CAPITULO 2

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Me desperté con un malestar en mi cabeza, era raro que tuviera dolor a estás horas. Me levanté y me fui a darme una ducha. Cuando ya estaba lista, caminé hacia mi oficina donde atiendo los asuntos del pueblo y de otros reinos.

Pedí a Gerda que mi desayuno me lo llevara a mi oficina, pues no quería perder tiempo y tampoco quería ver a los demás.

Estuve casi todo el día, leyendo cartas, escribir y pensar. Ser reina esta matándome. Ya eran las seis, así que me levanté y caminé un poco por él castillo.

Por el pasillo, escuché algunas risas. Pensé que eran algunas de las trabajadoras del reino, pero a cada paso, las risas se escuchaban más fuertes y provenían de un chico y una chica.

Cuando di la vuelta para dirigirme ya a mi oficina, Anna y Kristoff estaban ahí viéndose como siempre. Hice un pequeño ruido, Anna me sonrío y Kristoff solo me hizo una reverencia.

—Elsa, que gusto verte— dijo Anna tomando mi mano—¿Estás ocupada?

—No— respondí. viendo a Kristoff.—¿Como estás?

—¿Yo?— preguntó el rubio y asentí.—Bien, Majestad

— Elsa, si tienes tiempo me gustaría estar un rato contigo esta noche— comentó Anna con una sonrisa apenada. Acepté después de todo. Llegué a mi oficina y me percaté de que Olaf estaba allí observando el lugar.

—¡Hola Elsa! — sonrió, su mirada fue directa hacia algunas de las cartas que estaban en mi escritorio. — ¿Son importantes?

— Así es— Volví con lo mío, mi pequeño amigo no me molestó en lo absoluto, pero me di cuenta que se estaba aburriendo solo. Le dejé un poco de tarea, para que lo termine en otra parte, mientras que yo leía las peticiones del pueblo. Por unos minutos estaba mi cabeza a explotar, pero la entrada de Anna con esa sonrisa tierna que tiene, hace que todo el malestar que tenga se vaya.

—¿Cenas conmigo?— preguntó, mi vista se fue al reloj, nunca me percaté de la hora.

—Está bien— me levanté, y fuimos directo a la mesa, la cena ya estaba lista así que sólo era cuestión de sentarnos.

—¿Como te fue hoy?— preguntó Anna.

—Bien, supongo— sonreí de lado.

Anna no dijo nada más, el silencio llegó al sitio. Yo no podría sacar algún tema de conversación porque no tenía ninguno, además las miradas de mi hermana hacia mí me deja sin aliento.

¿Por qué es muy bonita?

— Elsa

— Anna— dije viéndola esta vez.—¿Sucede algo?

— Debo decirte una cosa— comentó, tomó aire y prosiguió.— Kristoff y yo..

—¡Chicas!— Olaf entró con una hoja y un bolígrafo en su mano.— Terminé

— Bien hecho amiguito— sonreí, Olaf se sentó Justo con nosotras y empezó a dibujar al reverso de la hoja. Miré a Anna, y estaba algo molesta.— ¿Estás bien?

— Si, solo quería decirte algo pero será en otra ocasión.

— Puedes decirme ahora si quieres

— Por ahora no, Elsa— se levantó y se fue.

—¿Está molesta?— preguntó Olaf viéndola caminar y negué.

—Ni si quiera lo sé— dije, me levanté al igual que Olaf. Tomé su mano y fuimos en busca de Anna.

Pasamos por todo el reino, solo nos faltaba el jardín, así que Olaf y yo fuimos.
Nos detuvimos cuando escuchamos a Anna hablar con alguien, nos acercamos un poco y quedamos detrás de un arbusto.

—¡No puedo!— exclamó Anna.

—Tranquila— Kristoff se acercó y la abrazó.
—Pero ya tienes que decirle.

Miré a Olaf y este solo me negó, tomé el valor y salí del aquel escondite.

—¿Decirme que?— pregunté viendo a los dos.

Anna se separó de kristoff y caminó hacia mi.

—Elsa, yo...-

— Majestad — habló kristoff interrumpiendo a Anna.— Quiero pedirle la mano de Anna...

¿Escuchan eso? Es mi corazón rompiéndose.

¿Pretenden casarse ahora? ¿Tan pronto?

— Kristoff— dije viéndolo —Creo que este lugar no es muy bueno para hablar, vamos todos al castillo.— tomé la mano de Olaf, y esperamos a que ellos caminaran delante de nosotros.

—¿Que estás pensando, Elsa?— preguntó Olaf susurrando.

—No lo sé— respondí. Al llegar al castillo, los cuatro fuimos al despacho.

—¿Entonces?— preguntó Anna.

— Acepto su amor de los dos, pero no se pueden casar aún — dije rezando para que Anna no me gritara. —Kristoff, tengo que conocerte más, quiero generar confianza contigo, al tenerla podrás tener a mi hermana y su boda se realizará.

— Está bien,Majestad— dijo tomando la mano de Anna.— Espero ganar Su confianza.

— Eso espero — sonreí,esto definitivamente no será fácil para ti.

—¿Eso es todo?— preguntó Anna —¿No me vas a preguntar más cosas?

— No — respondí.

— Kristoff y yo somos novios— dijo Anna, Kristoff estaba nervioso y eso lo noté por su mirada y la compostura que no mostraba.

— Me alegro por eso— sonreí falsamente.

— Elsa, tienes que ver lo que hice— Está vez Olaf tomó mi mano, y me sacó de aquel lugar donde mi corazón fue más roto.

Salimos del reino, y Olaf se puso en frente de mi.

—¿Que ocurre?— pregunté algo confundida.

—Sonará absurdo, pero...-

—¿Pero?— pregunté más confundida.

—¿Amas a Anna?— soltó de repente Olaf.

— ¿Por qué lo preguntas? Porque si la quiero

— No lo estoy preguntando como amor de hermandad, te conozco suficiente para saber que en estos momentos estás celosa, así que dime, ¿Anna te gusta?— para ser un muñeco de nieve sabe perfectamente las situaciones.

— Bueno, yo...-

—¿Elsa?— Anna llegó al tiempo, nos quedó mirando y luego prosiguió —Kristoff ya se fue, ¿Que hacen aquí?

—Solo hablábamos— dijo Olaf sentándose en el suelo.

—Ya es tarde— me levanté y empecé a caminar hacia el reino. Subí las escaleras para dirigirme a mi habitación, antes de que entrara en el, Anna me gritó y luego se despidió con un ademán.

Entré y fui directo a la ducha. Quería quitarme el mal humor que tengo. Anna aún no se puede casar, no es porque no quiera, solo que ninguna persona está a su altura.

Cuando terminé, me puse mi pijama, cepillé mi cabello y me introduje a la cama.
Hoy no tengo más que decir, solo que mi corazón se andaba rompiendo más y más.

𝐅𝐎𝐎𝐋 𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora