Bárbara— Cinco, seis, siete y ocho — conto la profe para comenzar la rutina contemporánea.
Este estilo se me da bien, pero prefiero el hip hop para mover mi cuerpecito.
— Matilde cuida tu postura — dijo paseandoce por la sala— Catalina pie en punta — ahora me esta mirando fijo— Bárbara tus hombros y espalda— hizo una señal para que los enderezara.
¿Porque chucha no me quede en mi casa mejor?
Esta mujer de verdad es una bruja, en los pasillos es un amor de persona, pero es cuanto se cierra la puerta de la sala se transforma. Te webea hasta que porque se te quedo un pelo afuera del moño. Tengo que admitir que hece bien su pega, aunque rara vez nos llama a ensayo igual nos exige arto.
El ensayo terminó y yo me fui al gimnasio donde estaban entrenando los cabros.
Estoy tan cansada que dudo que aguante una hora más esperando a este weon.
— Ya llego por quien lloraban —hable mientras entraba al gimnasio.
Dejo mis cosas en las graderías y me voy a sentar con el entrenador.
— Parece que la profe les saco hasta el jugo— se burlo el entrenador.
— Me quiero puro ir a mi casa a dormir — me acomode en la silla y cerré los ojos.
— Ando po, si el Ángel ya está grande para irse solo.
— Tiene razón, ¿lo puede llamar? — pedí.
El entrenador toco el silbato y le grito al Ángel para que se acerque donde nosotros.
— ¿Que paso? — llego el Ángel hasta nosotros.
Tenia su pelo todo desordenado, una fina capa de sudor cubría su piel canela.
Concéntrate Barbara.
— Me voy a mi casa porque estoy caga de sueño— avise.
— Ya ¿quieres que pase mas tarde? — preguntó devuelta.
— Ya voy a estar durmiendo así que...
— Te paso a buscar mañana en la mañana — se acerco para despedirse.
— ¡Atras! — lo esquive — Que hueles a muerto.
Saco su lengua en forma de burla y se volvió a integrar al entrenamiento.
{...}
— Te traje unas serranitas y un jugo de piña — dijo el Ángel entrando a la sala y sentandoce en la silla de adelante dejando la comida en la mesa.
— Gracias plebeyo — le agradecí y tome el paquete de galletas para abrirlo.
— Oye, yo voy al patio ¿queri ir?
— Anda tu nomas, me da frio.
Él sonrio, se paro y miro mis galletas, me robo una con rapidez y se fue corriendo de la sala.
Suspire.
Como se supone que me olvide de él, si estos sentimientos culiaos están en mi cabeza todo en día.
Una vez escuche en una canción la frase "no hay peor desgracia que extrañar lo que nunca paso" creo que hasta ahora la entendí.
— Deberías dejar de debatir entre si decírselo o no — hablo el pelinegro interrumpiendo mis pensamientos.
— Lo dices como si fuera lo más fácil del mundo — dije rodando los ojos.
— No, no lo es — suspiro y hecho su cabeza para atras, al hacer ese movimiento pude ver su manzana. El Ángel no la tiene.
Puedes dejar de pensar en el un momento.
El David se sentó en la mesa de enfrente y apoyo su espalda en la pared.
— Ahora que lo pienso tenemos algo en común— dijo.
— Tu y yo — hable señalándonos a ambos — Ni en el color de ojos.
El giro su cabeza y me miro a los ojos, en ese momento me di cuenta que los tiene color caca igual que yo.
Se rio — Creo que ahora son dos cosas que tenemos en común.
— Oye, una pregunta— dije y el me prestó atención — ¿Tu flasheas esa confianza con todos?
— Solo con la gente que es igual de pesada que yo — se encogió de hombros.
— Osea que soy una pesa culia — alce una ceja.
— No te lo voy a negar — encogió los hombros.
— Te diria que me molestó lo que me dijiste, pero ni siquiera me afecto.
— Viste, cualquier otra me hubiera puteado y abría salido corriendo.
Me comí una galleta y abrí mi jugo para tomar porque me estaba atorando.
— ¿Queri? — le ofrecí al David.
El asintió y saco una galleta. Yo deje el jugo en la mesa y me comí una galleta. El David agarro la caja de jugo y tomo.
— Te pasai altiro weon — lo mire feo — Eran galletas nomas.
El seguía tomando hasta que se escucho el fondo de la caja.
— Se nos acabo el jugo— hizo puchero y agito la caja en su oido.
— Vamos — me pare.
— ¿A dónde? — me miro confundido.
— A robarle la colación a los pendejos — sonreí con malicia y este me devolvió la misma sonrisa.
Algo en mi me decia que el David me iba a apañar altiro, este weon es igual de penca que yo. No es como el Ángel, este es capas de gastarse toda su plata para comprarle comida a los pendejos.
Llegamos al pabellón de básica, no había nadie.
Caminamos sigilosamente hasta las perchas donde estaban las mochilas.— Yo busco y tu vigilas que no venga nadie — dije, a lo que el asintió.
Abri una mochila rosada con una peppa estampada, busque hasta el final pero solo había un taper con fruta.
— ¿Queri fruta? — le pregunte al David.
— Tan sanos están los pendejos ahora, donde están los paquetes de galletas y el jugo kapo.
— Te pregunte si querías fruta.
— No, no quiero.
Seguí buscando en las otras mochilas, pero igual tenian fruta. Hasta que abri una, fue como la luz al final del tunel. Tenia una leche de chocolate y unos cereales.
— Bien conchetumadre — celebre.
— ¿Que pillaste? — se acerco el David.
— Papitas fritas — le mentí.
— Encerio — miró dentro de la mochila y se dio cuenta de que no habían papitas — Y yo de weon te creo.
Yo solo me reí en su cara y saque la comida de la mochila.
— Estoy caga de hambre — dije.
Le pase la caja de leche y yo me quede con los cereales.
— Pero yo quiero cereales — se quejo.
— Cagaste — sonreí y empece a caminar con dirección a la sala.
Camine varios metro sola, pero me sentía perseguida. Me di vuelta en mi propio eje y vi al David comiendo cereales sin animos.
— ¿Me estay siguiendo? — le pregunte.
— ¿Te crei lady gaga?
— Obvio.
Rodo los ojos — Tenemos electivo.
Soy la más weona de chile.
— Vamos entonces— dije.
Ahora que lo pienso el David no es tan desagradable como había pensado. Igual nos podríamos llevar bien.
Tal vez.
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Sentimientos culiaos
Teen FictionLa Barbi esta flechada del Ángel, su mejor amigo. Él David lo sabe y la webea por eso. [𝚃𝙴𝚁𝙼𝙸𝙽𝙰𝙳𝙰]