Hugo se encontraba sentado junto a su padre, mientras Isabella tomaba su mano con fuerza.
~Quiero que la boda se realice en una semana ¡Cuánto antes mejor! Exclamó el rey, sin quitar la vista de los ojos distantes de su hijo.
~¡Es una maravillosa idea! Gritó Isabella con felicidad.
Hugo giró la vista e intentó ignorar esto, sin embargo su padre volvió a mirarlo.
~¿Tienes alguna queja?
~Nada. Contestó con frialdad.
~Asi me gusta. Exclamó, mientras caminaba hacia él ~Hugo, debes hacerme caso, papá sabe lo que te conviene.
Hugo apartó la mano de Isabella y se levantó de su asiento.
~Haré lo que tú me digas, pero no estoy de acuerdo. Gritó antes de salir de la habitación.
Al abrir la puerta, el joven se tropezó con Aliza, sin embargo, ni siquiera la miró.
Desde la lejanía, Isabella notó la mirada enamorada de aquella sirvienta, así que la tomó por el brazo para llevarla a uno de los jardines del castillo.
~¿Quién eres? No te había visto antes.
~Soy la recamarera del castillo. Contestó bajando la mirada.
~Ya me parecía, no luces como una noble y tu cabello es espantoso. Se burló tomando un mechón entre sus dedos. ~¿Sabes? Hugo y yo nos casaremos en una semana, pronto seré la ama y señora del Ducado de Albuquerque y heredaré el reino de mi tío.
Aliza bajó la mirada e intentó aguantar sus lágrimas.
~Le deseo mucha felicidad, señorita.
~Gracias, sé que lo dices en serio, porque Hugo jamás podría fijarse en una mujer de baja cuna como tú.
~La princesa Sofía es muy afortunada de tener su amor. Contestó con firmeza.
Isabella apretó los puños y le soltó una bofetada.
~¡No vuelvas a mencionarla! Esa plebeya no merece nada, estoy tan feliz de que se encuentre encerrada en el calabozo, ¡espero que se pudra en él y no vuelva a ver la luz del día!
~¡El amor siempre vence! Gritó Aliza.
~No estamos en un cuento de hadas, está es la vida real, deja de pensar que todo se resolverá con el beso de un príncipe, porque no será así, yo recibí tantos besos de Hugo y ninguno arreglo mi vida, ¡al contrario! Me destruyó.
~¡Aliza! Te necesito. Gritó Axel al otro lado del jardín.
~Fue un gusto charlar con usted, pero debo retirarme. Contestó haciéndole una reverencia.
Isabella apretó los puños y siguió caminando.
Por otro lado, Esteban se encontraba sentado en el estudio de su padre.
~Ahora que el rey Garrick ha vuelto, nuestro reino se encuentra en peligro ¡Él y yo nunca hemos llegado a un acuerdo! Exclamó el rey Estefano.
~Tengo un plan para que no vuelva a atacarnos. Respondió Esteban tronando sus dedos. ~Encontre un camino alterno, por el que podríamos transportar mercancía sin depender de Albuquerque ¡El rey Garrick no te amenazará nunca más!
~¿De qué hablas? No querrás hacer algo ilegal.
~Solo hasta que el reino de Albuquerque sea derrotado. El rey Garrick es cruel y no debería decirlo, pero ese tal príncipe Hugo es igual a su padre.
~¡No vuelvas a hablar así de él!
~¿Por qué? No debería importarte.
~Su madre era una prima lejana mia y yo la apreciaba mucho.
~¡Lo que faltaba! Ahora resulta que ese pesado es de mi familia. Gritó Esteban apretando su frente.
~Siempre te he dicho que debes ser un hombre recto, educado y respetable, pero tú no pareces entenderlo. No podemos hacer negocios ilícitos, aunque sea por una buena causa, ¡debe haber otra solución! Me duele no poder ayudar a mi amigo Roland. Exclamó el rey.
~No conozco otra forma. Sonrió con descaro.
El rey se mantuvo pensativo, hasta que una idea llegó a su mente.
~Podríamos darle apoyo militar al rey Roland a cambio de una alianza matrimonial.
~¿Quieres que me case con la mimada de Amber? ¡Jamás lo haré!
~Ese no es mi plan, ya que es la heredera de Encantia, pensé que Sofía sería una buena opción.
Esteban comenzó a toser y se levantó rápidamente de su asiento.
~Debe ser una broma, Sofía es una mujer deshonrada, ¿Qué reputación traería para Marcilia?
~Prefiero que exista una unión entre ambos reinos, a que tú realices métodos indeseables.
~Eso no ayudará, solo le traerá problemas a Marcilia. Creo que solo buscaste un pretexto para emparejarme con ella. Gritó cruzando los brazos.
~Asi es, me parece que es una buena mujer y podría ayudarte mucho, además supe que el príncipe Hugo está muy enamorado de ella, lo odias ¿No es así? Aunque sea de mi familia, prefiero que mi hijo sea feliz.
~¡No me casaré con ella! Volvió a decir antes de salir de la habitación.
Mientras caminaba rumbo a su habitación, el príncipe Esteban comenzó a analizar las palabras de su padre. Él tenía razón, la única manera de hacer que Hugo se enfureciera y bajará la guardia, era atacando su punto más débil, quizás la idea de desposar a Sofía no era tan descabellada.
Sofía se encontraba recargada sobre uno de los barrotes; una tempestad azotaba Encantia y las gotas de lluvia caían por el techo, provocando que tanto ella como su familia se encontraran totalmente mojados.
~¡No aguanto más! Soy la futura reina de Encantia, no merezco este castigo.
~ Amber, creo que ya no te convertirás en reina. Contestó James, mientras se tapaba los oídos.
~Si tuviera mi amuleto conmigo, nada de esto hubiera pasado. Soy tan tonta ¿Cómo pude pensar que Hugo me salvaría? Después de todo el daño que me ha causado.
~No pienses así Sofía, él está siendo manipulado por su padre, puedo ver en sus ojos que es una gran persona. Mencionó Roland.
~Además noté su mirada de angustia, mientras eramos traídos al calabozo, estoy segura de que él quería salvarte. Interrumpió Miranda.
~Gracias, pero sé que lo dicen para hacerme sentir mejor. Él solo me utilizó para su conveniencia, lamentablemente yo si me enamoré. Lloró la castaña abrazándose de su madre.
~¡No es así! Yo te amo más que a mi vida. Gritó Hugo posándose al otro lado de las rejas.
Los ojos de Sofía se iluminaron y un aire de esperanza recorrió sus ojos.
~¡Hugo! ¿Qué haces aquí? Gritó corriendo hacia él.
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La venganza del pasado
FanfictionUna historia de amor inconclusa puede traer la desgracia al presente de nuestros protagonistas. Publicada el 7 de octubre del 2020. Finalizada el 17 de diciembre del 2020.