El auto de ensueño

644 17 0
                                    

Y así pasaron seis meses. El despertador me levantó a las 6:30 am, hora perfecta para asearme, cambiarme, desayunar y llegar a la oficina exactamente a las 8:00 am. Durante todo este tiempo superé el periodo de prueba, fui verdaderamente contratada en el bufete al mes siguiente de mi llegada, y ahora estoy completa y perdidamente enamorada de mi trabajo. Era consultora y abogada, a la vez, de grandes empresas alrededor de Gran Bretaña por lo que con solo el tiempo que he estado viviendo aquí, conozco la mayoría de condados. Pero me había centrado tanto en lo que hacía, que hasta el momento no me había fijado en ningún compañero de la oficina o los amigos que he hecho, pues no era ninguna desadaptada social ni nada por el estilo. Iba a fiestas y me divertía como cualquiera solo que prefería esperar al indicado, que andar besando sapos como suele decir mi mejor amiga. La extrañaba demasiado.

Lo único arruinando mi felicidad era el transporte, pues me movilizaba en taxis y metros, lo que o me dejaba en la ruina monetaria o me retrasaba la hora de entrada al trabajo. Por eso he estado ahorrando antes de venir, desde hace un año y medio para comprarme un auto, y hoy mismo comienzo con mi búsqueda. Lo necesito con urgencia.

Arribé a la oficina y como siempre Albert, el recepcionista, me saludó. Albert era un hombre de mediana edad, piel blanca como la cal y cabello rubio con pequeñas canas adornándolo.

--- Buenas, señorita Díaz, espero que tenga un gran día- sonrió.

--- Gracias Albert, ten un día maravilloso también- luego agregué- ¿me podrías hacer un favor?

--- Lo que sea por usted señorita.

--- ¿Podrías buscar anuncios de venta de autos?-pedí.

--- Así que por fin se ha animado a comprarse un vehículo, me alegro por usted.- dijo amablemente.

--- Sí, ya era hora. Necesito movilizarme y los taxis se han vuelto un exceso mientras los metros me vuelven impuntual. Y en realidad quisiera tener mi propio auto.

--- Tiene razón, empezaré a buscar los mejores automóviles para usted.

--- Y de precio razonable también.- reí.

--- Por supuesto.

--- Muchas gracias Albert.

--- Es un placer ayudar.

Seguí mi camino, subí por el ascensor y marqué el ocho, el número de mi piso. Entré y como siempre mis compañeros me recibieron cálidamente. Desde que llegué me trataron excelente a pesar de provenir de un lugar y una cultura distinta a la suya.

Todo el día estuve de un lado al otro resolviendo un problema jurídico de mi actual cliente, y solo fui capaz de desocuparme cuando mi reloj anunciaba que mis horas laborales habían concluido.

Al regresar a casa revisé mi email, con la grata sorpresa que Albert ya me había mandado varias páginas web para encontrar mi futuro auto. Pero antes de empezar a revisar una a una, decidí tomar una larga ducha caliente para relajar los músculos. Me preparé un sándwich y tomé una botella de agua del refrigerador. Ya estaba lista para iniciar.

Había unos muy lindos pero superaban mi presupuesto y otros entraban en él pero no eran de mi total agrado. Estaba a punto de rendirme cuando en la última pestaña encontré un auto que era ideal, calzaba con lo que tenía y era muy hermoso. Un Mercedes Benz del 2011. Tomé mi teléfono celular y marqué el número indicado en la web.

--- Buenas noches, ¿con quién tengo el gusto?- contestó una voz de mujer.

--- Buenas noches, lamento llamarla a esta hora pero quería saber sobre el Mercedes Benz que está en venta, estoy muy interesada

Mientras RespireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora