Llevaba tres días en la casa de Kyle, mi cuarto, era el de visitas, que coincidentemente estaba al frente del cuarto de mi novio. Así que cada mañana me despertaba y lo primero que veía al salir era su hermoso rostro recién levantado. Todas las noches, pensaba en ir a su cuarto pero me daba vergüenza que su familia fuera a mal interpretar la situación.
Luego de conocer a Daysi y a Lucy conocí a Matt, era un hombre muy amable y caballero, sabía sobre tantos temas que era imposible no tener una conversación con él.
Hoy se suponía que llegarían los tíos y primos de Kyle para la cena de Noche Buena.
Me puse unos jeans y una manga larga con motivos navideños y amarré mis rulos chocolate en una coleta alta. Al salir de mi cuarto, no me encontré con Kyle, se debió quedar dormido puesto que ayer salimos hasta muy tarde con Daysi a un bar de la ciudad. Bajé las escaleras y olfateé un delicioso aroma a pan recién hecho. Me dirigí a la cocina y me encontré con Lucy y Daysi horneando.
--- Buenos días- les dije llegando a su lado.
--- Hola querida, pensé que te levantarías más tarde puesto que ayer salieron hasta tarde con Daysi- admitió Lucy.
--- Si Daysi está despierta ¿por qué yo no debería estarlo?- le sonreí.
--- Sí, ella no es tan perezosa como tu hijo mayor- recriminó burlonamente Daysi.
Sonreí.
--- ¿Quieren que las ayude?- me ofrecí.
--- En realidad ya estamos terminando cielo, así que por qué no vas a levantar a Kyle para desayunar- me instó Lucy.
--- Sí, ahora voy- volteé a verlas- Sé que ustedes prepararán la cena esta noche así que no podrán negarme que las ayude.- volví a decir.
--- Emilia eres la invitada, no te podemos obligar a hacerlo- dijo Lucy.
--- No me están obligando, yo quiero hacerlo- contesté.
--- Pues en realidad sí necesitamos un poco de ayuda, y si no te molesta- sonrió Daysi.
--- No hay nada más que decir, me avisan cuándo empezarán a cocinar. Voy a levantar al bello durmiente- ellas rieron y yo volví a subir para despertar a Kyle.
Entré a su habitación, la cual había conocido cuando me llevó a un recorrido por su casa hace un par de días. Estaba pintado de un color blanco con decoraciones azules. Tenía fotos suyas de cuando era un niño, era adorable. Posters de sus bandas y equipos de fútbol predilectos decoraban sus paredes. Y en su cama de colcha azul estaba acurrucado el hombre que me quitaba el sueño. Era tan hermoso. Me acerqué a él y besé su frente, sus ojos, la punta de su nariz, sus mejillas y luego sus labios rojos seductores. Una sonrisa se posicionó en su rostro y pronunció mi nombre sin siquiera abrir los ojos. Volví a besarlo por un tiempo más prolongado y ahora su mirada adormilada se fijó en mí. Su sonrisa creció más.
--- Qué lindo despertar- juntó nuestros labios- Estaba soñando contigo y luego despierto y estás aquí. Soy una persona afortunada, mis sueños se cumplen- sonrió y yo lo hice en respuesta.
--- Bello durmiente, vine a despertarte porque nos esperan para desayunar.
Movió su cabeza de lado a lado para quitarse el sopor del sueño.
--- Vamos- se paró dejando al descubierto que solo dormía con pantalones de pijama, dejando a la vista su bien formado torso. Tenía su escultural figura frente a mí. No podía despegar la mirada y me sonrojé al instante.- No es la primera vez que me ves así- sonrió y tomó la camiseta más cercana.
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Mientras Respire
Storie d'amoreEmilia como toda adolescente en su vida, estuvo obsesionada hasta los huesos con la boy-band más popular del momento. ¿Qué pasaría si años más tarde tuviera la oportunidad de vivir fuera del país? Y más aún, qué sucedería si esos ojos azules que la...