El compromiso

695 47 14
                                    

Cuando la noche se hizo presente, Sofía salió a dar un paseo por los jardines del castillo, para despejar su mente y procesar todo lo que había ocurrido durante la tarde.

“Te amo Hugo, sin importar todo lo que hemos pasado y lo mucho que me has lastimado".

La noche la envolvía, sin imaginar que unos pasos se acercaban lentamente hasta ella y con un solo golpe la dejarían inconsciente.

Esteban observó todo desde su balcón sin inmutarse ni un poco.

Una hora más tarde, la joven despertó en una lujosa habitación y se incorporó sin perder tiempo.
En una esquina, observó la silueta de un hombre que se encontraba mirando hacia el exterior.

~¿Dónde estoy? ¿Por qué me secuestraron?

El hombre caminó hacia ella, hasta revelar su identidad.

~Es la única forma de hacer que mi hijo vuelva. Exclamó el rey Garrick.

~Hugo no merece seguir sufriendo ¡Él debe ser feliz!

~¡No me digas como tratar a mi hijo!

La impotencia nació en su interior, pero guardo silencio, al no saber que destino le esperaba.

A la mañana siguiente, Amber entró a la habitación de Sofía para mostrarle su nuevo vestido, casi de inmediato notó que el cuarto se encontraba intacto y qué su hermana no había pasado la noche en él.
De inmediato creyó que se encontraba al lado de Hugo, se ruborizó y salió de la habitación, sin embargo, casi de inmediato se topó con el príncipe castaño.

~¿Pasaste buena noche? Preguntó a modo de burla.

Hugo levantó una ceja y la miró con intriga.

~¿A qué te refieres?

~Vamos ¡Sabes a lo que me refiero! ¿Dónde está Sofía?

~No está conmigo, de hecho vengo a buscarla.

En ese momento, el rostro de Amber cambio y mostró un aire de preocupación.

~¡Sofía no durmió en su habitación! Creí que estaba contigo, Hugo.

~¡No puede ser! Mi padre debe estar involucrado.

En ese momento el príncipe corrió a su habitación para tomar su espada y dirigirse a Albuquerque.

Cuando se encontró en el castillo, comenzó a gritar el nombre de su padre.

El rey sonrió con alegría y salió rápidamente a recibir a su hijo.

~¡Sabía que volverías! Exclamó extendiendo sus brazos.

Hugo desempuño su espada y apunto al cuello del hombre, provocando que lo guardias se alertaran y rodearán al príncipe con sus espadas.

~¡Basta! Gritó Axel con preocupación.

~Baja esa espada, hablaremos en mi estudio. Comentó el rey Garrick haciendo a un lado el arma.

Los guardias escoltaron a Hugo hasta la habitación y cerraron las puertas para brindarles privacidad.

~¿Por qué raptaste a Sofía? Sabes lo mucho que me importa.

~Lo hice porque quiero darte una noticia, estuve pensando mucho en tu relación con ella y decidí que es mejor que se casen, daré mi bendición para que está unión se lleve a cabo.

~¿Hablas en serio? Preguntó bajando la guardia.

~Asi es, mereces ser feliz, tanto como yo lo fuí con tu madre. Hablaré con Isabella, estoy seguro de que ella comprenderá.

Al escuchar esto, el rostro de Hugo se iluminó y corrió hasta su padre para darle un abrazo.

~Gracias, a pesar de todo, necesitaba tu permiso para casarme, ya que llevo tu nombre y título.

~¿De qué hablas, Hugo?

El príncipe dejó de hablar cuando se dio cuenta de su error; su padre aún no sabía que él conocía la verdad de su pasado.

~Me refiero a qué debo dejar de ser orgulloso, porque soy tu hijo, todo lo que tengo y soy, te lo debo a ti.

El rey sonrió agradecido y palmeó su hombro.

~Dale la noticia a tu prometida, campeón, se encuentra en la habitación de huéspedes especiales.

Hugo caminó por los pasillos y se sintió revitalizado al recorrer su hogar.
Por más que lo pensaba, no había sufrido, al contrario, siempre tuvo una buena vida, llena de lujos y amor.

~¡Sofía! Te tengo una noticia, mi padre permitió nuestro matrimonio.

~¿Nuestro padre?

~No... El rey Garrick... A veces olvidó que no es mi padre biológico y que me hundió en la miseria.

~Te está engañando, sé que es una trampa, él no quiere que sea tu esposa.

~Lo descubriremos... Debemos darle gusto, tú sabes porqué. Comentó guiñandole el ojo.

Sofia tomó su mano y juntos caminaron al salón para brindar con la familia y sellar formalmente su compromiso.

Después de un rato, ambos se despidieron y decidieron volver a Marcilia, sin embargo, los guardias les impidieron el paso.

~No pueden irse, vivirán aquí hasta que la boda se lleve a cabo. Sonrió Garrick.

~¡No puedo quedarme aquí! Mi madre se preocupará por mi. Gritó Sofía arrodillandose frente al hombre.

~Le informaré al rey Estefano, no debes preocuparte.

Sofía miró a Hugo con ojos suplicantes y este solo levantó los hombros sin darle una respuesta.

~¡No me quedaré aquí! No me casaré con Hugo, no de está forma... ¡Yo no soy una muñeca y no seré su títere! Gritó con molestia, mientras se refugiaba nuevamente en el cuarto de huéspedes.

Axel observó todo desde la lejanía y sintió pena por Sofía.

El pelirrojo esperó a qué su padre se retirará y se acercó rápidamente a Hugo, procurando no llamar la atención de los guardias, que se encontraban al tanto de ellos.

~Deberias hablar con Sofía, se encuentra muy afectada.

~Ella sabe que todo es parte de un plan, debemos arruinar a mi padre, estoy seguro de que no quiere levantar sospechas. Contestó antes de seguir de largo y encerrarse en su habitación.

Axel se acercó a la puerta de la habitación de Sofía y escuchó como sus llantos atravesaban las firmes maderas.

~¿Te encuentras bien? Susurró con cuidado.

La princesa abrió la puerta y limpió sus lágrimas.

~No estoy bien, debo volver con mi padre ¡Temo que el rey Garrick le haga daño o lo amenace con mi seguridad!

Axel limpió sus lágrimas y le dio un beso en la frente.

~No te preocupes, yo hablaré con el rey Roland e incluso lo alertare si mi padre planea algo, pero ¡Por favor! Deja de llorar.

Sofia sonrió con cuidado y asintió.

~Muchas gracias, Axel, no pensé que fueras tan sensible.

~Eres una persona increíble, no puedo permitir que sufras, eres la mujer que cambió a mi hermano y te lo agradezco.

La venganza del pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora