"- ¿Recuerdas lo que hablamos? Bueno, tenías razón, juntos somos la mejor fusión de colores que puede existir y es lo que jamás querré perder"
🚫ESTA OBRA VIENE DE MI MENTE, ES TOTALMENTE MÍA Y ESTÁ PROHIBIDA SU ADAPTACIÓN O COPIA. RESPETE AL ESCRIT...
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MELODY ANGEL
Entré con tranquilidad a la escuela al lado de Adam, dos días fueron eternos, aunque últimamente pasan demasiadas cosas en poco tiempo.
Me aferré a mi mochila con fuerza al ver a Melannie paseando con Alex, había entrelazado su mano con la de él y este ignoraba el detalle, o tal vez no lo ignoraba sino que no le molestaba, mientras ella le decía algo que lo hacía reír.
La comediante, pues.
No es sólo las manos lo que me da cierta molestia, es ver la condenada sonrisa que trae el chico cuando está con ella, porque se ve muy contento pero luego empieza a alejarse de nosotros, y me causa rabia como con facilidad vuelve a acercarse a ella.
Ahora entiendo a Alex, así se debe sentir cuando me ve con Ryan... Se siente horrible.
—Somos amantes, inocentes de lo que estamos sintiendo, tengamos un secreto y que nadie sepa de eso, lo hace más interesante... —cantó Adam al darse cuenta de a quién miraba, lo miré de reojo y estaba con una molesta sonrisa, rodé los ojos.
—Deja de molestar, Adam.
—¿Qué? Yo sólo estoy cantando, si sentiste que era para ti es otra cosa.
Visualicé a Ryan y lo encontré observándome.
—Debo ir, ¿no? —pregunté.
—Claro que sí, anda, camina, ve con el amor de tu vida. —me empujó hacia allá y empecé a caminar, no sin antes mirar mal al que decía ser mi mejor amigo.
Pude notar como la pareja que antes observaba ahora me veía a mí caminar hacia Ryan. Y es normal, ya que, como todos en esta escuela, estaban enterados del chisme, así que vernos juntos se había convertido en una novela.
No me gustaba formar parte de esta novela, es decir, ser el centro de atención.
La mirada de Melannie era curiosa, y la de Alex era como si quisiera pedirme que me detenga, que no lo hiciera, y cuando se dió cuenta que me quede más tiempo del debido observándolo, bajó la mirada, rompiendo el contacto.
Mis pasos eran inseguros y estaba muy nerviosa, no tenía ni un solo mechón con el que jugar así que terminé sacando el sucio inexistente que había en mis uñas.
—Hola, ángel.
—Hey, lanza. —saludé con una sonrisa nerviosa—. No pensé que sería tan incómodo...
—Dímelo a mí. —soltamos una risa llena de nervios y tensión.