•C A P Í T U L O 2 2•

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MELODY ANGEL

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MELODY ANGEL

—Cuando yo nací, semanas atrás había nacido una chica, la hija de los mejores amigos de mis padres. Una hermosa chica, era blanca, con el cabello y los ojos castaños claros, se llamaba Melannie.

Alcé una ceja al escuchar el nombre, era muy parecido al mío.

Claro que en apariencia no teníamos nada que ver.

»Como nuestros padres se conocían —continuó—, desde memoria nos conocemos, nuestra amistad fluyó muy bien, ambos teníamos gustos en común. Cuando teníamos como once años dijimos que seríamos novios, nos casaríamos y muchas cosas de sueños de niños tontos.

Sonreí con ternura al imaginar a aquel chico romántico y soñador, uno que nunca pude conocer.

»A los trece empezamos a escaparnos, íbamos a parques, puentes o lugares donde podíamos estar solos, a veces ella venía a mi casa o yo iba a la de ella, nuestros padres no se enteraban. Ellos no me querían cerca de ella, menos sin supervisión.

»A los catorce nos escapamos de nuestras casas y fuimos a una cabaña de sus padres... Pasamos la noche ahí, tuvimos relaciones esa noche... Muy jóvenes, sí, no estoy contento con eso, créeme. Quisiera que las hormonas no me hubieran ganado en ese momento, fue todo muy... Rápido.

»... Al volver nuestros padres se enojaron, mucho, ahora entiendo mejor el por qué, pero antes no lo entendía, les dijimos que íbamos a estar juntos siempre y al cumplir la mayoría de edad íbamos a casarnos y mudarnos juntos lejos de ellos... No lo tomaron bien.

Cómo no... Mucha novela para mí. Es casi... Enfermizo.

»Mis padres me prohibieron verla y a ella igual verme, pero seguíamos viéndonos a escondidas, según nosotros, Nada nos impediría estar juntos... Se enteraron, su familia tomó medidas más fuertes que aún no entiendo, se mudaron a Francia, París para ser exacto. Nos prohibieron tener contacto con el otro pero seguíamos hablando por correo.

»Nos descubrieron, de nuevo, debo admitir que no servíamos para esconder las cosas, a ella le quitaron cualquier tipo de red social según me enteré y a mí me quitaron mi laptop y mi celular por un largo tiempo.

»Nos dejaron sin medio para comunicarnos e hice muchos berrinches por eso, entré en una fase depresiva, realmente me pegó muy fuerte y a los días... A los días murió mi hermana

—Dios... ¿Hermana? —pregunté ya que había hecho una pausa.

—Sí, tenía diez años, yo quince... —respondió y unas lágrimas rodaron por su mejilla, las limpió rápido—. No sabemos aún que pasó, sólo que su corazoncito se detuvo, delante de mí ella... Ella sólo... Sólo se desvaneció. No importaba la edad, era mi mejor amiga, era la que le daba luz a mi hogar, nunca sentí celos ¿Sabes?, sólo adoración, era un ángel que irradiaba luz... Y se fue, sólo se fue, así de simple y yo... Yo lloré, grité, me hice daño, me negué a aceptarlo, la esperé y nunca llegó, seguía llorando y gritando cuando estaba solo pero ese dolor seguía ahí, era un dolor que no puedo explicar, un vacío en mi pecho tan fuerte, perdí a dos personas que amaba demasiado en una semana... Fue demasiado para mi, para mis padres... Para todos. Ella no iba a enamorarse, no iba a graduarse del colegio, no iba a salir con amigos a hacer idioteces, no iba a perseguir sus sueños... Ella no... Ella no iba a hacer nada.

New Game | #1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora