Dereck, este juego aún no termina. Soy el único que puede devolverle su honor. Replicó antes de seguir de largo.

Cuando Hugo se encontraba en la puerta, notó que su hermano descendía de uno de los carruajes.

~¿Por qué estás aquí?

~El rey Roland quiere hablar conmigo ¡Ya no soporto esto! ¿Cuando invadiremos Encantia?

~Aun no, deja que mi problema con Sofía se arregle, después, el destino del rey Roland estará en tus manos.

Axel sonrió y le extendió su mano.

~Trato hecho, hermanito.

El rey Roland se encontraba observando a los príncipes a través de la ventana, cuando los recuerdos de su fallecida Beatriz llegaron a su mente.

Flashback.

~¡Debo casarme con Roland, padre! Gritó la joven, mientras le imploraba de rodillas.

~No te conformes con ser una duquesa, cuando puedes ser una reina ¡Garrick es el mejor partido!

~Él no me querrá, porque yo... Yo ya no soy pura... Solo Roland puede regresarme mi honor.

El hombre se acercó a ella y le dió una bofetada, logrando que la joven cayera al suelo.

En ese momento, Garrick entró en la habitación y su rostro delató haber escuchado la conversación.

~¡Mataré a Roland! Gritó con impotencia.

Beatriz se abrazó de sus pies e intentó calmarlo.

~Si matas a Roland, yo... ¡Moriré con él!

~La única forma de dejarlo vivir es que tú te cases con Garrick. Exclamó su padre.

~¡No puedo hacerlo!

El rey de Belgrado caminó hasta su escritorio y comenzó a leer una carta. ~El rey Roland I comprometió a su hijo con la princesa Lorelei, él no se negara o Encantia caera en guerra. ¿Acaso quieres que tu amado muera en una guerra?

~No... No quiero eso, me casaré con Garrick, pero ¡Por favor no le hagan daño a Roland!

Ambos hombres asintieron, para tiempo después firmar un acuerdo.

Unos días después, Roland recibió la noticia de la boda de su amada, su corazón se hizo pedazos al imaginar que ella ya no lo amaba, así que con decepción, aceptó su compromiso con Lorelei.

Fin del flashback.

El ruido de la puerta hizo que el rey Roland despertara de su trance.

~¿Me llamó? Preguntó Axel.

~Asi es, estoy seguro de que ustedes ya están enterados de los rumores que giran entorno a mi hija.

~Asi es, Hugo vino a hablar con su hija, pero ella no quiere escuchar razones, piensa que él esparció el rumor.

~Quiero que se casen cuánto antes, si no, tendré que entregarla al príncipe Dereck.

Los puños de Axel se apretaron y fingió estar tranquilo.

~Hugo está dispuesto a todo, con tal de frenar los rumores y salvar el honor de Sofía. Comentó haciendole una reverencia.

Axel salió rápidamente del estudio y encontró a Dereck paseando por los jardines del palacio.

~Que día tan malo, no esperaba encontrarme con los hermanos de Albuquerque.

~Dereck, eres una hombre muy inteligente y sabes lo que te conviene, a Rudistan no le beneficiaría tener problemas con Albuquerque... Porque ya sabes, somos un país fuerte militarmente, mientras tú reino solo es agricultor.

Dereck bajó la mirada y apretó levemente los puños.

~Veo que eres más inteligente que tú hermano.

~Yo soy el rey, además, Hugo aún es inexperto e impulsivo, pero no es tonto. Aún así siempre me tendrá para arreglar los desastres que cause. Respondió Axel con refinamiento.

~No me interesa, no cambiaré mi decisión ¡Me casaré con Sofía!, no me importa lo que tú hermano hizo o tus amenazas, yo quiero que se convierta en mi reina y cuando quiero algo, hago hasta lo imposible por lograrlo.

~Bueno, no lo repetiré, si llegarás a casarte con Sofía, cosa que me parece imposible, Albuquerque le declarará la guerra a Rudistan y estoy seguro de que ganaré un nuevo país para gobernar.

~Ya lo veremos “Rey Axel" espero que la corona te dure muchos años y nada malo te pase.

~¿Me estás amenazando? Ojalá lo haya malinterpretado, porque eso no te conviene. Comentó antes de abordar su carruaje.

Sofía observó todo desde la ventana de su habitación y la melancolía recorrió su rostro.

En ese momento el rey Roland entró a la habitación.

~Sofia, siento mucho si te importune, pero debía hablarte. 

La princesa lo miró a los ojos y enseguida comenzó a llorar sobre su regazo.

~¡Papá! ¿Por qué me ocurrió esto? ¿Qué pecado cometí para merecer esto? Yo no soy una mala persona.

~No pasa nada, no dejaré que nadie te haga daño, nunca más.

~Por mi culpa todos hablaran mal de Amber y Encantia caerá en desgracia nuevamente.

Roland la abrazó con fuerza y comenzó a limpiar las lágrimas de su rostro, para posteriormente darle un beso en la frente.

~Sé que eres joven, pero el amor no es un pecado, te enamoraste y esa es la mejor sensación que puede existir. Te lo digo por experiencia, también cometí errores, pero viví los mejores años de mi vida.

Sofía se sintió a salvó en los brazos de su padre y sin darse cuenta se quedó dormida.

Roland vió reflejada a su amada Beatriz en su pequeña hija. No quería repetir la misma historia obligándola a casarse con un hombre al que no amaba, sin embargo, si Hugo no se hacía responsable de ella, Sofia caería en desgracia y sería absorbida por la sociedad y sus prejuicios.

El rey cargó a Sofía y la recostó sobre la cama, para posteriormente salir de la habitación.

Miranda lo esperaba al otro lado de la puerta y al notar el dolor de su hija, solo pudo ponerse a llorar.

~¿Qué pasará con ella? Por favor ayuda a mi hija, siempre ha sido buena, no merece sufrir por haberse enamorado.

Roland la abrazo y le dió un beso en los labios, para después dirigirse a su habitación.