Sentimientos culiaos

𝘦𝘭 𝘮𝘪𝘴𝘵𝘦𝘳𝘪𝘰𝘴𝘰

Bárbara

Mi mamá quedo más asustada que la chucha cuando me vio así ayer en la clinica. Lo que ella no sabe es que no era la primera vez que reaccionaba asi a situaciones de estres.

Paso el resto de la tarde conmigo, miramos películas y comimos como unas chanchas.

Ayer mismo le pedí permiso para un carrete que harían hoy sábado en una sede a unas cuadras de mi casa. Dijo que si altiro y no puso ningún atao, igual sospechoso porque siempre le tengo que rogar para que me deje.

— Hija voy a salir con unas amigas ahora — dijo mi mamá asomando su cabeza por la puerta de mi pieza.

Tomo mi celular para ver la hora.

19:37

La jefa va a salir a perrear.

— Ya mamá, pásalo bien— le hablo.

Me recuesto sobre mi cama y quedo mirando al techo.

¿Y si me quedo en mi casa durmiendo mejor?

Bárbara como tan pajera, levanta tu raja de la cama y ponte perrisima.

Me paro de la cama y voy al closet. Saco un poleron, un mom jeans y una polera manga larga por que sino me da frio.

Voy al baño, me peino el pelo y me hago unas trenzas con la mitad de mi pelo.

Agarro mis llaves, la guardo en el bolsillo del poleron y salgo de mi casa.

Llego al portón del Ángel, recojo una piedra y le toco el portón, porque que paja llamarlo. El weon sale corriendo y pega el medio portaso.

— Cuidao con la puerta weon — dijo su papá por la ventana del segundo piso.

Tan cariñoso el tio.

Con el Ángel nos fuimos caminando, el no hablo en todo el camino iba pegao en el celular.

— Oye, ¿podemos pasar a buscar a la Marti? — me hablo mi mejor amigo — Vive cerquita de la sede.

Asentí con la cabeza, y el sonrió.

Pensé que me afectaría más verlo asi por otra chica, pero ahora solo me causa una felicidad inmensa verlo asi de feliz.

Solo quiero que este bien, y se que el quiere lo mismo para mi.

Llegamos a una casa grande, tenia grandes ventanas y hasta un balcón. La Martina salio con una gran sonrisa de su casa, venia con una falda pegada a rayas, un top blanco y una chaqueta negra.

Saludo primero al Ángel, se quedo parada como por cinco segundos en frente de el como si no supiera como saludarlo. Al final le dio un beso en el cachete.

Me tuve que aguantar la risa, es que se veian tan incomodos que hasta tiernos me parecieron.

Después me saludo a mi y me pregunto como estaba, sabia que no era la pregunta clasica. Supuse que el Ángel le había contado. Le respondí que estaba todo bien y que no se preocupara.

Es mas fácil fingir que estas bien porque al final te lo terminas creyendo.

— Acuérdense que las alianzas son en una semana — hablo la Marti sonriente.

Mierda, apuesto que voy a tener que hacer el baile.

— ¿Y quien va hacer el baile? — indague.