La sociedad.

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Los días pasaron y el ánimo de Sofía parecía ir en descenso.
Roland pensó en hacer un gran baile para que su hija viera a sus antiguos compañeros de escuela y así hacerla sentir mejor. Erróneamente, tenía la esperanza de que el rumor de la deshonra de su hija se hubiera olvidado.

~¡Escuchaste! Papá está planeando un baile. Exclamó Amber emocionada.

Sofía la miró sin interés y volvió a recostarse sobre su cama.

~¡Escogeré un vestido para ti! Esta noche serás la más linda del salón.

Amber comenzó a buscar entre el guarda ropas de su hermana y sacó un vestido color dorado con terminaciones de oro.

Tomó la mano de Sofía y la ayudó a vestirse, para después peinar su cabello y retocar su pálido rostro.

~No pienso ir a la fiesta, después del rumor... Todo será distinto.

~Si eso pasa, yo estaré para ti. Contestó la rubia abrazándola.

La hora de la fiesta llegó y ambas princesas bajaron al salón a recibir a los invitados.

Sofía intentó sonreír, pero al notar los murmullos de los asistentes, inmediatamente se dió cuenta de que hablaban de ella.

Isabella se encontraba liderando los cotilleos.

~Veo que te encuentras feliz, Sofía. Comentó el príncipe Esteban de Marcilia.

~Asi es, es un gusto volver a ver a mis antiguos compañeros.

~¿Por qué no vamos a un lugar más privado? Tu sabes... Susurró en su oído provocando que Sofía se tensara.

~ ¿Por qué no vas a molestar a alguien más? Gritó Isabella provocando que el joven se alejara. ~Es un gusto saludarte de nuevo, princesa Sofía.

~El gusto es mío, Isabella, te agradezco por salvarme de él. Contesto Sofía esbozando una pequeña sonrisa.

~No es nada, los hombres son tan predecibles.

En seguida otra de las princesas se acercó hasta ellas.

~Escuche que fuiste deshonrada Sofía, no deberías presentarte en sociedad... Ya que eres considerada ¿Cómo podría decirlo? Exclamó antes de ser callada por Isabella.

~¡No deberías decir cosas tan crueles, Vania! Sofía solo se dejó llevar por las palabras vacías de un hombre mentiroso... Un hombre que se convertirá en el esposo de otra mujer, en mi esposo para ser exactos. Mencionó esperando que Sofía explotará en llanto.

~Es una pena, ahora solo podrás contraer matrimonio con un hombre mayor o divorciado, eso solo si te aceptan. Retomó nuevamente Vania.

Dereck observó que los ojos de Sofía se inundaban, así que antes de que las lágrimas brotarán, se acercó a ella para invitarla a bailar.

~Siento interrumpirlas señoritas, pero este vals es mi favorito y Sofía es la mejor bailarina. Comentó mientras se inclinaba ante ella.

La princesa aceptó y se sintió la más dichosa al poder danzar sin ningún problema o presión, no le importaban los malos comentarios o la forma en que la miraban, ella no era una mala persona, solo había sido descubierta ante la corte real.
Estaba conciente de que muchos de sus amigos se encontraban en su misma situación, ocultando ante la conservadora sociedad sus actos por amor.

~Te dije que era una descarada, ahora baila con el príncipe Dereck y se luce ante todos, como si tuviera derecho a hacerlo, pero no podemos esperar que una campesina tenga decencia. Criticó Isabella escondiéndose detrás de su abanico.

La princesa Vania apretó los puños y comenzó a quejarse.

~¡Yo debería estar bailando con él! Llevo toda la tarde intentando llamar su atención, supongo que a él le gusta lo fácil, lo que no tiene valor.

La música se detuvo cuando un nuevo invitado llegó.
Hugo entró al salón y su mirada se cruzó con la de Sofía, en seguida sus ojos se llenaron de odio, al verla en brazos de su enemigo.
Sofía notó su molestia y se dió cuenta que debía ser fuerte y seguir adelante.
Ella no valía más o menos que las demás princesas, era exactamente igual a ellas y debía mantenerse en pie, tanto para su reino como por ella misma.

Isabella observó aquella escena y se sintió en evidencia, todos parecían notar la tensión entre Hugo y Sofía.
Así que sin pensarlo, corrió hasta él para tomarlo del brazo.

~Pense que no vendrías, amor.

El rostro de Hugo se endureció y rápidamente, movió su brazo para alejarla de él, provocando que la joven cayera al suelo.

~¿Qué te ocurre cariño? Me tratas así por culpa de esa mujer impura. Gritó señalando a Sofía.

Hugo comenzó a apretar los puños.
Cuando una cachetada retumbó en el salón.

Amber se encontraba parada frente a Isabella y sus ojos se mantenían llenos de rabia.

~¡No vuelvas a insultar a mi hermana!

Isabella masajeo su mejilla y se puso a la altura de la princesa rubia.

~¡Sofia no merece nada! No es una dama, ni siquiera debería conservar su título real.

~¡No es así! Sofía es una mujer pura, ella jamás ha deshonrado a su país, yo nunca la he tocado... No puedo creer que sean tan superficiales como para creer en las palabras de una mujer despechada, yo no me casaré contigo Isabella, así que deja de decir mentiras. Gritó Hugo intentando salvar la reputación de su amada.

Nuevamente los murmullos volvieron a escucharse en el salón y Sofía decidió intervenir.

~No necesito que nadie me defienda... No tengo porqué dar explicaciones de mi vida o de lo que hago por amor, tal vez fui ingenua, pero eso me sirvió para convertirme en una mujer fuerte, sin importar sus malos comentarios. Quiero informarles que me casaré con el príncipe Dereck, así que esperen su invitación de boda.

Dereck se apresuró a tomarla del brazo y Sofía sonrió con alegría.

El rostro de Hugo se volvió sombrío y Axel rápidamente tomó su hombro para llevarlo al balcón.

~¡No te dejes llevar por tus sentimientos! Sé inteligente hermano. Exclamó él pelirrojo, golpeando un poco sus mejillas.

Hugo se mantuvo en silencio, no obstante, el príncipe de Marcilia se acercó hasta él sin perder tiempo.

~No creo en tus palabras, dime ¿Sofía es una buena amante? Hace un rato le propuse una salida casual, ya no tiene nada que perder y mucho que ganar, si se convierte en mi concubina.

Hugo tensó la mandíbula y le lanzó un puñetazo al hombre. Sin importar lo que pasaría después o los problemas que le causaría su acción.

La venganza del pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora