Jane volvió en la noche, un poco menos tenso, pero en silencio, que horrible era verlo así, intenté animarlo.
— Te ves lamentable —sonreí recostándome en su espalda poniendo mis manos sobre sus hombros. No respondió, solo tomó mis manos entre las suyas, respirando profundamente— ¿Jane?
— Los chicos nos están esperando, deberías ponerte algo más abrigador.
— ¿Ahora?
— Ahora —se puso de pie, pretendiendo dar la conversación por terminado, pero no podía ser así.
— Jane —lo detuve abrazándolo por la espalda.
— Charlotte, estoy algo cansado —su tonó era cortante, y sus manos tratando de zafar mi agarre solo me molestaron.
— Bien —me alejé, y busqué entre mis cosas un abrigo, balbuceando lo que no era capaz de decirle en la cara.
Minutos después, Jane abrió la puerta, haciendo un gesto con la cabeza para que lo siguiera. No habló en el camino y tampoco yo, ¿por qué tenía que ser tan cerrado? He tratado que sepa que puede confiar en mi y que de verdad lo aprecio, pero, solo huye, solo se aleja, y eso me molesta, se ve tan... Indeciso, ¿se habría arrepentido de estar conmigo tan pronto? Tendría que ser un mal chiste.
Llegamos a un bar, uno muy familiar para mí, ya habíamos ido con los chicos allí antes. Entré guiada por la mano de Jane en mi espalda y me senté junto a Cho, evitando sentarme junto a Jane, estaba muy molesta, por lo que me dediqué a hablar con Van Pelt, hablando de como estaba, como se sentía y de las cositas que me había perdido mientras no estuve en el BIC, no fue mucho, nada importante, nada relevante, ni siquiera un avance con Red John. Me comentó que revisaron la cabaña dónde estuve recluida, pero no había ADN, o no de algo revelador, además de Kane y yo, las huellas pertenecían a personas que ya habían muerto y con ninguno se pudo hacer una conexión.
— ¿Y? —preguntó ella con un brillo en sus ojos.
— ¿Qué?
— ¿Te estás quedando con Jane?
— Es temporal... Él no puede ocuparse de mi por mucho tiempo.
— Sí, ha estado muy ocupado... El nuevo supervisor no le quita los ojos de encima —sonrió con burla haciéndome sonreír— ¿Te sientes mejor? —su mano se detuvo sobre la mía con cariño, haciendo que mi pecho se hundiera, adolorido, pero cálido a la vez.
— No —susurré con una media sonrisa, dándole un sorbo a mi cerveza—, pero, ¿alguna vez estuve bien? —bromeé haciéndola reír.
— Bueno —dijo cuando se calmó un poco—, sí no tienes donde ir, puedes quedarte conmigo, tengo mucho espacio para recibirte.
— Eso es muy dulce, te agradezco.
— No hay de que —empujó mi hombro en broma—, además estoy segura de que nos entenderíamos muy bien.
Me la pasé bien, distraída de la actitud de Jane, mi cabeza dejó de divagar y pude pasar un rato agradable con los chicos.
La reunión acabó y me vi obligada a seguir a Jane al auto, ambos en silencio, gran parte del camino.
— Te veías feliz —mencionó, con las ojos aún puestos en el volante.
— Lo estaba —asentí, recostando mi cabeza en la ventana.
— Estás molesta.
— Claro que no.
— Lo estás... Respondes con oraciones cortas y no me miras.
— Puedo responder con oraciones largas —me enderecé en la silla— y también puedo verte a la... —antes de que pudiera acabar, Jane me robó un beso ágilmente.
Volví a ver al frente, pretendiendo esconder el obvio rubor que se había formado en mis mejillas. Maldito, me había engañado, él y sus trucos, quería... golpearlo. Negué para mí, no podía pretender que mi corazón no corría a mil por hora cuando él me daba alguna muestra de cariño.
— Lo siento —soltó de repente, llamando completamente mi atención.
—¿Oí bien?
Jane sonrió sin verme, contagiándome de su actitud burlona.
— Patrick Jane disculpándose... Wow.
— ¿Quieres que lo diga de nuevo? Te ves muy feliz por ello, mírate —acarició mi mejilla viéndome por unos segundos— Mira lo que unas palabras pueden hacerte.
— Idiota, arruinaste el momento —me quejé cruzándome de brazos, ignorándolo por completo hasta llegar al motel.
Allí, él abrió la puerta para mí, pero lo pasé por alto, caminando sola hasta la habitación, esperándolo solo para que abriera la puerta y entrar a la habitación.
— Hay por favor, ya me disculpé, ¿vas a continuar así?
Giré sobre mis talones para encararlo— ¿Crees que es suficiente?
— Sé que lo es —su rostro se torció en desagrado— solo estás haciendo un berrinche, como una niña pequeña.
— Pues esta niña pequeña te seguirá ignorando hasta que no le digas porque demonios te comportabas como un idiota —me tumbe en la cama dándole la espalda.
— Es complicado, Charlotte —se tensionó sin quitarme la vista de encima—, pide otra cosa... Lo que sea, y lo haré.
— ¿Lo que sea? —me giré viéndolo directo a los ojos.
— ¿Hay algo que yo no pueda hacer? —estiró los brazos al aire, ladeando un poco la cabeza con una sonrisa. Era cierto, por muy tonto que fuera, él lo haría, incluso si era ilegal, él no le temía a ese tipo de cosas, y Dios, como me hubiera gustado pedirle que hiciera algo estúpido y vergonzoso que apareciera en televisión nacional, pero... Solo tenía algo en mente.
— Quiero estar contigo —dije suavemente, con una expresión tranquila, y por primera vez parecía que habría logrado cerrarle la boca.
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♠SR.JANE♠
Fiksi PenggemarCharlotte Beckett es una joven policía de 27 años; hace 2 años asesinaron a su hermana, un conocido asesino serial Red John, a tratado de olvidar el terrible suceso, pero esto se complica cuando es transferida al BIC y debe enfrentar una terrible re...