Nos vamos y dejamos a las 4 en casa de Devoción. Esta noche es solo nuestra y algo que me dice que me voy a llevar una sorpresa de algún tipo...
- ¿Amelia?
- Dime, preciosa.
- ¿Qué sorpresa me voy a llevar hoy? - me mira sorprendida.
- ¿Cómo lo...? Bueno, eres muy lista. No voy a decirte, es sorpresa.
Y ya está, ya tiene una Luisita nerviosa para el resto del camino. Gracias a todo, llegamos rápido y tras colocar todo lo que llevamos, vamos a darnos un baño muy especial.
- Siéntate ahí, por favor, ahora vuelvo -me siento en el borde de la bañera en ropa interior. Sale del baño apresurada y vuelve con em móvil en la mano buscando algo.
De repente, empieza a sonar una música bastante sugerente. Deja el móvil en el lavamanos y se acerca lentamente a mí. Me recorre el cuerpo con un dedo y mi piel reacciona haciéndola sonreír. Se agacha a besarme y se aleja haciendo un sexy baile, mientras va a quitándose capas de ropa.
No sé en qué momento aprendió a moverse de esa manera, pero mi cuerpo y mis ojos están agradecidos con este momento. Solo queda por desaparecer la ropa interior y ahí entro yo en juego, así que me acerco a ella, empiezo a besarle el cuello y a medida que bajo hasta el hombro, aparto la tira del sujetador hasta quitarla completamente. Repito el proceso en el otro hombro.
La siento en el lavamanos y aprovecho el abrazo para quitarle de una vez esa pieza que, entre besos, cae al suelo. Ella es más directa conmigo y casi lo rompe, la desesperación ya hace acto de presencia en nuestros besos.
Se baja como puede sin dejar de besarme, nos quitamos el otro trozo de ropa y nos metemos en la bañera. No está llena, pero nos da igual, así nos disfrutamos mejor entre caricias, jabón y besos, muchos besos.
Besos que también acompañan hasta la cama donde Amelia se encarga de tumbarme lentamente para ponerse encima de mí y empezar a besarme todo el cuerpo sin excepción de ningún espacio de él.
- Voy a buscar la sorpresa. Quédate aquí - me susurra, me muerde el lóbulo y se va.
A los pocos segundos aparece con el móvil y un pequeño aparato que no puedo reconocer de lejos, pero al llegar a mi lado, veo de qué se trata, un Lush. Me quedo mirándola sorprendida y ella se ríe tímida.
- ¿Quieres probarlo? - asiento en shock, con ella quiero probarlo todo, pero, de repente, me da un poco de miedo tanta innovación. Lo bueno que con solo mirarla, me vuelve un poco la seguridad al cuerpo. - Te explico. Este aparatito debes introducirlo, ¿sí? Esta otra, en tu clítoris y yo desde el móvil controlaré la intensidad. ¿Te parece bien?
- Contigo todo me parece bien -me acerco a ella, la beso y le quito el vibrador de las manos, saco el lubricante del cajón y se lo pongo. Me acuesto en la cama y haciendo un poco de malabares, consigo ponerlo todo en los puntos exactos.
- ¿Estás lista? - asiento sin dejar de mirarla a los ojos.
Amelia se sienta a mi lado y antes de empezar, me besa, nuevamente, por todo el cuerpo, aunque esta vez se centra más en mis pezones. Luego, coge el móvil, abre la app y deja que empiece la magia.
Empieza con la intensidad más baja que ya me tiene un poco en la nube, sube un poco más y con ello el sonido de mis gemidos. Veo a Amelia sonreír mientras se muerde el labio, está disfrutando como una niña pequeña y eso me hace feliz.La antenita que tengo en mi clítoris está haciendo maravillas y, en cualquier momento, voy a llegar al climax. Ella sigue subiendo la intensidad, pero esta vez mi morena coge mi pezón entre sus dientes y eso es mi muerte y destrucción. Las piernas me tiemblan, estoy al borde del colapso. Mis gemidos se vuelven gritos desenfrenados y sin filtros. Llego, grito su nombre y exploto haciéndola sonreír de oreja a oreja. Caigo exhausta y sin respiración.
- ¿Te gustó? - la timidez se apodera de ella.
- Soy más fan de sentirte a ti, pero no ha estado nada mal. Eso sí, no me hagas caminar porque imposible - se ríe y se acerca a darme un beso.
- A mí me has puesto cachonda. Amo tus gemidos y cómo gritas mi nombre, me parece tan sexy. Bueno, toda tú eres jodidamente sexy.
- Tampoco es para tanto, tú me ganas por goleada.
La noche de pasión sigue su curso, amándonos. Nuestro amor ya sobrepasa los límites de lo posible, ha pasado de ser una relación escondida, a una libre, sin miedo a nada. El verano va a sentarnos muy bien en ese sentido.
- Cada día me haces más feliz, Luisita y cada día estoy más enamorada de ti. No sé cómo lo haces, pero lo haces.
- Bueno, es algo mutuo. Te amo muchísimo, mi amor. Menos mal que te tengo a ti en estos momentos - me coloca el pelo detrás de la oreja y me besa la nariz.
- Todo saldrá bien.
- No sé, Amelia... Aún no hay señales de mis padres. ¿Y si me echan de casa y no me dicen?
- Luisita, eso no va a pasar. Son tus padres, no te van a dejar en la calle, bueno... No te vas a quedar en la calle igual porque te quedas conmigo.
- Amelia, a muchas personas les ha pasado eso.
- Ya lo sé, mi amor. Pero no tiene por qué pasarte a ti...
- A ver, Amelia, que yo soy adoptada... Que a ellos les daría igual...
- Luisita, para ya... Te estás adelantando a los acontecimientos. Hazme caso, por favor. Deja de comerte ya la cabeza y mejor cómeme el coño - la cara se me queda a cuadros, pero no me lo pienso dos veces y bajo directa a su centro a hacerla enloquecer antes de caer las dos rendidaa en brazos de Morfeo.
Amo a mi novia por encima de todas las cosas, ella es mi calma durante la tempestad y, a veces, siento que no la merezco... Ni a ella, ni a mi mini rubia.
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Seguimos innovando con juguetes sexuales y siguen las dudas de lo que pensará Manolita de la relación... Ojalá Marcelino haga algo de verdad.
Nos leemos pronto. Un besazoo enormeee.
Y ya saben, pórtense bien 😘 (o no)
Pd: perdón el retraso, he tenido una mañana movida
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La Maestra y La (no) Alumna. Segunda Parte.
FanfictionContinuación del fic "La Maestra y La (no) Alumna en donde Luisa Gómez y Amelia Ledesma tienen un pasado en común como (no) alumna y maestra respectivamente, que les ha llevado a una situación un tanto particular. (Ninguno de los personajes que apar...