𝗌𝖺𝗅𝗂𝖾𝗇𝖽𝗈 𝖽𝖾 𝗅𝖺 𝗉𝖺𝗌𝖺𝖽𝗂𝗅𝗅𝖺

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David

Lunes culiaos los odio.

Lo unico que arreglan estos dias es la Barbi.

Tire el cigarro al piso y lo pisé, saque las llaves de mi bolsillo y abri la puerta de mi casa.

Mi papá estaba hechado en el sillón mirando tele.

Pase directo a la cocina donde deduci que estaba mi mamá.

— Hola hijo — me saludo mi mamá.

Le di un beso en la frente— ¿cómo estás?

— Como siempre— sonrió triste y revolvió la jarra con jugo.

— ¿Que falta? — trate de cambiar el tema.

— Nada — paso sus manos por el delantal y me miro — dos cosas, no tomes de este jugo y prepara una mochila.

— ¿Que?

— Nos vamos a servir del jugo, pero no vamos a tomar— apunto al jarron de jugo — comes un poco y después te vas para tu pieza.

— Mamá, no te entiendo — la mire confundido.

— Llegó el momento de salir de esta pesadilla — me tomo la cara.

— Dime que no es un sueño — sentí mis ojos húmedos.

— No cariño, pero necesito que me pases tu celular. Nadie mas que tu tia puede saber dónde estamos.

La cara de la Barbi se me vino a la cabeza.

— Pero la Barbi.

— Se que ella lo va a entender— saco sus manos de mi cara y extendió su mano— es por la seguridad de todos.

Saque mi celular del bolsillo, lo desbloquee y apareció la foto de la Barbi, la tome uno de los tantos días en los que estábamos en la plazuela, estaba con cara de enojada levantando el dedo medio.

Mantuve presionado en botón de bloqueo y la pantalla se fue a negro.

Se lo entregue a mi mamá y ella lo guardo en el bolsillo del delantal.

— Tu carnet y un poco de ropa — me ordenó y salió de la cocina.

Me quede inmóvil, mi respiración estaba mas pesada. Trate de tranquilizarme y repasar el plan de mi mamá en mi cabeza.

— David— dijo mi papá asomándose a la cocina— ven a comer — salió de esta.

Suspiré y fui al comedor. Mi mamá está nerviosa jugando con la servilleta, me senté enfrente de ella.

Mi mamá sirvió el jugo y todos empezamos a comer en silencio, solo se escuchaba el ruido leve de la tele. La tensión que hay en esta mesa cada vez que nos sentamos se puede cortar con un cuchillo.

— ¿Llamaste a la abuela? — le pregunte a mi mamá, como mi abuela vive en el campo para hablar con ella siempre es un problema.

— No hablamos de ayer — dijo indiferente mi mamá— nos peleamos.

— ¿Que? ¿pero porque? — indague.

Sentimientos culiaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora