Esa misma tarde tomé un tren hacia Birmingham. Sería la primera vez que visitaba aquella localidad. Pues sí había ido a West Midlands por asuntos de trabajo. Seguíleyendo mi libro hasta que llegamos a nuestro destino.
No visité nada, puesto que llegué muy avanzada la noche y estaba agotada. Fui a un hotel que había reservado después de que Lucy llamara hoy temprano. Aunque estaba cansada no pude conciliar el sueño en toda la noche, tenía un extraño presentimiento que algo grande iba a suceder mañana. Me convencí que tal vez sería porque por primera vez tendría un auto comprado con mi sudor y cansancio, como diría mi madre. La extrañaba mucho. A ella y a toda mi familia.
El sol se instaló en el cielo y me rendí pues sabía que no podría dormir hasta hoy en la noche. Prendí la televisión y salté los canales hasta detenerme en uno donde estaban pasando una canción muy famosa de hace unos seis años. Era “The Secrets Behind Your Smiles” de Fourth Plan. Aunque le dijera a Jessica que los había superado, a veces solía quedarme horas escuchándolos en mi iPod. Lo único que había cambiado era que ya no era tan fan, lo había dejado cuando comencé mi relación con Mateo. Escuchar la canción era una cosa, pero ver el video era otra muy distinta, una emoción inentendible comenzó a crecer en mi interior. Y entonces llegó el solo de Kyle. Kyle Franklin, el chico por el cual había escrito poemas de amor, el único artista que me había conquistado; puede sonar loco e ilógico porque nunca lo conocí personalmente pero en realidad creo que me llegué a enamorar de él.
Al terminar el video, cambié de canal y me quedé viendo “Posdata: Te amo” por décima vez en mi vida, no me cansaba de aquella película. Me cambié con unos jeans azules, una blusa blanca un poco ancha y unas lindas botas marrones. Amaba que aunque fuera verano podías usar ropa de invierno. En Perú siempre usaba ropa de verano porque es un lugar muy caluroso. Me puse solo brillo labial, quería verme presentable pero no muy seria, para que tenga absoluta certeza de que estaba vendiéndole a la persona adecuada.
Birmingham era una ciudad muy pintoresca y el Café Blend era un local simple pero muy bello. Me acerqué al cajero y pregunté por Eddy Hope, amablemente me guio a una mesa en la esquina más alejada. Ahí se encontraba una persona con la carta del Blend cubriéndole el rostro.
--- Buenos días, ¿Eddy?- dije insegura.
En ese momento se percató de mi presencia y bajo la carta, tenía un aspecto gracioso pero tierno, con una gorra de lana cubriéndole el cabello; un bigote prominente para su edad, que debía ser menos de treinta; y unos lentes gruesos que resaltaban sus hermosos ojos azules, desde joven siempre me sentí atraída a los chicos con ojos claros y no había excepción.
Parecía como si Eddy estuviera escondiéndose.
--- Hola Emilia, es un gusto conocerte- dijo con su acento británico bien marcado. Me encantaba como sonaba mi nombre en sus labios. Su voz era grave, profunda, sexy y por extraño que pareciera, se me hacía conocida.
Se levantó para ayudarme a sentarme como todo un caballero. No sabía que decir así que fui al grano.
--- Bueno sobre el auto…
--- ¿Qué te parece si primero pedimos algo de tomar y luego hablamos de negocios?- preguntó interrumpiéndome y ofreciéndome una sonrisa que me distrajo por lo deslumbrante que era.
--- Sería perfecto- solo pude decir y corresponder a su sonrisa.
El mesero tomó nuestras órdenes y luego se marchó.
--- Bueno Emilia mi madre está encantada contigo con solo hablar por teléfono, dice que eres la adecuada para comprar el auto y por eso lo quería comprobar por mí mismo.
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Mientras Respire
RomanceEmilia como toda adolescente en su vida, estuvo obsesionada hasta los huesos con la boy-band más popular del momento. ¿Qué pasaría si años más tarde tuviera la oportunidad de vivir fuera del país? Y más aún, qué sucedería si esos ojos azules que la...