Charlotte Beckett es una joven policía de 27 años; hace 2 años asesinaron a su hermana, un conocido asesino serial Red John, a tratado de olvidar el terrible suceso, pero esto se complica cuando es transferida al BIC y debe enfrentar una terrible re...
Sabía que él no me necesitaba por su hermano, pero en ese punto... Digamos que la fascinación era mutua.
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El día parecía ser el mismo, Lisbon no me daría la oportunidad de participar en el caso, además de hablar con Kane y sacarle la mayor cantidad de información posible.
-Luce agotada... -Jane se acercó.
-La verdad es que cuando me enliste en la policía jamás imaginé tener que sentarme todo el día a leer viejos archivos y organizarlos.
-A veces las cosas no salen como piensas... Imagine un mundo donde todo saliera como quisieras, sería horrible... Sin emoción.
-Imaginar una vida así la verdad no suena tan mal.
-Lo dice porque estás molesta.
Mi teléfono sonó , pero no una llamada, era un mensaje de Kane, mordí mi labio inferior inconscientemente, estaba afuera esperando.
-Llegaron por mi -dije como si a alguien le importara.
Jane me miraba extraño, parecía querer decir algo, pero estaba absteniéndose. Salí del BIC y locamente dibujé una sonrisa en mi rostro al ver Kane.
-Luces bien...
-No mientas, a nadie le gusta que una mujer vista como yo.
-Que bueno que yo no soy nadie... -sonrió.
Me llevo a un sitio elegante, no muy de mi tipo, me consideraba una persona simple.
-¿Qué pasa? -se detuvo antes de entrar.
-Nada -trate de lucir serena.
-Por favor hay que dejarnos de formalismos, que bueno que a ti no te gusten estas cosas porque a mi tampoco -pasó su mano por su cabello- ¿vamos a mi casa?
-¿Una peli?
-Por supuesto...
Era un mejor plan a mi parecer, no teníamos mucho que hacer en un lugar público, una película, unas palomitas, una buena compañía, eso era suficiente para mí.
-Mi especialidad -puso el tazón de palomitas en la cama.
-Saben bien... -dije después de probar una.
-Oye, no mientas... -se quedó viéndome.
-¿Qué?, en serio saben bien.
-No crees que conocernos no fue una casualidad, que fue más bien... El destino -parecía seguro de lo que decía- somos almas gemelas destinadas a estar juntas...
-¿Tu crees? -puse otra palomita en mi boca.
-Estoy... Seguro... -se acercó y me besó, sentí sus tiernos labios en los míos.
-No... -agache la mirada- hace años que nos estoy con alguien -me levantó del mentón y volvió a besarme- En mi cabeza solo está mi hermana y yo no creo poder.... -otro beso.
