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Alina Lezcano; aka sunshine.☀️

semanas después.

— ¿se siente mejor? —preguntaba Sergio mientras bebíamos café sentados en la isla de la cocina.

—creo, al menos ya le hablo a mi mamá. —respondo y él asiente.

—entiendo que no fue fácil Alina, pero pasó, y si no pasaba ese día, iba a pasar más adelante. Entiendo que hay factores que la hicieron enojar, pero esto iba a suceder.

—cómo sea, no pienso volver a competir. —dije para después darle un sorbo a mi café.

—opa, opa, calma vaquera, ¿cómo que no va a volver a competir? Alina lo que hizo en España fue un excelente trabajo, a pesar de la situación que estaba pasando.

—¿y? dije que no quiero competir más, estoy segura de que la bola ya se regó, y no quiero ver a nadie más de ese mundo. La red bull fue una gran oportunidad, pero me niego a encontrarme nuevamente con él. —respondo.

—no, no, no —dice mientras me toma de los hombros para que lo vea— ¿ya revisó su correo?

—¿qué tiene que ver... —digo, pero él me interrumpe.

—¿ya revisó su co rre o? —dice y yo lo miro extrañada.

—no, no reviso mi correo hace un rato —respondo— ¿qué tiene que ver?

—dentro de dos semanas hay una competencia en México, ghetto dreams, estamos invitados, y me prohíbo permitir que usted no vaya.

—deje de privarse de cosas, porque puede terminar desilusionado, no voy a ir a ninguna otra batalla que no sea en plaza. —aviso, mientras me levanto de la silla.

—Alina, ¿por qué mejor no le demuestra quién es usted? vaya, compita, capaz le toca contra él, y le puede ganar. —achino mis ojos, viendo como le echa leña al fuego.

—creí que le caía bien el campeón. —digo mientras enarco mi ceja.

—me cae bien, solo que bueno, de alguna forma usted debe pasar recibo, ¿no? —dice mientras enarca su ceja. Río ante su actitud.

—no me va a volver a chantajear. —le aviso y él ríe.

—no es chantaje, solo digo, que bueno, imagine usted —dice mientras se recuesta en la isla— ganándole a bnet, fuera de casa, así la gente no podría decir que fue localia. —me quedo en silencio viendo a mi amigo, quién sonríe con una pizca de maldad.

—¿lo dejamos en mano de una moneda? —dije sacando una moneda de mi bolsillo. Él asintió— ¿escudo o corona?

—corona. —contestó. Lancé la monde al aire, y tal como lo hicimos para red bull, lanzamos la moneda al aire, haciéndonos a un lado para que la moneda caiga, choca contra la cerámica, y gira dos veces.

—corona —responde con una sonrisa victoriosa— ¿nos vemos en la ghetto dreamns? —dice mientras estira su mano.

—nos vemos ahí. —respondo estrechando la mano.

recuerdos de tu olvido ; bnet.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora