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KAYANO KAEDE OR YUKIMURA AKARI?

  —Traje a la princesa sana y salva —Maehara sonrió abiertamente en cuanto Akabane abrió la puerta de su hogar, a la par que Aizawa desviaba su mirada algo avergonzada

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  —Traje a la princesa sana y salva —Maehara sonrió abiertamente en cuanto Akabane abrió la puerta de su hogar, a la par que Aizawa desviaba su mirada algo avergonzada.

  —Gracias por acompañarme, Maehara. Aunque no era muy necesario, ya que sé cuidarme sola.

  —Qué dices. ¿Qué clase de caballero sería si no escoltara a la damisela a su dulce morada? —Karma lanzó un suspiro, rogando que por favor el muchacho se fuera ya. Estaba bastante cansado y además tenía hambre—. En fin. Tengan buena noche, chicos. Nos vemos mañana.

  El castaño besó la mejilla de la joven, y se despidió con la mano del dueño de casa. Acto seguido, comenzó a caminar bajo los pocos rayos de sol que aún se asomaban del oscuro cielo. Akabane se corrió a un lado para que Shiori pudiese entrar, y esta ingresó inmediatamente, dejando sus zapatos a un costado como de costumbre.

  —¿Qué tal fue? —pregunta el joven pidiéndole a la chica que le entregara su bolso estirando sus brazos en su dirección.

  —Todo fue bien, supongo. Diría que, uh... lo normal, creo —Aizawa se quitó la bolsa y se la entregó al pelirrojo, quien la colgó en el perchero para luego guiarlos a ambos hasta la sala, donde estaba aguardando a por ella mientras miraba televisión—. ¿Ya cenaste?

  El muchacho negó suavemente, a lo que ella abrió sus ojos a tope. Ladeó un poco la cabeza, pensando en la razón por la cual se había pasado de la hora habitual de la cena.

  —La verdad... estaba esperándote a ti para comer —cerró los ojos con una pequeña sonrisa—. Fui un poco tonto al tener esa idea, ya que de seguro que debes de haber comido algo con Okano y Maehara.

  ¿Él... me esperó para comer?, pensó la joven, y en ese momento sintió que su corazón latió un poco más rápido de lo normal. Tuvo que tomar aire de manera calmada repetidas veces para poder seguir hablando con normalidad.

  —En realidad —Karma abrió los ojos y vio a la muchacha con los brazos detrás de su espalda y su cabeza levemente agachada—. No quise comer con ellos. Mentiría si dijera que era porque no tenía hambre, pero quería llegar a comer contigo, o al menos a comer de tu comida... me gusta más que las hamburguesas que pidió Maehara.

  Akabane no pudo evitar ensanchar su sonrisa y mirar a su compañera con algo de dulzura. Habían pensado lo mismo, y eso le alegraba mucho.

  —Ya veo. Al parecer las hamburguesas no son lo suficientemente refinadas para una dama como usted, ¿o me equivoco? —aquel comentario por parte del pelirrojo, provocó que una sonrisa empezara a formarse en el rostro de la chica, quien negó con la cabeza con bastante diversión y sin molestarse en borrar esa sonrisa que solo él sabía sacarle—. Entonces, princesa, ¿gusta acompañar a este plebeyo y preparar un delicioso platillo acorde a su reino?

𝐖𝐈𝐃𝐄 𝐀𝐖𝐀𝐊𝐄 || akabane karmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora