Y los días pasaron, nuestro noviazgo iba de viento en popa. Salíamos de vez en cuando a restaurantes concurridos pero siempre éramos muy discretos, por lo que afortunadamente aún los paparazis no sabían de nosotros. Más tiempo pasábamos en mi apartamento o en su casa. Nos divertíamos hablando de todo, me hacía reír con sus tontas bromas, veíamos películas o jugábamos algún juego de mesa. Y muy seguido íbamos con la banda. Estaba llegando a querer a todos, nos habíamos vuelto amigos rápidamente hasta con Maddison; excepto, claro, con Clover, estaba más presuntuosa que nunca. Salía seguidamente los fines de semana con Maddison de compras o a tomar un café, pero durante semana se nos hacía difícil por nuestros horarios de trabajo.
Ya era finales de Julio, estábamos por cumplir un mes con Kyle y él había estado toda la semana en Suiza terminando de grabar canciones de último minuto para el álbum que saldría a la venta el próximo Noviembre. Hace unos momentos me llamó para decirme que ya había llegado y que tenía una sorpresa para mí.
Una hora después, el hombre de los rizos dorados estaba en la puerta del apartamento con una maleta en las manos.
--- No me digas que te mudarás- señale su maleta- porque en primer lugar solo hay un cuarto y segundo, tienes una casa hermosa.
Río angelicalmente.
--- Lo de solo tener una habitación no sería un problema, siempre podemos compartirla los dos- movió sus cejas sugerentemente.
--- En tus sueños Franklin- reí cortamente de su cara de decepción.
--- Lo sé pequeña, sabes que yo respeto tu decisión, pero en realidad no me voy a mudar.
--- ¿Acabas de llegar del aeropuerto? Pero si me llamaste hace una hora- recordé.
--- Tienes razón, esta maleta es mía y tú tienes que hacer la tuya- mencionó.
--- ¿Para qué?- pregunté ansiosa.
--- ¿Recuerdas la sorpresa?
--- ¡Oh no! Vas a raptarme- él rió por mi tontería.
--- Pues si lo quieres poner de esa forma, sí, te raptare este fin de semana. Ahora has tu maleta, nos iremos a la playa.- me instó.
--- ¡Qué increíble! No demoro nada. Ponte cómodo, siéntete como en tu casa.
Corrí a mi habitación y comencé a sacar lo necesario y a meterlo en un bolso. En menos de diez minutos regresé a la sala con Kyle.
--- ¿Irás desnuda?- cuestionó sorprendido.
Bajé la mirada para verme, por si fuera como en aquellos sueños donde apareces desnuda y no, no lo estaba.
--- ¿Por qué lo dices?- repliqué.
--- No has demorado nada, estoy acostumbrado a que las mujeres demoren bastante.- confesó.
--- Eso es muy machista de tu parte- lo regañé- En mi familia mi papá era el más tardón, por el contrario yo siendo mujer sé escoger lo necesario en poco tiempo.
--- Vuelvo a repetir, eres especial. Por eso te quiero tanto- me besó.
Nos perdimos en el beso unos minutos hasta que nos alejamos.
--- Si seguimos así, nunca llegaremos a la playa- le dije agitada por lo anterior.
--- ¡Vamos a la marcha!- él era un explorador.
Subimos en un auto desconocido para mí.
--- ¿Otro más?- lo interrogué observando el vehículo.
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Mientras Respire
RomanceEmilia como toda adolescente en su vida, estuvo obsesionada hasta los huesos con la boy-band más popular del momento. ¿Qué pasaría si años más tarde tuviera la oportunidad de vivir fuera del país? Y más aún, qué sucedería si esos ojos azules que la...