𝗆𝗂 𝖺𝗆𝗈𝗋 𝗇𝗈 𝖾𝗌 𝖿𝗋𝖺𝗀𝗂𝗅

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David

Cacha que ahora soy amiga del Isaac po — hablo la Barbi.

Estábamos tirados en el pasto de la plazuela mirando el cielo, la Barbi tenia su cabeza en mi abdomen y yo le hacia cariño en su pelo.

La extrañe tanto.

En el momento en que mi tia me dijo que la podía venir a ver, el alma me volvió al cuerpo.

Llegue ayer viernes en la mañana, quería puro ir al colegio para poder abrazarla, pero no sabia si ella me quería ver. No sabia si la Barbi estaba enojada por irme de la noche a la mañana o si tenia tantas ganas de verme como yo las tenia.

Así que para asegurarme fui a buscar a la Alicia primero, fui hasta su liceo y espere a que saliera. Cuando me vio parecía que había visto a un muerto.

La Alicia primero me puteo por no haber aparecido antes, después me pregunto si estaba bien y al final de dijo textual -que chucha haci' aqui que no estas con la Barbi- ahí cache que la Barbi me quería ver.

Pense en ir a su casa después, pero la Alicia me propuso que la sorprendiera en el partido, como la primera vez que le hable. Ella también se encargó de avisarle a la mamá de la Barbi y al Isaac con el Ángel cuando llegaron al gimnasio.

Levante un poco la cabeza para mirar a la Barbi porque ya no me estaba hablando. Tenia sus ojos cerrados y su cara estaba totalmente relajada.

— Barbi — pese mi mano por su mejilla.

— Mmh —  musito con sus ojos cerrados.

— ¿Te estabas quedando dormida?

— No, solo estaba disfrutando ser amada por ti — abrió sus ojos, sonrió y los volvió a cerrar.

¿Se lo digo o no?

Talvez sea muy rapido.

Pero de verdad la amo.

Además aprendí que el tiempo es oro y con la Barbi con mayor razón.

— Te amo Barbi.

Dije sin más, no esperaba que me respondiera lo mismo, solo quería que lo supiera.

Abrió sus ojos de golpe y se sentó.

Copié su acción y me senté tambien.

— David, yo también te amo — sonrió y acaricio mi mejilla.

Mi corazón empezó a latir muy rápido.

— ¿Enserio? — la mire sorprendido.

Se acercó a mi y junto nuestros labios. Fue un beso rápido, pero me lo confirmaba todo.

— Estoy enamora del que me webeo en un partido de voley.

— Y yo de la que me puteaba todos los dias.

— Apuesto que es lo que más extrañaste de acá— dijo soltándose el pelo para hacerse de nuevo el tomate.

Solo te extrañe a ti.

El teléfono de la Barbi comenzó a sonar en su bolsillo, se terminó de amarrar el pelo y contestó.

— Alo — dijo la Barbi, poniendo el celular en altavoz.

— ¿Donde están? — pregunto alterada la Alicia, además se escuchaba raro como si fuera en un auto.

— En la plazuela cerca de mi casa, ¿porque? ¿que paso? — respondió la Barbi.

— Vallan a la casa del Ángel y no salgan, nosotros vamos llegando — termino de decir y corto.

La Barbi me miro confundida y yo la mire de la misma manera.

Sentimientos culiaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora