𝐖𝐈𝐃𝐄 𝐀𝐖𝐀𝐊𝐄 || akabane karma

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THE FINAL BOSS

  No había un grupo más calificado que la clase E de Kunugigaoka para invadir la montaña de su campus, puesto que si habían personas que conocían al derecho y al revés tanto el bosque como los parámetros del mismo en general, eran ellos. Ni siquiera tropas de élite del Gobierno podrían contra ese pequeño grupo de asesinos.

  Karma se encargó de repartir estratégicamente a sus compañeros por distintos puntos de la montaña tomando en cuenta sus puntos más fuertes para ponerlos en práctica, como el combate cuerpo a cuerpo de Maehara e Isogai, la agilidad de Okano, la buena puntería de Chiba y Hayami, la fuerza bruta de Hara, el trabajo de fuerza en equipo de Terasaka, Yoshida y Muramatsu junto a la astucia de Itona, entre otros. Incluso Karasuma, quien se encontraba junto a Irina y algunos de sus superiores, creía que el mejor para liderar a la clase E en esas condiciones, era el travieso pelirrojo.

  En cuanto la milicia se enteró de la presencia de terceros en los terrenos de la montaña, rápidamente trataron de atacar y atentar contra los adolescentes. Sin embargo, el año que pasaron entrenando les otorgó la experiencia suficiente para poder combatir contra aquellos soldados de élite.

  Kataoka, quien se encontraba sobre el árbol en frente de Aizawa le hace una seña con la cabeza a la fémina, puesto que había recibido una orden de parte de Karma de que dos soldados se acercaban a su posición. No pasaron ni siquiera diez segundos cuando estos estuvieron en el campo de visión de las chicas, con sus armas en alto y mirando a tantas partes como se les era posible para no ser atacados. Sin embargo, no fue del todo factible, ya que ambas chicas se lanzaron una a cada uno con el fin de capturarlos.

  La delegada de la clase hizo uso de una de las trampas que estaban colocadas estratégicamente en distintos lugares del bosque, las cuales eran trampas para Koro-sensei, mientras que Shiori hizo uso de su arma de captura, para que acto seguido quedasen ambos colgando de los árboles. Ambas se sonrieron mutuamente ante su sincronizado trabajo y chocaron puños, para luego afirmar un poco más los amarres de las respectivas trampas de los militares.

  —Sendero Este despejado —informó la de cabellos azabache a través de su audífono inalámbrico, tanto para el pelirrojo al mando como para el resto de sus compañeros.

  —Buen trabajo, bebé —recibió como respuesta con una sonrisa burlona de parte del muchacho, sabiendo que la chica se avergonzaría ante el apodo. Y no se equivocaba, puesto que un pequeño sonrojo se había hecho presente en sus mejillas.

  —No me digas así, Karma —le regañó antes de cortar la comunicación y volver a poner su atención a los miembros de la milicia—. Creo que deberíamos de dormirlos.

  Entonces cada una empleó un poco de cloroformo junto a un trapo para adormecer a los militares y así poder mantenerlos cautivos solo con una soga, y Shiori podría utilizar sus cintas otra vez si era necesario. En cuanto estuvieron listas con aquellos dos adultos, corrieron por el sendero con dirección al otro lado de la montaña, para llegar a un punto de encuentro con el resto de su clase.