6

2.8K 358 236
                                    

Dazai.

No tenía idea de lo que era Chuya en realidad, comenzaba a hacerme una visión mucho mas clara con respecto a su verdadera naturaleza, no era un tonto omega, para nada, no buscaba ser dominado por un alfa ni nada como eso. Con solo verlo al entrar en mi azotea me había percatado, él buscaba dominarme a mi, manipularme.

Y el pequeño hijo de puta lo estaba logrando.

Con esa forma de mover sus caderas al caminar, su aroma provocativo y seductor, esa sonrisa erótica junto a sus ojos brillantes. Debía ser una broma.

Me sentía como el idiota que caía ante la misma trampa que él había tendido.

Estaba bastante agradecido con que Chuya hubiese entrado a robar a mi casa, él hacia mi estadía en esa ciudad mucho mas llevadera, diría que incluso lo disfrutaba.

Observe como bebía de su copa de vino, abría un poco sus labios enrojecidos, apetitosos, entonces me incitaba a comenzar a negociar.

Una parte de mi creía con fuerza que él no se encontraba realmente pensando en lo mismo que yo, no al menos con respecto al trato que en realidad buscaba con él. Sin embargo, le seguí el juego con la intención de observar mas sobre esa faceta fascinante, Chuya podía seducir si lo deseaba, en parte ya me sentía como si me tuviese en la palma de su mano.

- Bien – comencé – me gustaría que trabajásemos juntos – sonreí ante su expresión – te mueves muy bien y creo que serias perfecto para el trabajo, claramente ambos ganaríamos

- Quiero que sea completamente equitativo, incluso preferiría ganar mas de la mitad, después de todo yo haré el trabajo sucio

- No te preocupes Chuya, estaremos juntos en cada momento, será todo absolutamente equitativo – dije mientras llevaba mi mano hasta su rodilla, acariciándola por sobre su ropa

- Bien, cuéntame sobre el robo - entonces lo entendí de inmediato, él pensaba en un robo, yo pensaba en sexo, ninguno de los dos tenía un pensamiento mas digno que el del otro

- Robaré tu virginidad y tu obtendrás experiencia en la cama, ese es el trato – noté como su expresión cambiaba – es un bue trato ¿no? Ambos ganamos

No pude evitar soltarme a reír ante su cambio de expresión, su rostro comenzaba a sonrojarse realmente, no sabía con certeza si era debido a su vergüenza o enojo. Esperaba con ansias que comenzase a insultarme y utilizar esa encantadora voz irritada.

No tuve que esperar demasiado.

- Eres un hijo de puta ¿Qué demonios? ¿Qué tipo de trato es ese? – soltó, notaba como se complicaba incluso para seleccionar las palabras que deseaba utilizar

- Vamos, Chuya – solté divertido al verlo en ese estado de enojo – será divertido, el robo perfecto – lo observé con detenimiento, realmente era un buen trato desde mi punto de vista

- Yo no veo nada divertido en tu propuesta, pervertido – me observo con algo de asco en su rostro, sonreí ante eso

- Déjame planteártelo de otra forma

- No es necesario eso, entiendo muy bien a que te refieres – lo miré, su ceño fruncido era bastante encantador

Yo deseaba ver mas reacciones y siendo sincero, si pensaba que era un buen trato, nos quitaríamos esas horribles ganas de deseo sobre el otro, sin un gran compromiso, solamente durante un mes, tiempo suficiente como para saciarnos, luego de eso, yo volvería de donde vine y dejaría a Chuya en paz.

Por otro lado, Chuya también podría satisfacerse y siendo sincero, sabía muy bien que el pequeño no podía controlarse del todo, realmente ambos ganábamos.

Como el océanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora