Epílogo

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Nos quedamos en Piura una semana. Kyle pidió perdón a mi padre que no lo quería ver ni en pintura, pero al final consiguió la bendición de su parte. Y una promesa de mi madre de ir a la boda que sería el mismo día que habíamos decidido antes de que Rachel interrumpiera nuestra relación. También conoció a unos amigos y a Macarena, fue tan tierno verlos jugar juntos. Pasamos unos días en la playa de  mi infancia recuperando las tres semanas perdidas. Y volvimos a Londres más juntos que nunca.

Al principio tuve que defenderlo de Jerry J., Vincent y Jessica, pero rápidamente fueron a felicitarlo por no ser tan estúpido como decía mi amiga. Y todo volví a l normalidad.

Jessica consiguió vengarse de Rachel y lo lamentaba por ella aunque se lo merecía. La pobre quedo muy golpeada.

Los días pasaron en la planeación de nuestra boda, Kyle me acompañó a todos sitios solo para cuidar que nada nos pase. Se había vuelto más sobreprotector que nunca, pero más dulce y tierno, cosa que yo adoraba de él.

Y hoy era el día, el día en el cuál uniríamos nuestras vidas para siempre. Estaba en la habitación de Lucy, en Birmingham, terminando de ser maquillada por Sam, que había aceptado muy gustosa hacerlo. La sonrisa no abandonaba mi rostro y todas las mujeres que estaban ahí, es decir, mi mamá, Daysi, Sam, Lucy y Jessica me preguntaban por qué no estaba nerviosa. La respuesta era sencilla, no podía estar nerviosa si hoy sería el mejor día de mi vida, no me arrepentiría de mi decisión, Kyle era el amor de mi vida y yo solo ansiaba llegar al altar y decir de una vez por todas “Sí, acepto”. Cuando Sam acabó de maquillarme y dejar mi cabello en su rizado natural y en todo su esplendor, fui a ponerme el vestido. Lo había encontrado en una foto años atrás y me enamoré con tal profundidad que lo tuve que guardar. El diseñador fue muy amable en volver a hacerlo para mí, le quedó precioso. Era un vestido de tafeta y tul con un brillo muy sutil y encantador, parecía de princesa.

--- Eres la novia más linda que he visto- dijo mi mamá al borde de las lágrimas.

--- Estas preciosa Emilia- me elogió mi, en pocas horas, suegra.

--- ¡Qué bonita cuñada!- gritó Daysi.

--- Pajarito no puedes verte más hermosa- me sonrió mi mejor amiga.

--- Me van a hacer llorar- admití sonrojada.

--- ¡Eso sí que no!- exclamó Sam- No vas a arruinar tu maquillaje.

Todas reímos ante su inminente preocupación. Entonces se escucharon unos toques en la puerta de la habitación.

--- ¿Quién?- preguntó Lucy.

--- Las están esperando- comentó mi papá.

--- Ahora vamos- respondió mamá y luego se giró a verme- Bueno hijita, nos vamos. Suerte, te estaremos aguardando en el altar. Te quiero.

--- Yo también mami- sonreí y me despedí de las demás mientras salían de la recámara y mi papá entraba.

--- Estás tan bella mi princesa- tomó mis manos- No puedo creer que mi princesita se case.

--- Yo tampoco papá - le contesté.

--- Si te vuelve a hacer sufrir, él no la contará. Estaré practicando mis métodos de tortura- lo miré con advertencia- Sé que lo amas y que él cometió un error, pero no aguantaré otro. Aunque no se ve tan tonto como para volverlo a hacer, en realidad se nota que te ama.

--- Y me hace feliz- le confié.

--- Estoy perdiendo a mi bebé- vi como sus ojos se cristalizaban, casi nunca vi a mi papá llorar y verlo ahora me conmovió mucho.

Mientras RespireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora