Interno

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Al llegar a casa, Kakashi fue un Pilar por completo, Tenzou no podía hacer tantas cosas por la cesaría, su pequeño hijo necesitaba toda la atención de su "Madre" en estos momentos.

Cada vez que veían a Heiwa, no sabían cómo describirlo, pero había un enamoramiento diferente cuando lo veían respirar, cuando se movía, cuando su pequeño y lindo hijito abrió los ojos grandes que heredó de su papá, y los observaba sin decir nada, no lo sabían, era como si un cachito de cielo les sonreirá.

Ahora mismo Kakashi calentaba la leche para Heiwa, se prepararon comprando varias latas de fórmula y ya había aprendido a calentarlas correctamente, estaba un poco orgulloso de eso. A pesar de que su diminuto hijo a penas tenga 2 semanas, habían aprendido mucho, habían aprendido a caminar en la casa sin pisar las tablas que habían ruido, y ahora todo era muy silencioso. Dormir con Heiwa en medio de la pareja era muy relajante para ambos, se despertaba cada dos o tres horas llorando por la usual rutina de un recién nacido.

Tenzou era algo sobreprotector, no quería que nadie tocara a su hijo, Guy, Asuma y Kurenai se mantuvieran a distancia a petición del omega, descubrió el lado celoso de su pareja.

-Hola.- A Tenzou que estaba meciendo a su hijo en la habitación.

Todo era un desastre, había un cambia pañales en el otro cuarto pero lo cambiaban donde pudieran, aún tenían el colchón del nido en el piso, pero el cuarto del bebé era hermoso.

-Ey..- Lo saludo en voz baja mientras su alfa se acercaba con el biberón en mano para entregárselo.

-¿Esta despierto?.- Pregunto asomándose a ver al pequeño albino.

-Si, el solo mira.- Le sonrió de manera maternal mientras sus ojos eran replicados por Heiwa, eran grandes y curiosos.

Le acerco el pequeño biberón a su boquita rosada para que este la pudiera tomar con sus labios y lengua y poder absorber.

-Creo que a veces me gustaría ser mujer.- Admitió caminando hacia el colchón para acostarse con su hijo en brazos, ya era noche y él también ocupaba dormir.

-¿En serio?.- Arqueo sus cejas sentándose del otro lado de la cama para que Heiwa durmiera al medio.

-Es algo estupido, pero me gustaría amamantarlo, envidio a las omegas por eso.- Dijo con tristeza.

-Mh...- Kakashi bajo la mirada, no sabia como  responder a eso, era un tanto raro si lo pensaba.

-Lo ves, algo estúpido.- Encogió sus hombros mientras detenía la leche de su hijo.

Sus ojos se cerraban lentamente cada vez yendo más despacio y torpe, era muy.. hermoso.

-Es tierno.- Le dijo para que no se sintiera peor.

Tenzou solo esbozo una sonrisa mientras seguía observando a su cálido hijo. Se acercó un poco a su cabeza y olfateo el olor peculiar que tenía a recién nacido, lo hacía sentir tranquilo.

-Tenzou ¿Por qué lloras?.- Kakashi pregunto de forma tranquila pasando una mano por la mejilla de su omega.

Ambos estaban al rededor de se cachorro de forma protectora.

-Es que.- Sorbio su nariz antes de seguir hablando.- Kakashi, jamás, jamas me imagine con un hijo, menos con una familia.- Su vocecita que ya cambiaba a una más adulta temblaba al hablar.- Y ahora lo amo mucho.- Se acercó a Heiwa para besar su pequeña frente blanca.

Kakashi entendía todo, el tampoco se llegó a imaginar esto, la verdad es que aún estaba muy asustado, pero al ver a Tenzou.. siendo Tenzou, quería hacer todo por ellos y protegerlos a toda costa.

Tenzou tendría hormonas por doquier, había estado en una cesaría y no es muy fácil de llevar, aún sigue creciendo, a penas llegaría a la mayoría de edad, pero Kakashi no se preocupa por eso, el siempre fue un adulto. No podían tener relaciones sexuales durante 6 meses y Tenzou no podría usar chacra durante 8 semanas más, estaba ansioso por volver a aplicar chacra en sus manos, Kakashi tendría que regresar a las misiones en 3 semanas, eso lo ponía un tanto triste.

-Ya duerme, yo me hago cargo.- Le dijo tomando el biberón de sus manos.

-Gracias.- Asintió de esa forma dulce y cerro sus grandes ojos para descansar, la verdad, se veía muy exhausto.

A Kakashi le gustaba alimentar a su hijo, no lo sabe, pero será un recuerdo muy preciado para el futuro, su lindo hijo lo hacía sonreír con tan solo respirar, estaban inundados en la felicidad.


***

Es todo.

Hermosa Belleza- Kakayama-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora