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KUNUGIGAOKA'S SPORTS FESTIVAL

  Después de una conversación y un intento de negociación con Karasuma, muy al pesar de todos, a Aizawa se le denegó la participación en la actividad de derriba el poste en el festival deportivo

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  Después de una conversación y un intento de negociación con Karasuma, muy al pesar de todos, a Aizawa se le denegó la participación en la actividad de derriba el poste en el festival deportivo. Aún así, como todos los demás, puede participar en todas las actividades correspondientes. Es por esta razón, que Shiori terminaba volviendo a casa del pelirrojo por su cuenta, ya que Karma debía quedarse entrenando junto al resto de sus compañeros, y pasaba las tardes sola, razón por la cual, había entrado en un pequeño marco depresivo al no tener a nadie para distraerse y no pensar en el hecho de no haber podido volver a su dimensión.

  Akabane llegaba a su hogar bastante cansado, así que apenas y cruzaba palabras con la pelinegra cuando regresaba, por lo que no se había dado cuenta de lo que ocurría con la joven. Sólo Koro-sensei había notado lo decaída que se encontraba la pelinegra, la cual para el día del festival deportivo llegó con unas ojeras más grandes de lo normal y una cara de no querer hablar con nadie. Y es que había estado teniendo constantes pesadillas, como si fuesen visiones de la misión en la que estuvo antes de terminar en esa dimensión.

  A pesar de que el maestro haya insistido, la joven aseguró encontrarse bien, y que podría participar de lo mejor en la carrera de los ochocientos metros planos. Su padre le ha hecho dar vueltas completas a la UA para mantener resistencia, así que ochocientos metros era pan comido. Le tocaba justo después de Kimura, quien estaba corriendo en ese momento mientras Koro-sensei le tomaba fotografías cual madre orgullosa apoyando a su hijo.

  Maehara le ofreció una botella de agua antes de correr, y aceptó sólo un pequeño trago para hidratarse y que no se le revolviera tanto el estómago.

  —Mucha suerte, Aizawa-senpai —mencionó el de cabellos dorados cuando la chica le devolvió la botella junto a una auténtica sonrisa.

  —Gracias, Maehara —examinó por breves segundos a las corredoras. Todas eran más bajitas que ella, así que simplemente se encogió de hombros, elevando de forma muy leve una de sus comisuras, formando así, una imperceptible sonrisa—. Pero estoy lo bastante confiada como para asegurarte que voy a ganar.

  —¿Eso es una apuesta? —pregunta el joven con ilusión. Un sonido muy bajito escapó de la garganta de la azabache que fue apenas perceptible para Hiroto: era una risa.

  —Tómalo como quieras.

  Se alejó del muchacho trotando hasta la línea de partida. Allí se alineaban las demás corredoras, con sonrisas superiores, cada una creyéndose mejor que la otra. E incluso se atrevían a mirar por encima del hombro a Shiori... si tan solo supieran que es de una élite más alta que todas ellas juntas, tal vez estarían incluso de rodillas a ella suplicando por piedad.

  —Karma-kun —Koro-sensei se posicionó a un lado del pelirrojo, el cual estaba hasta atrás de su grupo de curso para observar la carrera de la pelinegra. El muchacho miró a su profesor con algo de curiosidad, esperando a que prosiguiera—. ¿Cómo está Aizawa-san? Hoy hablé un poco con ella, pero estaba mucho más decaída de lo habitual.

𝐖𝐈𝐃𝐄 𝐀𝐖𝐀𝐊𝐄 || akabane karmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora