𝐖𝐈𝐃𝐄 𝐀𝐖𝐀𝐊𝐄 || akabane karma

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KARMA'S PARENTS

  Karma se levantó de su lugar, y cambió su posición de la mesa para sentarse junto a la muchacha de cabellos negros antes de realizar la videollamada con su madre. A juzgar por la diferencia de horario, en Barcelona debía de ser apenas medio día, por lo que sus padres estarían disponibles para una llamada en ese momento. Karma logró dar un par de bocados más a la comida antes de que se atendiera la llamada, y ambos padres del pelirrojo aparecieran en la pantalla, luciendo bastante frescos a pesar de estar en pleno otoño.

  —¡Hola, Karma! —la voz animada de los mayores se hizo presente y salió por el altavoz del teléfono del pelirrojo, quien les regaló una radiante sonrisa a sus mayores.

  —Nos alegra que llamaras, hijo. Planeábamos llamarte un poco más tarde para darte las buenas noches —habla la madre del mayor, quien parecía estar en movimiento, ya que su cámara se movía bastante a diferencia de la de Karma, pues este había apoyado su teléfono en la mesa contra el servilletero.

  —Ya verán que me adelanté —una pequeña risa escapa de sus labios, y finalmente la señora Akabane apoya el teléfono frente a ella y al padre del pelirrojo, y ambos se acomodan frente al aparato.

  Por unos largos minutos, Shiori apreció la conversación que tuvo la familia Akabane, donde los mayores le preguntaban a su hijo cómo iba la escuela, las notas, y sobretodo la conducta, y él les preguntaba cómo iba su viaje. Karma no hablaba mucho de sus padres, y ella no le reclamaba nada por ello, ya que respetaba el hecho de que no quisiera hablar sobre ello.

  Sin embargo, le daba algo se nostalgia ver que, a pesar de ellos estar tan lejos, seguían comunicándose como si estuviesen frente a frente, y de una forma bastante extrovertida y natural. A su mente llegaron un par de recuerdos, donde recordaba a su madre un par de años atrás. Era simplemente una niña inocente que jugaba a los héroes con el quirk de su padre. Cada vez que lo utilizaba, sus ojos le ardían y lloraba por el dolor, a lo que recibía un regaño de su madre por utilizar su particularidad. Aún así, trataba de hacerla reír y descansar sus ojos para que ella dejase de llorar. Y funcionaba.

  Con el pasar de los años, y cuando ya cumplió los nueve o diez, le dijo a su padre que quería convertirse en heroína. Su padre la apoyó en todo lo que ella necesitaba y quería, a diferencia de su madre, quien no estaba de acuerdo con esa idea... ella quería que su hija fuera "normal". No quería que se pusiera en peligro en el mundo de los héroes. "No podrás ser una heroína", le dijo aquella señora una vez.

  A los doce comenzaron las constantes peleas entre los tres: las de la pareja de mayores con respecto al futuro de la adolescente, las de madre e hija debatiendo quién estaba en lo correcto y quién no, y las de Shouta y Shiori por culpa de la madre de la última mencionada. Fue un par de meses antes de que la joven termine su primer año de secundaria que su madre murió en un accidente de tránsito y nadie la pudo salvar.