Bárbara— ¡¡Pero weona!! — me lleve la mano al cuello, la weona de mi prima me quemo con la alisadora.
— Ay perdón, perdón— se disculpo la Alicia — es que paso un wachito y me desconcentré.
— Dime que te falta poco porfavor — dije — que mi pobre cuellito ya no aguanta.
— Que eri reclamona, si ese era el último mechon que me faltaba — dejo el alisador en la mesa.
Me baje de la mesa y me fui a mirar al espejo que estaba apoyado en la pizarra. Mension especial para las cabras de mi curso que trajeron de todo, con decirles que la sala parece salón de belleza.
La Alicia paso detrás mio y me tiro mi poleron en la cabeza.
— Anda a buscar a tu no pololo — me dijo al oído— que yo voy a ver si alguien me compra comida.
Salió de la sala, yo me puse mi poleron y salí yo también.
Camine hasta la sala del David. Cuando llegue asome mi cabeza por la puerta.
Estaba sentado al final de la sala, en una mesa. Los rayos de sol se reflejaban en su cara. Su mirada estaba atenta a su celular, pero de un momento a otro la levantó y chocó con mis ojos.
Ambos sonreímos, el se levantó de la mesa, paso mirando donde tenian las pinturas y saco un pote de esta con un pincel.
Camino hasta mi y yo no podía dejar de mirarlo.
Me tire sobre el para darle un beso y el me elevó un poco por la cintura. Me separe de el y le di un piquito, mis pies volvieron a tocar el suelo.
— Dos cosas — dijo el — mi mamá te quiere saludar y necesito que me ayudes a pintarme.
Ay, la suegri.
Trague con nerviosismo y las manos me empezaron a sudar.
— Vamos con tu mamá primero — dije lo más tranquila posible.
El me miro feliz y tomo mi mano, caminamos lento hasta llegar a las graderías del gimnasio.
La tia del David estaba con una gran sonrisa hablando con otra señora, deduci que era la mamá del david ya que tenia los mismos rasgos de su tia.
— Holaa — nos saludo la tia clara y nos hizo señas para que no acercáramos.
Subimos hacia donde estaban ellas y las saludamos a ambas.
— Me han hablado mucho de ti — dijo sonriente su mamá.
— Espero sean cosas buenas — dije.
—Lo son — miro al David con una sonrisa.
— ¿A que hora bailan? — pregunto su tia.
— Emm — el David me miro a mi con cara de duda.
— Como a medio dia — respondí.
— Hijo, le puedes pasar esto a la Trini— le dijo su tia y empezó a buscar algo en su cartera — ay, no lo traje olvídalo.
La mamá del David me miro y me tomo el brazo para alejarnos un poco.
— Gracias— hablo.
— ¿Porque? — la mire confundida.
— Por ser la única que le saca una sonrisa, por ser su refugio — puso su mano en mi hombro.
— Eso no lo tiene que agradecer — sonreí sin dientes.
— Tu no tienes idea que cuando él llega con una sonrisa por ti, es el mejor momento de mi dia. Y de verdad no se como agradecerte.
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Sentimientos culiaos
Ficção AdolescenteLa Barbi esta flechada del Ángel, su mejor amigo. Él David lo sabe y la webea por eso. [𝚃𝙴𝚁𝙼𝙸𝙽𝙰𝙳𝙰]