𝖼𝗈𝗋𝖺𝗓𝗈𝗇 𝗋𝗈𝗍𝗈

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Ángel

—Alguien sabe porque Bárbara no viene desde el miércoles — hablo nuestra profe jefe a lo que la mayoría nego.

El martes fue la última vez que la vi a la salida del colegio.

Ya es viernes.

Todos me miraron y yo me encogí de hombros. No me había preocupado por su inasistencia hasta que me di cuenta que el David tampoco ha venido a clases.

Nada bueno puede ser.

Salgo de la sala y me voy a la del David, con la esperanza de que esté ahí para preguntarle por la Barbi.

Paso por las escaleras y veo subir a la Trini, la ignoro y sigo mi camino, no es de las personas con las que quiero compartir ahora.

— ¡Ángel! — escuche su voz mis espaldas.

Me hago el weon y sigo caminando.

— Estas sordo acaso— me agarro del brazo, obligándome a parar.

— Estoy apurado— me excusé.

— Es algo pequeño— busco algo en su bolsillo y saco un papelito— toma — me lo entrego y comenzó a caminar.

— ¿Que es esto? — pregunte, siguiéndola.

— Solo me dijeron que te lo entregara — se encogió de hombros y se alejó.

Mire para todos lados para ver si había alguien a mi alrededor, pero nada.

Abrí el papel, era una letra que no conocía pero la entendía.

cuidala porfa, no la dejes sola.

—David.

No entiendo, porque me lo pedía a mi.

¿Y porque en papel?

Es wea no debe ser buena.

Guardo el papel en la carcasa de mi celular y me devuelvo a mi sala, era obvio que el David tampoco vino hoy.

Me asomo por la puerta de la sala y le hago señas al Isaac.

El weon se para de su asiento con toda la paja del mundo y camina hasta.

— ¿Que wea? — dice restregándose los ojos.

— ¿Sabes donde vive el David?— le pregunte.

— ¿Y porque lo voy a saber? — me miro confundido.

— Porque eri como la tipica vieja culia que sabe todo.

— Se le llama estar al dia — rodó los ojos — ¿Y para que queri saber donde vive?

— Necesito hablar con el — respondí intranquilo.

— Uyy ¿y de que será? — levantó las cejas.

— Dejate de hablar weas — le pegue un chape— creo que es importante.

— ¿Crees? — se llevo la mano a la cabeza— ¿todo se basa en un creo?

— ¿Me vai a ayudar o no? —lo mire mal.

— Yaah pero no te alteres — me calmo — dudo que alguien sepa donde vive, porque llego este año — se tomo la barbilla y pensó — en el libro de clases.

Sentimientos culiaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora