Llegó el miércoles y Kyle todavía no me había llamado, debía seguir en Birmingham con aquella chica que lo llamó. Esperaba que venga hoy pues como he dicho antes necesitaba el auto con urgencia.
Fui a la oficina y Albert me interceptó antes de subir el ascensor.
--- Señorita, ¿encontró el auto que deseaba? Me esmeré mucho en buscar los mejores y los más cómodos.
--- Sí estaban muy lindos, gracias Albert. Y de nuevo sí. Sí lo encontré, solo espero que el dueño me llamé para cerrar el trato y que me dé a mi nuevo bebé.
--- Entiendo- me sonrió.
Nos despedimos y seguí en rumbo a mi oficina.
Me olvidé del tema durante toda la mañana porque los dueños de la empresa, a la que uno de mis clientes estaba denunciando, se habían presentado y no se portaron de la mejor manera que digamos. Terminé estresada, todo me había salido mal. Mientras intentaba resolverlo, mi teléfono sonó.
--- Hola- dije sin importancia
--- Emilia, ¿Cómo estás?
--- Ocupada, pero ¿quién demonios eres?
--- ¡Qué humor!- rio- Soy Kyle, se suponía que nos veríamos hoy-y luego agregó- para lo del auto me refiero.
La emoción me embargaba, la luz comenzaba a asomarse en mi día nublado. Por lo menos tendría mi auto.
--- He estado esperando tu llamada todo el día- dije emocionada como una niña de cinco años.
Se escuchó nuevamente su risa a través del teléfono.
--- No sabes cuan feliz me hace saberlo.
No podía creer que fuera capaz de hacerme sonrojar sin estar presente. Moví mi cabeza hacia los lados, no podía ilusionarme. Cuando firmara los papeles y le pagara, jamás lo volvería a ver.
--- Entonces, ¿voy a registros públicos ahora?- de nuevo se escuchó su risa.
--- No, es muy temprano para ir- la sonrisa se fue de mis labios- pero qué te parece si vamos a almorzar y luego vamos a registros públicos.
--- No lo sé Kyle, ¿dónde nos encontraríamos? Además tengo poco tiempo para el almuerzo- en realidad me moría por salir con él, pero sentía que era su obra de caridad o algo por el estilo o lo hacía por simple compromiso.
--- Conozco un lugar cerca a tu oficina, donde la comida es deliciosa.
--- ¿Cómo sabes dónde trabajo?- dije riendo.
--- Soy el que todo lo sabe- respondió serio.
--- ¿Ah sí? claro además de ser extremadamente atractivo, tener una voz maravillosa, tienes un don mágico para saber todo. Eso no es justo- se escucharon toques en mi puerta- Espérame un segundo, veré quién es.
--- Te espero- dijo y volvió a reír.
Su risa era contagiosa, por lo que me acerqué risueña a la puerta. Pero al ver quien era mi risa se esfumó. Los ojos azules más bellos del mundo junto a la sonrisa que tanto me enloquecía estaban frente a mí. Lo único que pude hacer es quedarme en blanco con una sonrisa tonta en el rostro.
--- Kyle- dije en un susurro.
--- ¿Lista para nuestro almuerzo?- su sonrisa se ensanchó.
--- Pero no será muy peligroso que te vean comiendo en cualquier lugar, presiento o mejor dicho sé que alguna fan se tirará encima de ti y coleccionará los restos de tu comida.
ESTÁS LEYENDO
Mientras Respire
RomanceEmilia como toda adolescente en su vida, estuvo obsesionada hasta los huesos con la boy-band más popular del momento. ¿Qué pasaría si años más tarde tuviera la oportunidad de vivir fuera del país? Y más aún, qué sucedería si esos ojos azules que la...