CAPITULO 7

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De todos las mañanas, creo que esta es la mejor. Me desperté con una sonrisa en mí rostro, Anna se sorprendió mucho por mí actitud, Olaf ese muñeco estaba feliz. Después del desayuno, salí con Anna al pueblo con el pretexto de ver la linda mañana. Si solo supiera que quería ver a alguien.

Pasamos por varios lugares, uno de ellos fue a la tienda que venden chocolate. Anna pidió que pasáramos por ahí para probar, nos atendieron como nunca y recibimos una canasta con varios chocolates.

Llegamos al centro de Arendelle, Anna y yo nos sentamos para poder comer los chocolates. Iba por el primero y Honeymaren apareció al otro lado del puente, la saludé desde lejos y ella solo corrió hacia nosotras.

—Buenos días princesa Anna y reina Elsa.— Sonrío, tragué el pedazo de chocolate y luego le contesté.

—No me digas, comprando unas cosas, ¿no es así?.— ella asintió sonriendo y luego me quedó viendo, se acercó y con su dedo pulgar limpio mí mejilla.

—Tenías un poco de chocolate.— volteé a ver a Anna y ella solo estaba sorprendida. —Debo irme, fue un gusto verlas..

—Maren, sabes que eres bienvenida al castillo, quizás un día de esto podemos seguir hablando.— sonreí.

—Eso suena genial.— Me guiñó el ojo y se marchó.

—Pensé que íbamos a pasar esta semana juntas.— dijo Anna.

—No te pasará nada si te dejo por un día.— me levanté y extendí mí mano para que ella la tomara
—¿Seguimos?.

Anna sonrío y dejo de comer el chocolate, tomó mí mano y seguimos caminado hasta llegar a la tienda de pinturas. Olaf me había contado que esta tienda es única de todo Arendelle, única por la manera de que este señor pintaba al pueblo como si fuera mágico.

—Reina Elsa, princesa Anna.— hizo una reverencia y prosiguió. —Es un privilegio tenerlas aquí. Disculpen por el desorden, estaba iniciando una nueva pintura.

—Me encanta su lugar y la historia que tiene.— dijo Anna observando las pinturas, pero quedé algo confundida cuando dijo "Historia". —Es hermoso cuando pinta Señor Anderson.

—Los matices de sus colores, la suavidad de la textura... debe darse mucho empeño para hacer todo esto usted solo.— dije, comencé analizar algunas pinturas y me fijé en una que era todo Arendelle.

—¿Le gustó esa?.

—Me imagino que le costó hacer mucho esta pintura y respondiendo su pregunta, sí.— respondí y el señor Anderson se acercó.

—Es una de las que amé en hacer, ¿ve el corazón?.— señaló aquel pequeño corazón que estaba en medio de todo. —Decidí dibujarlo ahí ya que, Arendelle es amor. Las personas que habitan aquí son solidarias, cariñosas y muy divertidas. Apoyan a cualquier persona y cuando algo les pasa, todos están unidos.

—Por algo es Arendelle.— dijo Anna interviniendo. —Todos somos así y me imagino que en otros reinos también lo son.

—Tomé Majestad.— el señor Anderson, tomó la pintura y me la entregó. —Sería un honor para mí que usted lo tenga en el castillo.

Por un momento no quise recibirlo, pero al mirar al señor y con la alegría en sus ojos hizo que cambiara de opinión.

—Gracias.— sonreí, estuvimos platicando por mucho tiempo, las historias que traía tal pintura era magníficas. Pero ya era tiempo de regresar al castillo y teníamos que despedirnos.

—Hasta luego Señor Anderson.— dijo Anna saliendo de la tienda.

—Señor Anderson, para mí es el honor tener esta pintura en mí castillo. Se lo agradezco.— al decir esto, el rostro del señor se iluminó por completo, por último hizo una reverencia.

𝐅𝐎𝐎𝐋 𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora