♠️"AYUDAR"2♠️

407 52 45
                                    

Seguí a Cho hasta su escritorio, donde me extendió un sobre de manila. La presión que había en mi pecho por la reciente discusión con Jane había desaparecido, casi me lancé para abrazar a Cho, pero  me detuve a mitad de camino.

— Perdón, casi... —no pude terminar, fue Cho quien tomó la iniciativa de abrazarme y por supuesto, lo recibí con gusto. Cuando nos separamos el asiático mantuvo sus manos en mis hombros y en la cercanía pude distinguir sus comisuras levemente levantadas y sus ojos registrando mi rostro, casi como si no supiera dónde mirar.

Empecé a sentir que podía quedarme allí todo él día, pero Cho rompió el momento, tensándose y separando su mirada de la mía, entonces lo supe, se había incomodado, y no quería hacerlo peor, solo seguí como si no me hubiera dado cuenta.

— ¿Cómo los conseguiste?

— Tengo contactos.

Resoplé con mofa, deteniéndome en el instante en el que me di cuenta de que algo había llamado la atención del hombre, al girarme entendí el porque, era nada más y nada menos que Jane, con la taza a mitad de camino hacia sus labios, viendo en nuestra dirección.

La mirada en el rostro de Jane era algo que yo describiría como un descubrimiento, no era un secreto que Jane veía cosas dónde nadie más las veía, y esta vez, como en todas las anteriores, me sentí intrigada, aún más teniendo en cuenta que el objeto de sus conjeturas —al parecer— éramos Cho y yo.

— Iré a revisar estos —levanté el sobre manila, viendo a Cho con una sonrisa—, te hablaré luego.

Cho asintió en silencio, volviendo su mirada a Jane, cruzándose de brazos, en lo que yo me alejaba, pasando junto al rubio, en camino a una sala de interrogatorios para tener privacidad.

***

Jane:

Lo vi, en ese instante, en su lenguaje corporal, en su mirada: Kimball Cho estaba interesado en Charlotte, quizá era algo que apenas florecía, pero de una manera u otra, allí estaba, en la forma en la que la había sostenido, en la forma en la que la había mirado.

Ambos se giraron hacia a mi, y el vestigio de felicidad en el rostro de Charlotte desapareció, por orgullo, estaba seguro, pero no dejo de resultarme deprimente. En cuanto la castaña desapareció detrás de mí, caminé hacia Cho, que ya había ocupado sus manos en algo.

— Que intrépido —comenté en voz alta, bebiendo un sorbo de mi té. Él se limitó a mirarme, imperturbable como siempre, demandando una explicación con la mirada—. Fijarse en una mujer despechada.

— No sé de que hablas.

— Ah no, claro que lo sabes —sonreí, pero estaba genuinamente ¿molesto?—. Eres un adulto Cho, deberías reconocer tus propios sentimientos.

— ¿Por qué? ¿Te genero alguna inseguridad? —se acercó, enfrentándome.

Deje de sonreír— Ella no va estar contigo ahora, Cho, no te hagas fantasías... De hecho, quizá nunca.

— No es una decisión que tu tomes.

—Sé de lo que hablo.

— Bien por ti —me dio la espalda y continuó con lo suyo, por supuesto yo continué con lo mío.

***

Charlotte:

En el sobre habían varias series de dibujos, mismos a base de la fotografía que Lucia me había entregado del niño, todos eran alteraciones físicas que Red John le podría haber hecho al niño: tintura de cabello, implantes, lentes de contacto, lo que fuera que pudiera cambiar de su apariencia personal.

♠SR.JANE♠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora