La verdad de su corazón

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Sofía salió de la habitación y notó que Esteban se encontraba recargado sobre uno de los pilares.

~Asi que me acusaste con mi padre, cómo si fuera un niño.

Sofía lo ignoró y siguió caminando, pero Esteban la acercó a él hasta quedar cara a cara.

~Haré que tu vida sea tan miserable, que desearás no haber nacido.

~¡No dejaré que me lastimes otra vez!

~Te casarás conmigo, pero quiero aclararte que no es por amor, me conviene tenerte a mi lado.

~Tú lo decidiste, pero no tomaste mi opinión, ¡Yo no me casaré contigo! Nunca lo haré, aunque seas el último hombre en la tierra.

~No estoy pidiendo tu opinión, tendrás que hacerlo o entregaré a tu familia al rey Garrick.

~¡Hugo no dejará que me hagan daño!

~Sigues confiando en el hombre que no pudo enfrentarse a su padre y dejó que te llevarán al calabozo.

~¡Hugo volvió por mi! Gritó Sofía, mientras golpeaba el pecho de Esteban.

~¡Pero no se quedó contigo! Él no te ama de verdad.

~Tú tampoco me amas, solo quieres destruir a Hugo.

~Asi es Sofía, eres muy lista y me ahorras el esfuerzo de tener que engañarte, tal como lo hizo él.

Los ojos se Sofía se llenaron de lágrimas y corrió a encerrarse a su cuarto.

Mientras tanto, Hugo se encontraba encerrado en su habitación.
El rey Garrick se acercó a él y tomó su hombro.

~¡Campeón! Todo es por tu bien, algún día serás un gran rey, por eso debes casarte con Isabella.

Hugo lo miró fijamente a los ojos y sonrió.

~Claro, todo es de acuerdo al plan.

~¡Ese es mi muchacho, estoy orgulloso de ti!

El hombre salió de la habitación y Axel rápidamente se acercó a su hermano.

~¿De qué hablas Hugo? ¿Acaso estás loco?

~Al contrario, estoy feliz de que finalmente mi relación con Sofía haya terminado.

~¿A qué te refieres Hugo?

~Fingí muy bien ¿No? Me gané nuevamente su confianza, mientras los hundía cada vez más.

~¿Te atreviste a engañarme? Yo realmente estaba de acuerdo con tu relación... ¡Creo que esto es despreciable!

~Nunca quite el dedo del renglón, siempre me mantuve firme en mi venganza, solo que lo hice a mi manera, no de la forma que mi padre lo exigió.

~Por eso no ayudaste a Sofía cuando fue llevada al calabozo ¡Mostraste tus verdaderos sentimientos!

~Y eso no es todo Axel, la dejé escapar, ahora se encuentra en Marcilia ¿No crees que es la oportunidad perfecta para deshacernos de ellos también? Podemos decir que cometieron traición, al esconder a fugitivos de guerra.

~¿Qué es lo que pasa contigo? Realmente creí que querías ayudar a Sofía.

~Nada de eso, es todo lo contrario, yo no siento nada por ella y el regreso de mi padre, me ayudó a deshacerme de ella sin mostrar mis verdaderos sentimientos.

~¡Estoy muy decepcionado de ti! De qué no quieras aceptar tus sentimientos y lastimes a la gente de tu alrededor, a las personas que realmente te aman.

~La vida es cruel y despiadada, uno nunca obtiene lo que quiere.

~¡Hablas igual que papá! Ahora estoy seguro de que eres su hijo. Dime ¿Amas a Isabella? ¿O es otro de tus trucos?

~No la amo, no es a ella a quien amo, pero si existe alguien.

Aliza se encontraba escuchando todo del otro lado de la habitación, sus manos cubrían su rostro por la impresión.

Hugo abrió la puerta y encontró a la sirvienta parada frente a él.

~¿Por qué te encuentro siempre que abro la puerta? Mencionó sin interés antes de seguir de largo.

Aliza observó a Axel y este levantó los hombros con confusión.

Hugo salió rápidamente al jardín y la joven lo siguió como si se tratara de una niña pequeña.

~¡Dime que no es cierto! Tú no eres una mala persona, yo noté tu amor por Sofía, sé que la amas.

~Escuchar conversaciones ajenas podría causarte la muerte. Contestó con frialdad.

~Lo sé, pero me preocupa tu comportamiento, no eres el mismo, Sofía era tu luz, ahora que no está a tu lado, pareces distante.

~¿Qué te hace creer que mi cambio fue por ella? Nunca he sido feliz en mi vida, mi padre siempre me ha presionado para seguir sus pasos y reglas, me siento apresado... El tiempo que él estuvo fuera de mi vida, me ayudó para sentirme libre, era yo mismo, no tenía que fingir.

~Príncipe Hugo, yo aún te amo, más que a nada en el mundo. Gritó abrazándose de su espalda.

~Aliza... Ya hablamos de esto. Titubeó mientras se alejaba de ella.

Isabella se encontraba esperándolo en la puerta, al tenerlo de frente, lo tomó por el cuello para acercarlo a ella y darle un beso, procurando que Aliza observara todo.

En ese momento, el carruaje de Dereck descendió frente a la puerta principal.

Hugo hizo a un lado a Isabella y se apresuró a encontrarse con su invitado.

~Es un gusto verte Dereck ¿A qué debo el honor? Preguntó haciéndole una reverencia.

~Quiero saber sobre Sofía, cuando volví al calabozo, ella ya no estaba.

~Sofia se encuentra a salvo, el rey de Marcilia les ofreció asilo político.

~¡Debo sacarla de ahí! Esteban puede hacerle daño... ¿Y si intenta lastimarla de nuevo? Ni tú ni yo podremos salvarla.

~Tranquilo Dereck, me preocupa lo mismo que a ti, pero Sofía no quiere escuchar razones.

Hugo observó a Isabella de reojo y se llevó a Dereck a uno de los salones del castillo.

~¿Qué pasa Hugo?

~No podemos hablar aquí, alguien podría informarle a mí padre y Sofía... Ella moriría.

~Me alegra que esté contigo, ella te ama y sé que está en buenas manos.

Una sonrisa picara se formó en el rostro de Hugo y levantó su copa para brindar.

~Por Sofía, porque nunca sufra una traición y que su puro corazón siga intacto.

~Brindo porque Sofía pueda encontrar la felicidad que siempre ha añorado. Contestó Dereck chocando su copa con la de Hugo.

Axel entró a la habitación y observó a Hugo con odio, ahora sabía que su hermano no era sincero y se encontraba haciéndoles creer en una farsa.

Al notar la mirada de su hermano, Hugo hizo un gesto de molestia, que pasó imperceptible a los ojos de Dereck.

La venganza del pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora