𝗏𝗂𝖻𝗋𝖺𝗌 𝖼𝗎𝗅𝗂𝖺𝗌 𝗉𝖾𝗇𝖼𝖺𝗌

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David

— Que huele tan rico — apareció la Alicia por el pasillo — Abuela Rosy, que rico se ve eso — le hablo a mi abuela.

— ¿Dijeron comida? — dijo la Barbi.

— Lo que tienen de lindas lo tienen de buenas pa' comer ustedes — hablo mi abuela, tomo un paño y saco la masa del horno.

La Barbi se sentó a mi lado en el sillón.

— ¿De los mismos que hace tu tía? — pregunto bajito.

Asentí— No le digas a mi tia, pero a mi abuela le quedan mejores.

— Fuertes declaraciones, tu tia se va a enterar.

Tome su cara y le di besos por toda ella.

— ¡David po'! — me grito la Barbi.

— Deja a esa niña por dios — me reto mi abuela y me pego con un paño en la cabeza.

— Abuela Rosy me salvo se las garras de su nieto — dramatizo la Barbi.

— ¡Holaa! — se abrió la puerta principal dejando ver a la Ana con el Seba.

Puta la wea, ¿Quien los invito?

Mire a la Barbi que estaba neutral, la Alicia de su sillón levantó la mirada de su celular, rodó los ojos y volvió a mirar su celular. Desde ayer que la Alicia anda pega en las ventanas para buscar señal, quizás con quien esta hablando.

La Barbi se levantó del sillón y los fue a saludar.

— ¿Barbi, cierto? — le pregunto la Ana al verla.

— Bárbara —  dijo seca la Barbi y le sonrió.

Mire a la Alicia que estaba saludando al Seba, después de saludarlo se paro del sillón y ayudo a mi abuela con el kuchen.

La Barbi copio a la Alicia y ambas estaban en la mesa ayudando a mi abuela.

— ¿Y cuando llegaron? — pregunto el Seba.

— Ayer — respondió la Alicia.

— No sabia que venían — dijo la Ana, sentándose al lado del Seba.

Mentira.

El Seba sabia.

Y el le cuenta todo a la Ana.

— Chicas — le hable a la Alicia y la Barbi — ¿Quieren caminar un rato?

Se notaba a la legua que estaban incómodas con la llegada de estos dos, si soy sincero la Ana a cambiado caleta, y no para bien. Y al Seba parece que se le esta pegando su pesadez.

— Vallan nomas, aprovechen de ir a ver el atardecer — nos incentivo mi abuela.

Ambas se pusieron sus chaquetas y salimos de la casa.

— Vibras culias pencas que transmiten — dijo la Alicia.

— Fue raro — hablo la Barbi — me dio un mal presentimiento.

{...}

— ¿Crees en las almas gemelas? — pregunto la Barbi abrazandome.

— Antes no, para mi era un mito que mi abuela me había dicho — apoye mi cabeza en la suya — hasta que nos empezamos a acercar, te juro que lo único que me hacia levantarme por la mañana era que al llegar al colegio iba a ver tu cara de chata subiendo por la escalera.

Se rió levemente.

— Antes pensaba que el Ángel era mi alma gemela, pero que nunca me iba a corresponder — dijo — Pero lo que si tenia claro era que siempre iba a estar apoyándolo — se levantó y me miró — Distinto a lo que es contigo, somos un boomerang que se devuelve al otro y ninguno está dispuesto a alejarse del otro.

Sentimientos culiaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora