EXTRA #2 | La despedida de soltero más memorable de la historia

462 16 6
                                    

Alex

Muy bien amigo, sigue caminando —le indicó Omar, que llevaba a un Dexter de ojos vendados cogido de un brazo mientras caminábamos por el muelle a donde el yate nos esperaba.

El otro brazo de Dexter se lo sostenía yo, puesto que habíamos sido los dos organizadores de este evento tan épico que se suponía que debía ser la "divertida, increíble, apoteósica y para mayores de veintiuno despedida de soltero de Dexter", en palabras del basquetbolista.

—¿Donde estamos? —las pisadas comenzaban a hacer eco a medida que avanzábamos por el embarcadero, y era evidente que estábamos rodeados por un cuerpo de agua porque el viento formando pequeñas olas lo delataba. Dexter debía ser idiota, o habría descubierto lo que teníamos planeado antes y sólo fingía que lo era. Aunque era lo bastante despistado como para siquiera considerar tomar la última opción—. Escucho el mar. ¿Me han traído a la playa?

No puedo evitar reírme porque no hay playas en Arlington y sólo ha sido un viaje de veinte minutos en coche al muelle dónde esta el lago.

—También escucho la risa burlesca con aires de superioridad de Alex —se queja el agasajado—. ¿Me están tomando del pelo?

—Sí Dexter, no es agua lo que escuchas es un televisor con «sonidos de agua por veinticuatro horas» puesto en repetición en Youtube —le replico yo. No espero a que lo crea, pero funciona para callarlo.

De pronto, el barullo de invitados que aguardan en el yate comienza a oírse. Vislumbro los labios de Dexter fruncirse, pero supongo que se ahorra el comentario para que no lo deje en rídiculo. Omar les hace un gesto de silencio, y ellos poco a poco disminuyen el volumen, en lo que comenzamos a abordar el barco.

—Con cuidado que son escaleras —le advierte. Dexter se detiene por un par de segundos para seguir las instrucciones del moreno, y prosigue. A estas alturas, el yate está sumido en un profundo silencio, pero todos nuestros amigos y familiares están ahí en la cubierta, luciendo al borde de la emoción por ver la reacción de Dexter.

De pronto, el audio que el editor de videos de Elanese —antes de que termináramos, claro esta— me ayudó a crear para este momento empezó a sonar. Es literalmente la voz de Omar con auto-tune para sonar como Terminator anunciando la épica celebración del momento más esperado (y no esperado) del año.

—No puedo creerlo... No puedo creerlo —repite Dexter, con una sonrisa, y con sus manos moviéndose ansiosamente. Nunca lo había visto así, siendo sincero, pero parece como si en el fondo, más allá de su amor por Gale, moría por despedir su soltería.

—...Así que sin más rodeos... ¡QUE COMIENCE LA FIESTA! —vocea el basquetbolista, antes de que Party All The Time de los Black Eyed Peas comience a sonar. Dexter se quita la venda, descubriendo la deplorable decoración que Omar y yo armamos (porque, ¡oh! Omar era el responsable de contratar al decorador, y pues... No lo hizo), y que consiste en sólo un cartel que dice «ADIÓS SOLTERÍA, BIENVENIDO A TU DESPEDIDA» junto a globos de estrellas, bienvenidas, e incluso creo que hay uno de feliz cumpleaños por ahí.

De inmediato y como lo planeamos, un camarero se acerca a nosotros con nuestros respectivos shots de tequila y botellas de cerveza. Aunque por cuestiones de seguridad, mi vaso y el de Omar son pequeños, el de Dexter es como al menos cuatro shots en uno y tiene colorante azul, porque, bueno, el catering si lo programamos a tiempo.

—¡Oh, Dios! Esto es increíble... ¡Gracias a todos! —comienza, cogiendo la cerveza y dándole un trago.

—El shot gigante es para ti —le indica a Omar.

—Pero si la noche apenas empieza... —se justifica el pelinegro.

—Exacto. Es tuyo. Vamos, hermano —le insisto yo, propinándole un ligero codazo. Dexter nos mira a ambos hesitante, pero tras musitar un «a la mierda todo» atrapa el vidrio entre sus dedos y se lo toma de un sorbo. Todos los presentes lo vitorean.

Hasta después de la boda ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora