𝘭𝘦𝘤𝘩𝘶𝘨𝘢 𝘺 𝘱𝘢𝘭𝘵𝘢

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Bárbara

— Barbi yapo, son las 07:40 — él Ángel me movía tratando de despertarme — Vamos a llegar a la hora del pico al colegio.

— Tengo sueño— reclame y me tape hasta la cabeza— Y hace mucho frio.

Aunque dormí con mi pijama de polar igual estaba caga de frio.

— Oye — dijo para llamar mi atención— ¿No teníamos nada importante para hoy?

—Nop, los viernes vamos a puro webear al colegio.

Los viernes tenemos educación física, orientación y música, lit solo vamos a sacar la vuelta.

— ¿Hacemos la cimarra casera? — propuso.

Nuestras cimarras caseras consistían en quedarnos en algunas de nuestras casa para chanchear y mirar películas. Y como nuestros papás se iban temprano y volvían tarde ni se daban cuenta.

— Parece que en las mañanas piensas más que en la noche.

— Gracias — se saco la mochila y el polar — Correte que me quiero acostar — se saco los zapatos y se acosto a mi lado.

— Te vas a tener que parar porque el control de mi tele esta en el escritorio.

— ¿Tuviste que esperar hasta que me acostara cierto?

— Para que me preguntas si sabes como soy — sonreí inocentemente.

Se paro y fue hasta el escritorio, tomo el control y prendió la tele. Yo me di vuelta para quedar mirando la pared y poder dormir un rato más.

Desperté porqué mi celular vibro debajo de la almohada. Me encantaría contarles que despertamos abrazados con el Ángel, pero no. Estábamos cada uno en una esquina de la cama, yo estaba en posición fetal y el estaba boca abajo todo destapado.

Busque mi celular, lo desbloquee y me meti a WhatsApp, era mi progenitora que me había enviado un mensaje.

Doña👮🏻‍♀️
Te deposite en tu cuenta RUT para que se compren algo para almorzar.
(12:37)

ya doña, gracias
(12:39)

Oye weon — le pegue en la nuca al Ángel— Despierta po — lo sacudí — Tengo hambre.

Ni se inmutó el culiao.

Ni cagando me queda a esperar a que despierte.

Me destapo y me paro en la cama, como soy una enana el techo aun esta lejos de mi cabeza. Pongo un pie a cada lado del cuerpo del Ángel y así logro bajar de la cama.

Salí al pasillo y entre a la cocina, mi casita es de un piso nomas porque a mi mamita no le alcanzó para más.

Puse a hervir agua para tomarme un té y como le estaba dando la espalda a la entrada de la cocina no me percate de la persona que me estaba observando.

— Cabra weona no fuiste al colegio— hablo con ternura mi mamá.

— Mamita linda — le sonrei — ¿Cómo estás? — me puse patera.

mami no te enojes.

— Y apuesto que tu secuaz está acostado— dijo y se dio media vuelta para caminar con dirección a mi pieza.

Fui detrás de ella, pero llego antes.

Las dos quedamos paradas en la puerta mirando al Ángel.

Se veía tan lindo durmiendo.

Podía estar babeando con sus rulitos todos desordenados, pero para mi se veía perfecto.

En eso su celular suena y él Ángel contesta, con sus ojos a medio abrir solo decía "ya" a todo lo que la otra persona le decía al otro lado del teléfono. Corto, se paso sus manos por sus ojos y empezó a golpear suavemente donde se supone que debería estar yo.

— Barbi — seguía golpeando — Barbi po.

— Estoy acá weon — dije y él giro su cabeza en mi dirección para mirarme.

Aún no abría sus ojos por completo, paso sus manos con más fuerza y se refregó los ojos. Quedo mirando la puerta y pestañeo varias veces, cuando logro enfocar su mirada abrio los ojos como platos al ver a mi mamá.

— Tia, ¿como esta? — dijo sonriendo sin dientes.

— Solo espero que no hayan faltado a ninguna prueba — hablo mi mamá.

— Noo — dijimos al tiempo con Ángel.

— Ya, yo vine a buscar unas carpetas— nos mostró las carpetas que tenia en la mano— No se olviden de comer cabros weones, chao — se dió media vuelta y se fue.

Como se pueden dar cuenta a mi mamá no le importa tanto que faltemos al colegio, siempre nos dice -mientras tengan un buen promedio yo no los voy a webear- y como los dos con el Ángel tenemos promedio seis todo tranqui.

— ¿Quien te llamaba? — pregunte.

— El entrenador, era para hacerme acordar del amistoso de mañana.

— ¿Es en el colegio?

— Eso me dijo el.

— ¿Nos van a dar colación?

— Se supone.

— Felicidades, vas a gozar de mi preciada compañía.

— Si no vas, te voy a llevar a la rastra.

— Inténtalo — lo rete.

Él me miro, se paro rápidamente de la cama y fue corriendo hacia mi. Me tomo por la cintura, levanto mi cuerpo y lo puso sobre su hombro.

Me tiro sobre la cama y me empezó a hacer cosquillas.

— Ángel... por...fa — le pedía que parara entre risas.

Como no hizo caso, como pude agarre un cojín que estaba a mi lado y le comencé a pegar.

— Pa' que tan violenta po Barbi — me reclamo Ángel.

— Casi me muero po — dije recuperando el aliento — es defensa personal.

Me miro y se abalanzó sobre mi para abrazarme. Cualquier pensaría que estas son las escenas más románticas dignas de una pareja, pero el las hace con toda la inocencia.

Aquí la única que se lo quiere comer con lechuga y palta soy yo.

Sentimientos culiaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora