Capítulo especial (13 oct. 2019)

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Después de cenar, Amelia y yo vamos a arropar a Davinia para dormir. La llenamos de besos y arrumacos, nos sentamos una a cada lado de ella y le damos mimos hasta que se queda dormida plácidamente.

Nos levantamos con cuidado, le cerramos la puerta y nos dirigimos al baño.

- ¿Te quieres meter conmigo? - me quedo mirándola con cara de "espero que esa pregunta no vaya en serio" que entiende perfectamente y sonríe dejando correr el agua para llenar la bañera.

Me acerco a ella y la ayudo a quitarse la ropa, cosa que luego hace conmigo también. Se mete en la bañera, apoya la espalda y me hace señas para que entre. Sin quitarnos la vista de encima, me siento delante de ella, entre sus piernas. Apoyo mi espalda en su pecho y me abraza por la cintura mientras me besa el cuello lentamente y baja hasta mi hombro. Sus manos... Sus manos se van moviendo por mi cuerpo a su antojo y acaban una en uno de mis pechos y la otra en mi centro que lo empieza a acariciar con toda la delicadeza que el agua le deja. De repente deja dos de sus dedos en mi clítoris, a estas alturas yo ya estoy completamente entregada a ella, soy suya, siempre fui suya y siempre seré suya. Empieza a mover los dedos en círculos sin dejar de besarme, esto es otro nivel de placer, aunque todo con ella es otro nivel.

- Quiero que hoy acabes gritando mi nombre toda la noche - me susurra antes de morderme el lóbulo. Me estoy calentando demasiado y la rabia acumulada de estos días, no ayuda a que caliente a fuego lento.

Cuando para, me doy la vuelta y la hago sentarse sobre mí, como la primera vez. Le muerdo los pezones antes de atrapar sus labios entre mis dientes y agarrarle el culo con fuerza para pegarla más a mí. Coloco uno de mis muslos para que haga fricción directa con su centro y la ayudo a moverse encima de mí. El movimiento del agua ayuda a que el placer esté elevado. Ahora soy yo la que recorre su torso con besos y me paro en sus pezones erizados para darles la atención que me piden.

Una vez acabamos "el baño", se levanta, me coge de la mano y vamos hasta la cama. La empujo lentamente y me pongo encima con las rodillas a los lados de ella y vuelvo a sus pezones. Me agarra de la cara para que suba a besarla.

- Quiero probar una cosa, amor... - le susurro

- Lo que quieras - bajo hasta su entre pierna, hago que se ponga de lado y meto mi cabeza entre sus piernas teniendo una encima de mí y mi cabeza apoyada en la otra. Entre besos, lamidas y mordidas en esa postura llega al segundo orgasmo de la noche. La miro y está sonriendo mientras trata de calmar su respiración - Puedes probar cosas siempre que quieras si van a estar a este nivel... - Me acerco a su cara y la beso en agradecimiento.

Me acuesto a su lado boca abajo y pongo mi brazo sobre su barriga. De repente siento su mano agarrando mi culo con fuerza y bajando en dirección a mi monte de Venus. Sus dedos ya saben de memoria dónde deben tocar para hacerme llegar al éxtasis. Tanto es así, que acabo arañando su costado sin querer consiguiendo que ambas gritemos al mismo tiempo.

- Lo siento, amor.

- No, no lo sientas... Me ha gustado, me ha gustado mucho, así que no te cortes.

Se levanta y se pone encima de mí. Me besa la espalda y lo acompaña con el recorrido de sus uñas en dirección a mi culo.

- Ahora soy yo la que quiere probar algo - se sienta sobre él y empieza a moverse de una manera tan sexy que me obliga a girar la cabeza para poder verla. Verla "follando" con mi culo era algo que jamás se me había pasado por la cabeza, pero lo estoy disfrutando muchísimo. Me clava las uñas unas cuantas de veces en la espalda hasta que en una de esas, me hace hasta sangre.

Grito, me levanto, la acuesto y acerco mi coño al suyo para acabar las dos juntas corriéndonos.

- Creo que va siendo hora, ¿no?

- ¿De qué, mi amor? - se levanta, va al cajón y saca el dildo. Este fin de semana hemos usado todos los juguetes y hoy no iba a ser menos. Se lo pone sin siquiera preguntarme, me acuesto y viene directa a penetrarme. Me coge del cuello con fuerza, sin llegar a ahogarme y empieza a embestirme como si no hubiese mañana. Mis piernas empiezan a temblar, llevo mi mano hacia mi clítoris para que el orgasmo sea mejor y cuando me doy cuenta, estoy teniendo mi primer squirt.

Amelia se separa sorprendida, pero cuando ve de qué se trata, sonríe victoriosa y se quita el dildo.

- ¡Vaya! - se ríe - Definitivamente, mi amor, me encanta el sexo contigo. Eres una caja de sorpresas - Le abrazo y escondo la cara en su cuello - Te amo, mi pequeña fuentecilla - Se me escapa una pequeña risotada que hace que se le ponga la piel del cuello de gallina... Ese efecto... Lo amo.

A la mañana siguiente nos damos cuenta que nos habíamos quedado dormidas entre caricias... Las noches al lado de esta mujer son mi perdición y no puedo esperar a pasar el resto de mis noches y mis días con ella. Con ella y con Davinia, claro, son un pack. Mi pack favorito.

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Bueno, este capítulo es un poco más corto porque no estaba en mis planes escribirlo. Pero mi cabeza me dijo que tenía que compensar el drama con un poco de acción. Espero que les haya gustado.

¡Nos leemos el jueves!

Pórtense bien😘 (o no)

La Maestra y La (no) Alumna. Segunda Parte. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora