Nada más despertar, tengo un audio de ella para decirme que no llevara comida de media mañana, que ella me hizo un sandwich para mí también. Esa noche no me quedé en su casa porque mis padres necesitaban que me quedara cuidando de mis hermanos pequeños para ellos poder ir a un funeral.
No me gusta dejar sola a Amelia cuando sé que está mal, pero tampoco puedo llevarme a los niños a sus casas porque ni de broma llegamos a sus clases entonces. Aún así, estuvimos hablando hasta que se quedó dormida y sé que Davinia durmió con ella.
Llego al colegio antes que ella y me espero en el parking para entrar con ella. Le abro la valla de la entrada y cuando aparca, me acerco al coche. Sale con esa sonrisa hermos que tanto me gusta ver.
- Buenos días, mi amor - me da un beso. ¡Valiente mi mujer! - ¿Viste el audio?
- Sí, pero estaba pensando en comerte a ti - le susurro y se empiza a reír.
- ¡Ojalá! Vamos - me agarra de la mano y nada más entrar, se nos acerca Silvia.
- Luisita... Quiere verte - miro a Amelia preocupada y sube conmigo, pero se queda fuera escuchando.
- Buenos días, Luisa.
- Buenos días, Lourdes. ¿Qué bronca me voy a llevar hoy?
- Trato de ser profesional, Luisa. No me estés buscando las cosquillas porque las encuentras.
- Pues venga, suelta por esa boquita todo lo que tengas que decir. La denuncia ya está puesta, solo nos queda hablar con tu superiora.
- Le dije a Amelia que te comentara que no te pusieses valiente conmigo, Luisita. Para ahora mismo si no quieres que la cosa vaya a peor.
- Es que eso es lo que quiero. Quiero que sueltes todo el veneno de una vez para que nos dejes tranquila de una puta vez. Ninguna de las dos hemos hecho nada que te haya podido molestar. Somos discretas cuando estamos en publico, tanto que nadie se había enterado de nuestra relación hasta que se lo contabamos nosotras.
- ¡Ah! Pero que ¿es cierto? ¿Están juntas? La verdad, quería pensar que eran solo rumores. Además que Amelia está casada.
- Pues sí, Lourdes, estamos juntas. Llevamos un año juntas. Tanto que te importa la vida privada de tus trabajadoras, ¿y no te enteraste que ya se divorció porque recibía maltratos? ¿O es que acaso solo te importa porque es con una mujer la relación y no heteronormativa? ¡Ay, claro! Es que somos unas pecadoras, una desviadas, unas enfermas, ¿no? Señora, hasta tú vas a ir al infierno, tan santa no es - se levanta y temo por mi vida, aunque esta vez no da ningún golpe.
- Mira, Luisita, me está cansando esta actitud tuya. Voy a tener que prohibirte que entres en el colegio de ahora en adelante - Amelia entra tras escuchar eso.
- ¡Maravilloso! Si ella no vuelve al colegio, yo me largo y no vuelvo a trabajar tampoco aquí y sé que no seré la única. Ella te lo dejó claro el otro día, trabaja más que Irene y encima lo hace gratis, hace todo lo que se le pide sin rechistar y aún así, todavía pregunta si alguien necesita más ayuda. Lourdes, la verdad que te creía más lista. No puedes ir perdiendo personal por una pataleta tuya. No sé qué bicho te ha picado con nosotras, ni siquiera molesto a Luisita cuando está aquí haciendo papeleo y ella no me impide ir a dar clase tampoco. Y no, al contrario de lo que me dijiste tú hace un mes, Luisita no me estorba. Al contrario, tenerla aquí me hace feliz. Gracias a ella, mi hija y yo hemos vuelto a sonreír. Hemos creado una familia que ya quisieran muchas personas tener porque es maravillosa. Tenemos el consentimiento de todos los que nos rodean y todos son felices por nosotras. Así que, Lourdes, espero que reconsideres lo que acabas de decir, nos pidas disculpas y dejes de meterte en lo que nadie te ha dado permiso. Ahora, si nos disculpas tenemos una excursión a la que ir.
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La Maestra y La (no) Alumna. Segunda Parte.
FanfictionContinuación del fic "La Maestra y La (no) Alumna en donde Luisa Gómez y Amelia Ledesma tienen un pasado en común como (no) alumna y maestra respectivamente, que les ha llevado a una situación un tanto particular. (Ninguno de los personajes que apar...