𝗅𝗈𝗌 𝗉𝗋𝗈𝖻𝗅𝖾𝗆𝖺𝗌 𝗌𝖾 𝖼𝗈𝗋𝗍𝖺𝗇 𝖽𝖾 𝗋𝖺𝗂𝗓

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*esto remonta a cuando la Barbi y el David estaban peleando, momentos antes de que la barbi desaparezca*

Bárbara

— David déjame pasar — baje mi mirada al piso.

— No, lo vamos a hablar— tomo mi mentón para que lo mirara.

— Solo que no quiero hablar David — me mordi el labio tratando de controlar mis lágrimas — Déjame pasar porfa.

El me miro triste.

Nunca habíamos peleado.

Creo siempre hay una primera vez para todo.

Se hizo a un lado y me dejo pasar.

Solo quería salir de ahi para no decir algo de lo que después me puedo arrepentir.

Aunque ya dije muchas weas de las que ya me arrepiento, eran ciertas.

No me molesta lo que tubo con la Trini, me molesta el hecho de que según el era era una sinica, pero bien que un par de años antes no pensaba de esa manera.

Me pongo rápidamente la chaqueta y salgo de la casa, esta mas helao' que la chucha.

Pero la cabaña esta cerca.

No prendo la linterna de mi celular porque con la luz de la luna es suficiente.

Bajo la cuesta hacia la cabaña con cuidado porque no me quiero sacar la chucha.

Siento unos pasos detrás mío, pero los ignoro no debe ser nada, tal vez una gallina.

Paso la cabaña y me siento a la orilla del río, necesito pensar.

¿Fui muy exagerada?

Talvez.

Pero de verdad me enoje mucho.

Pero no era para tanto.

— Puta que eri weona Barbi — me dije a mi misma y me pare.

Deje mi orgullo sentadito a la orilla del rio y empece a caminar devuelta a la casa.

Nose que le voy a decir, solo me voy a quedar parada en la puerta con cara de perdón.

Empece a subir la cuesta pero alguien me agarra de la espalda y me tapo la boca con un pañuelo.

Me moví como un gusano tratando de safarme pero era claramente mas grande y fuerte que yo.

Le pego una patada en la pierna y me suelta.

Tengo el corazón en la boca, nose qué onda.

Trato de correr pero me agarra un tobillo haciendo que caiga en las piedras.

Mis manos y mis rodillas ardían, pero eran lo menos importante.

Tenia que salir de ahí.

— Alicia anda — escuche la voz del David.

Trate de gritar pero volvió a taparme la boca.

Me levanto del suelo, todo estaba más oscuro pero sabia a donde me llevaba.

Los arboles se hicieron más abundantes, hasta que ya no sabia cuanto había avanzado.

— ¡Barbi! — el grito del David se escuchó lejano.

Me tiro al suelo nuevamente, mi abdomen choco con una rama que estaba tirada.

Me empezó a arder al instante.

Sentimientos culiaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora