𝓢 || ❝ i'm wide awake. ❞
𝗔𝗜𝗭𝗔𝗪𝗔 𝗦𝗛𝗜𝗢𝗥𝗜, estudiante
de la preparatoria UA del curso
de héroes, pierde su batalla
contra un villano durante una
misión y gracias a su particula-
ridad termina en una dimens...
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La navidad es sin duda la época favorita de muchas personas, y puede ser por distintos motivos. A muchas personas les gusta comprar o hacer distintos obsequios para sus seres queridos, a otros les gusta recibir, así como hay otros a los que también les gustaba porque podían convivir mucho mejor como familia. Otros como Karma, cumplían años el mismo día, lo cual era un pro y un contra para él. Un pro porque juntaba dos de sus festividades favoritas, y un contra porque sus padres no tienen más excusas para pedir licencias de su trabajo y pasar más tiempo con él.
También estaban las personas a las que les daba relativamente lo mismo la navidad... como a Shiori. Desde el fallecimiento de su madre, a pesar de que con su padre siguieran decorando la casa, haciendo unos pocos obsequios y Present Mic fuese a pasar las fiestas con ellos, no era una gran fanática de la festividad. De ninguna festividad, en realidad. Tal vez eso fuese debido a la personalidad apagada tanto de su padre como suya, y que Mic fuese el único que tratase de brindarle algo de alegría y luz a aquel hogar era bastante... fuerte.
En la residencia Akabane era distinto, puesto que el entusiasmo era desprendido por los poros, tanto del joven adolescente como los padres del mismo, contagiando así, un poco el entusiasmo a Aizawa. Ese día, 24 de Diciembre por la tarde-noche, estaba nevando en las afueras, y el interior de la residencia estaba ya decorado con un gran árbol de navidad, un par de regalos debajo del mismo, y del equipo se escuchaban algunos villancicos mientras los padres de Karma preparaban la cena en la cocina y los adolescentes jugaban cartas en la sala.
—¿Sabes de qué me di cuenta hace poco? —pregunta el pelirrojo en dirección a la muchacha, luego de robar una carta de su mazo, y formando un nuevo par con la misma, el cual dejó sobre la mesa. Aizawa soltó un sonido de interrogación para que el joven continuara con su habla—. Tienes una cicatriz bastante fea en la clavícula, Shiori. Cerca del cuello.
La adolescente frunce levemente el ceño y decide negar suavemente.
—No sé a qué te refieres —responde sin más, robando esta vez ella una carta a él, y vio que no le servía para formar algún par, por lo que revolvió un poco sus cartas, cambiando de posición la carta "envenenada".
—Sí, me fijé el otro día. Justo por aquí —Akabane señaló su propia clavícula, señalando el lugar en el que tenía la cicatriz. La chica frunció suavemente sus labios y volvió a negar, esta vez un poco más suave.
El día que habían llegado los padres de Karma y ambos se toparon en la cocina, cuando el pelirrojo apoyó su mentón en el hombro de la chica, sus ojos se habían desviado un poco hacia abajo y pudo ver la cicatriz, puesto que el suéter que llevaba no tenía hombros y dejaba la clavícula al descubierto. En ese momeno no quiso preguntar nada, pero ya no quería quedarse más con la duda.
