𝐖𝐈𝐃𝐄 𝐀𝐖𝐀𝐊𝐄 || akabane karma

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SOMETHING

  —Auch —el adolescente frente a Aizawa hace una mueca al sentir el algodón untado en un poco de alcohol sobre su herida. El ardor aumenta en el momento en que lo que antes eran simples toquecitos cambian a pequeñas fregadas sobre la herida para evitar su infección.

  —No te quejes mucho, Nagisa. Yo no los mandé a pelearse así —regañó la azabache volviendo a su labor de curar las heridas del rostro del peliceleste, quien chasqueó la lengua al sentir algo brusca la curación.

  —¿No puedes solo usar una toalla húmeda? —pregunta el más bajo y la única chica allí niega con la cabeza, caminando a un lado para tirar el algodón que había usado.

  —No porque las heridas se pueden infectar. Tanto tú como Karma tienen mucha tierra en el rostro —vuelve a humedecer un nuevo algodón para seguir limpiando las heridas del joven de orbes celestes, quien vuelve a hacer una mueca ante el tacto del líquido con su piel—. Nagisa, por favor. Si pudiste soportar los golpes de Karma puedes con esto. No es la gran cosa. En la UA tenía un compañero que se rompía los brazos a cada rato.

  Tanto Nagisa como Karma abrieron los ojos como platos, puesto que habían olvidado el detalle de que Shiori tenía un compañero que pasaba en la enfermería, puesto que al no poder controlar muy bien su quirk, solía romperse tanto los brazos como las piernas o los dedos al soltar todo su poder.

  —El poder de Midoriya no venía de herencia de sus padres como el mío, se le fue traspasado —termina de desinfectar la última herida que tenía Shiota en su rostro, y procede a tirar el último algodón utilizado con él—. No sabía cómo controlarlo, y el One For All es un poder muy poderoso, puesto que ha sido pasado de generación en generación, por lo que, entre más portadores haya tenido, más fuerte es el poder. Midoriya es el noveno, por lo que es bastante fuerte. Además, era relativamente flacucho, por lo que su cuerpo no podía soportar tanto poder. All Might, que fue quien le traspasó el quirk tuvo que entrenarlo mucho, y él también ya dentro de la UA entrenó mucho por su cuenta, y también trabajó mucho su poder para poder usarlo en porcentajes y así acoplarlo a lo que su cuerpo aguantaba. Así que no puedes reclamarme por un poco de alcohol en una herida, Nagisa.

  Al peliceleste le cayó una gota de sudor por la sien—. Gracias por curarme, Shiori-san.

  A petición de Koro-sensei, la azabache se había llevado al par problemático a la improvisada enfermería del edificio para curar las heridas de sus rostros, y es por eso que habían terminado en esa situación.

  —No es necesario que uses las formalidades conmigo, Nagisa. Está bien así —respondió luego de poner una bandita sobre la mejilla izquierda de su compañero de clase.

  El más bajo asiente con una pequeña sonrisa y se levanta de su lugar, sacudiendo un poco sus ropas, las cuales aún no se había cambiado. Apreció a su compañera moverse por la enfermería, buscando los demás utensilios que usaría -ya que a diferencia de sus heridas, las de Karma estaban aún abiertas y no eran simples raspones o golpes, además de tener algo de sangre seca aún en su rostro- para tratar al pelirrojo. Parecía saber bien lo que hacía y lo que iba a utilizar para curar a su amigo.