Tal vez era una mala broma de alguien del departamento, todos allí sabían sobre mi hermana, tal vez una persona mal intencionada le pidió a los de mudanza que pusiera eso entre mis cosas, no había forma de asegurar que Red John haya sido, o, quizá tenga un discípulo en el departamento, no imposible, conocía bien a las personas del departamento, ninguno me generaba sospechas, o, quizá era tan bueno que por eso no lo note; decidí dejar eso de lado, no sin antes destrozar aquella carta mal intencionada y tirarla a la basura.
Desperté al día siguiente después de que el despertador hubiera sonado como por 5 minutos, a diferencia de mis días en Atlanta, está muy desanimada, y no era lo correcto, trabajo es trabajo y no hay mucho que pudiera hacer, me levanté de la cama y me dirigí a la ducha, el agua estaba fría, deje que el agua cayera sobre mi cabeza y luego pase mis manos por mi rostro, mi cabello y las deje reposar en mi cuello, termine la ducha después mi drama, salí hice mi té matutino, pensé un momento en no ir, pero luego regrese a la realidad y salí del departamento y tomé un taxi.
—Le agradezco mucho —le entregué el dinero al amable taxista y me baje.
Pase a una fila para entrar, debíamos pasar por un detector de metales, deje el arma, el teléfono , mi collar y pase por el detector de metal, este empezó a sonar, me sentí avergonzada, regrese revise mis bolsillos y encontré una moneda, la puse en la bandeja y volví a intentar ¡Demonios! pense, volvio a sonar, volvi atras, otra vez una moneda, como medida de seguridad revise todos mis bolsillos, no habia nada, de repente senti una mano, la tome con rapides y la retorcio mientras volteaba a ver el idiota culpable de todo esto.
—¿Te parece gracioso, imbecil?
—La verdad sí al principio, ahora ya no tanto —se retorció por el dolor.
—Ponga otra moneda y lo próximo que verá será mi puño en su cara —pasé finalmente por el detector y tomé el elevador, el hombre de las moneditas corrió y se subió conmigo, estaba callado.
Llegué al segundo piso, baje del elevador (como es normal), y empecé a buscar alguien que me diera la ubicación de la jefa.
—Hola —vi a una mujer de pelo oscuro con ojos verdes entrando a una oficina.
—Hola —me miró extrañada— ¿puedo ayudarla?
—Emm, sí, sabe ¿dónde puedo encontrar a Teresa Lisbon?
—Soy yo —me mostró su sonrisa chueca.
—Que bueno poder encontrarla, soy Charlotte Beckett.
—La chica del programa de transferencias —me dio la mano— sigue por favor...
Pase a su oficina.
—Tengo que ser sincera, había olvidado que llegabas hoy, y necesito el papeleo.
—Entiendo.
—Lo haremos más tarde.
—Lisbon —el hombre de las monedas entró a la oficina.
—Estoy ocupada...
—Usted... —le lance mi peor mirada.
—También me alegra verla —sonrió.
—¿Se conocen? —miró al hombre frunciendo el ceño.
—Tuvimos un incómodo encuentro en la entrada del edificio —terminó de entrar a la oficina.
—El hombre metio monedas en mis bolsillos cuando pasaba por detector de metales... —miré a mi nueva jefa Lisbon.
—Jane... —pusó cara de sufrimiento.
—Fue una pequeña broma y no creo que seamos niños pequeños para enojarnos por tonterias...
—Tiene razón...
—Le agradesco su comprención con Jane, él es un tanto agoviante, pero creo que usted podra con eso...
—Espere, ¿tendre que trabajar con él? —levanté una ceja.
—Ah —su voz se tranco—sí...
Termino por decirme el lugar en el que hiba a trabajar, mi escritorio, conoci un poco al equipo, Grace Van pelt, Wayne Rigsby y Kimball Cho, a claro, y el idiota de Patrick Jane, aunque si soy sincera tal vez estoy siendo exagerada...el cambio me tenía mal humorada.
—Ten esto... —Van pelt puso una planta en mi escritorio.
—Gracias —sonreí contrareada.
—Es para ambientar con algo vivo.
—Te lo agradesco.
Seguí con mis cosas, estaba organizando el escritorio, yo siempre ponia cosas en mi escritorio como: Paños, banditas, pastas y cosas por estilo; abrí el cajon y vi otro sobre rojo...regrese las cosas que tenía en las manos sobre el escritorio "Esto tiene que ser una broma", pense, tomé aire y lo expulse lentamente, tomé el sobre, sentía algo compacto dentro, saque la carta antes que todo.
"Un pequeño regalo de bienvenida
-R.J."
Metí la mano dentro del sobre, se sentía como una cadena, lo saque lentamente...era el collar de mi hermana, no fue encontrado en la ecsena del crimen...ya no era una coincidencia.
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♠SR.JANE♠
أدب الهواةCharlotte Beckett es una joven policía de 27 años; hace 2 años asesinaron a su hermana, un conocido asesino serial Red John, a tratado de olvidar el terrible suceso, pero esto se complica cuando es transferida al BIC y debe enfrentar una terrible re...