Separación amarga

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Flashback:

A Lo lejos, Hugo observó aquella detestable escena.
Sofía gritaba su nombre, una y otra vez, ella confiaba en él para salvarla. No llamaba a su padre o a su hermano, sus labios lo buscaban con cada palabra.

Esteban golpeó la cabeza de su amada para dejarla inconsciente y evitar que luchará, fue entonces cuando él lo tomó por los hombros y lo alejó de ella.

Con dolor observó como los ojos de Sofía lo miraron con ilusión, antes de caer desmayada.

~¿Cómo te atreves? Gritó, mientras golpeaba el rostro de Esteban.

El hombre solo río con arrogancia. Haría lo que fuera necesario con tal de pasar una noche con Sofía.

En ese momento, Dereck llegó al lugar e intuyó lo que había ocurrido.

El príncipe de Rudistan tomó a Esteban por los brazos para llevarlo frente al rey Roland, mientras que Hugo levantaba a Sofía del suelo y la dirigía a su habitación.

~Lo siento Sofía, debí llegar antes y evitarte este mal momento... ¿Cómo podré corregir mis errores?

Se adentró en la habitación y la recostó sobre su cama.

El rostro de Sofía demostraba una inmensa felicidad, sin importar lo que había ocurrido minutos antes.

Hugo acercó sus labios a su frente y depósito un pequeño beso, para después dirigirse al estudio del rey Roland.

Al entrar, Esteban se encontraba sentado sobre una de las sillas, mientras que Axel lo apretaba fuertemente del brazo.

~Que bueno que llegas hermanito, estamos discutiendo el futuro de este rufián.

~¡Quiero que lo manden al calabozo! Él atacó a Sofía, ella no merece ser humillada, solo es un ángel.

~Eso es verdad, pero ¿Estás de acuerdo que Esteban no es el único que intentará aprovecharse de su situación? Exclamó Roland.

~Yo la protegeré, si ella quiere ¡Nos casaremos de inmediato!

~¡No lo permitiré! Gritó Esteban.

Axel ejerció más presión sobre su brazo, provocando que el príncipe llorará de dolor.

~Debes alejarte de Encantia y de Sofía o la fuente de ingreso a tu país será bloqueada, ya que el cargamento tiene que pasar estrictamente por Albuquerque. Exclamó Axel.

~Solo lo haré si Hugo también se aleja... De lo contrario, nunca dejaré a Sofía y ustedes saben que mi reino es de los más poderosos del mundo eterno. Siempre consigo lo que quiero, cuando quiero.

~¡Nosotros ponemos las condiciones! Gritó Axel.

~Espera hermano, tal vez sea lo mejor... Si no me alejo de Sofía, él podría hacerle un daño mayor. Puede que la próxima vez, no esté cerca para salvarla.

~¿Cómo estaremos seguros de que no romperas el acuerdo? Pregunto Roland.

~Si lo hago, no dejarán pasar cargamento hacía mi reino. Contestó levantando los hombros.

Los tres hombres aceptaron, no obstante, Esteban tenía un plan mayor, había encontrado una forma de abastecer a su reino, sin la necesidad de depender de Albuquerque.

Hugo salió rápidamente de la habitación y encontró a Dereck merodeando por los pasillos.

~¿Cómo está Sofía? Preguntó con interés.

~Ella se encuentra durmiendo, quiero pedirte un gran favor, sé que no somos amigos y no creo que lleguemos a serlo, pero... Yo prometí no volver a acercarme a Sofía. Solo confío en ti para protegerla, no dejes que Esteban le haga daño, ya que yo no podré estar a su lado.

~¡Debes quedarte a su lado! Sofia Solo confía en ti.

~Dile que tú la salvaste del ataque, por ningún motivo vuelvas a mencionarle mi nombre y... Hazla feliz. Comentó con lágrimas en los ojos.

Dereck le ofreció su mano y entró a la habitación de la joven.

Fin del flashback.

Los días pasaron y Sofía se preguntaba una y otra vez, por qué Hugo no había ido a visitarla, ¿Acaso había desistido de enamorarla?

Dereck tomó su mano y puso sobre su dedo un anillo de compromiso.
Sin ilusión lo miró y recordó que fue ella la que prometió casarse con él.

Observó su reflejo en el vidrio de la ventana y recordó cuánto había cambiado su vida en los últimos meses.

Hugo se encontraba recostado sobre uno de los sillones del castillo, cuando una mucama le llevo un té de limón. El joven se incorporó y notó la sonrisa coqueta de aquella empleada, estaba rodeado de mujeres que constantemente intentaban llamar su atención, con la esperanza de escalar socialmente y entrar a la realeza.
Él conocía ese sueño y quizás en el pasado no hubiera dudado en aprovecharse de la situación, pero ahora todo era distinto.

Antes de Sofía, nunca había tenido contacto con ninguna mujer, pues su padre se había asegurado de que su corazón no fuera robado y dejará de lado su objetivo.
Isabella era la única que podía estar a su lado, sin embargo, no era más que una compañera de vida.

La quería, lo aceptaba, pero siempre supo que faltaba algo más, que solo Sofía pudo llenar.

~¿Necesita algo más? Preguntó la mujer con una sonrisa brillante.

Hugo negó con la cabeza y la observó sin interés.

~Entonces me retiro, su alteza.

~Espera... Necesito un consejo y estoy seguro de que conoces mi situación ¿Crees que deba romper mi promesa y visitar a Sofía?

La mujer hizo un gesto de disgusto y bajó la mirada.

~No debería importarle la opinión de una sirvienta.

~No tengo en quién confiar, estoy tan sumido en la desesperación.

La mujer se acercó a él y lo tomo por los hombros, para evitar que se desvaneciera.

~Mi nombre es Aliza, puede hablarme cada vez que lo necesite.

Hugo asintió con alegría.

En ese momento Axel entró en la habitación y desplegó un comunicado.

~Tu bella Sofía se casará con Dereck ¿No harás nada para impedirlo?

~Di mi palabra, no me acercaré a ella.

~Ambos sabemos que tú palabra no vale mucho, no fuiste sincero.

~Por primera vez en mi vida quiero que mi palabra sea tomada en serio, quiero cumplir lo que prometo, tal vez de esa forma, pueda merecer a Sofía.

~De nada servirá tu cambio, si ella desposa a otro hombre. ¡Deja que comience la invasión de Encantia! De esa forma ella vendrá a tus brazos y no se separará nunca más de ti.

Hugo curveo las cejas y lo medito por un momento, para finalmente aceptar.

~¡Comienza la invasión! Nuestra venganza debe continuar.

La venganza del pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora