𝐖𝐈𝐃𝐄 𝐀𝐖𝐀𝐊𝐄 || akabane karma

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BE MY VALENTINE

  Lo único audible en aquella sala de paredes color crema era el suave y agudo tintinear de una cuchara pequeña contra la taza de mármol blanca a la par que las pequeñas manos de Shiori revolvían el poco azúcar dentro de la taza para disolverla con el agua caliente. Sus ojos estaban fijos en aquel oscuro líquido que no lograba transparentarse mucho, y el vapor que salía provocaba que el olor a menta del té llegase a sus fosas nasales. Un pesado suspiro escapó de sus labios antes de dejar de revolver la taza y dejar la cuchara de lado sobre una servilleta para que no goteara la mesa.

  Tomó la taza entre sus manos, de manera que el calor que emanaba la taza automáticamente calentó sus manos, las cuales estaban frías y con algunas vendas blancas rodeando sus nudillos; esto gracias a los golpes que la fémina le dio al piso durante la mañana y provocó que sus nudillos se rompieran un poco, y no tenía a Recovery Girl para poder curarla, por lo que Koro-sensei tuvo que recurrir a un acto de enfermería común y corriente. Le dio un pequeño sorbo a la taza, sintiéndose un poco más reconfortada y tranquila con el gusto a menta.

  En el marco que dividía la cocina con el comedor, yacía recargado cierto pelirrojo de brazos cruzados y con la cabeza también apoyada en el trozo de pared, mirando con preocupación a la joven que ocupaba un espacio en su corazón. Después de lo ocurrido durante lo que restaba del día en la escuela y la corta comunicación tanto con su padre como con quien al parecer era un héroe y profesor de ella, agradeció una última vez a sus compañeros y no habló en todo el día. Tampoco hizo comentario alguno en el retorno a casa, donde junto a un grupo de su curso estuvieron conversando acerca de las escuelas a las que irían en cuanto se gradúen de Kunugigaoka. En el tren tampoco había hablado nada, y al encontrar asientos, mantuvo su cabeza apoyada contra la ventana todo el tiempo, pensando quizás qué cosas.

  La comunicación le afectó más de lo que él creyó que podría afectarle, y de mala manera al parecer. El cerebro de la joven era un pequeño martirio, donde ya no sabía qué pensar. Le emocionaba haber podido contactarse tanto con su padre como con All Might, pero también le había shockeado el hecho de que su tío, quien hace no mucho había descubierto que era también el malo de la película en la presente dimensión, también fuese alguien malévolo y del bando enemigo en su hogar. Sentía que tenía mucho pero a la vez nada que pensar, y como ya muchas veces le había pasado, sentía que estaba retrocediendo de nueva cuenta.

  Al menos ya sabía que sí estuvieron trabajando para tratar de llevarla a casa lo antes posible, pero ya no era cuestión de ellos, sino que todo estaba en manos de lo que el destino haya deparado para su tío Yanagisawa Kotaro, mejor conocido como Shiro por el Shie Hassaikai. La azabache le dio otro sorbo a su té antes de depositar la taza sobre la mesa de nueva cuenta y limpiar sus labios con la servilleta y decir algo en dirección al muchacho.

  —No me gusta que me mires así, Karma —el mencionado se sorprendió un poco al escucharla hablar y ladeó suavemente la cabeza, sin entender muy bien a qué se refería con eso—. No quiero que me mires con... lástima, con pena. No me gusta. Tampoco como si fuese indefensa o un pequeño animalito al cual hay que proteger. Está bien.